botín

Llevan trabajando desde 1987 en unas cuevas subterráneas en Lemminkaien (Finlandia).

Afortunadamente, la Historia ha demostrado el desacierto que supone delegar exclusivamente la función del mecenazgo a un Estado providencia, tanto como ha reflejado la fructífera contribución que las empresas aportan al avance de la ciencia o la conservación museológica.

La muerte de Emilio Botín ha generado una avalancha de hagiografías y retratos de vidas de santos. Independientemente de las cuestiones personales, que no son asunto de nadie más que de sus familiares y amigos, su muerte coincide con un momento histórico en el que empezamos a ver claramente el polvo y las grietas en la madera del 78.

¡Vaya faena! Eso es lo que le ha hecho el banquero número uno de España y América Latina a Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, que se estrenaba hoy ante Rajoy. Poco antes de las nueve de la mañana, entraban Sánchez y Antonio Hernando al Congreso, cuando han sido informados por un periodista de que Botín había muerto. "Llegan Sánchez y Hernando y se muere Botín. Ni nos ha dado tiempo a respirar", reconoce irónicamente el nuevo portavoz socialista.