¿Qué sería de nosotras sin nuestras amigas? Hay que admitirlo: cuanto más mayores somos, más las necesitamos. Queremos a nuestra pareja y a nuestra familia, pero las amigas tienen algo que nos ayuda a ver la vida de una manera distinta. Nos ayudan a abrirnos y a sacar lo mejor de nosotros mismos.
Si la hubiera conocido hace treinta años, yo habría sido la madrina de sus hijos y ella de los míos. Pero ahora, que somos mayores, la amistad no funciona así. Los niños, el trabajo y la vida en general, son las cosas que crean una conexión de verdad. Así son las cosas cuando te haces mayor.