El laberinto de Sánchez
El secretario general del PSOE arranca esta semana enredado en su propio laberinto. A diez días del pleno de investidura, no tiene los votos necesarios para convertirse en inquilino de La Moncloa, pero tampoco contenido alguno para consultar a su militancia en ese refrendo que improvisó ante el Comité Federal de su partido el 30 de enero con el objetivo de frenar el avance de sus barones y las reticencias internas a un pacto de izquierdas bendecido por los independentistas.