Dani Mateo o el caos
El cómico Dani Mateo lo ha pasado francamente mal con toda esta historia.
Ha perdido una colaboración publicitaria. Le han suspendido una actuación teatral que tenía cerrada porque el grupo de ultraderecha España 2000 amenazó al espacio. Le han boicoteado su bar de Madrid y le han insultado y agredido verbalmente hasta el delirio por Twitter. En 2018. Por un gag televisivo en un programa de humor. Aquí la frase de Dario Adanti, de Mongolia, sobre el contexto: "Un chiste sobre el holocausto contado por la víctima del holocausto significa una cosa, el mismo chiste contado por un nazi significa otra". ESO.
Vamos a imaginar a Iñaki Gabilondo, en su vídeo blog de la Cadena Ser, sonándose la nariz con la bandera española. Y ahora vamos a imaginar a Ana Blanco hacer lo mismo en el telediario de TVE. Raro, ¿no? Ahora vamos a ver El Intermedio, un programa de actualidad donde el humor y la sátira son el eje principal. Dani Mateo (un cómico, un CÓMICO) interpreta un gag escrito por los guionistas con la bandera española como excusa, que persigue desengrasar, provocar, que persigue la risa, la sorpresa. Se llama contexto. Se llama 2018. Se llama cultura audiovisual.
Estos días he hablado con muchísimos colegas que se dedican al humor, con el propio Dani, con responsables de El Intermedio, con creativos de otros formatos televisivos de hace años. Sin ellos, sin aquellos guionistas, cómicos, presentadores que decidieron salirse del carril y atreverse con temas que parecían intocables, estaríamos aún en el lenguaje televisivo del No-do. Que visto lo visto estas dos semanas atrás, igual no estamos tan lejos. Y tras las charlas con los colegas, un consejo: relajémonos. Lo importante es que el Tribunal Supremo ha dictado la sentencia que ha dictado y los bancos van a seguir cobrándonos los gastos de las hipotecas. ESO es lo importante. Y no un gag sobre la bandera española. Ni sobre la estelada.
Por cierto, aquí la secuencia que los programas de TV3, Està passant y Polonia, han emitido esta semana sobre el asunto Dani Mateo. Ellos forman parte de esa legión de espacios cómicos de la televisión, de la radio, del panorama del humor en general, que han mostrado su apoyo a Mateo y a El Intermedio. A los que se ha sumado Twitter de manera abrumadora. Y aquí van tres TEMAZOS intocables en su día pero que de pronto alguien se atrevió a tocar desde la sátira, desde el humor. A mí me ha dado mucho que pensar...
Humor sobre ETA
En 2003, cuando ETA todavía era ETA, en la televisión autonómica vasca, ETB, nació Vaya Semanita, un programa de humor que poco a poco se atrevió a usar el terrorismo, la banda armada, las dos visiones del conflicto como material de trabajo para sus chistes.
¿Pasó algo? ¿Hubo ciudadanos vascos escandalizados, víctimas de ETA amenazando a la cadena, yendo a casa de los guionistas o de los actores a protestar airados? NO. Fernando Erre fue coordinador de guión de ese espacio durante diez años y no recuerda ni una sola queja, ni de la Asociación de Víctimas del Terrorismo ni de ningún otro colectivo. "Fuimos poco a poco con el tema de ETA. Al principio fue algo muy tonto. Luego íbamos metiendo pequeñas cuñas y ganando terreno. Me acuerdo de la primera vez que metimos un encapuchado en un gag. Es cierto que siempre lo hicimos en periodos en los que ETA no estaba matando, de tregua... porque siempre nos preocupó molestar a las víctimas".
Cuando ETA comunicó su primera intención de tregua, los guionistas del programa construyeron este gag desacralizador sobre la entrega de armas:
El espacio estuvo en antena, en una cadena pública, diez años seguidos. Conviviendo con naturalidad con los espectadores de la ETB, con los políticos de diferentes partidos. ETA salía malparada en sus críticas. Era parodiada y ridiculizada. Nadie del grupo terrorista hizo comunicado alguno sobre el asunto. Según Erre, "no sé qué pasaría ahora, no sabría decir si podríamos reírnos del tema o no. Pero desde luego en aquel momento no hubo ningún problema. Nunca pedimos permiso y la cadena nunca se quejó en aquella época. Es verdad que el programa tenía mucha audiencia", apunta. Y también es verdad que era un tiempo sin Twitter, apunto yo.
Muchos años después, algunos de sus guionistas, directores, crearon El Negociador o Fe de Etarras, (Netflix) películas sobre ETA donde ya el sarcasmo, la caricatura era el eje central. Probablemente estas dos historias no habrían podido ser contadas si en su momento un guionista, un realizador, un ejecutivo de televisión, hubiera dicho, venga, sí, este gag lo vamos a emitir. Vamos a usar el humor para entendernos, para dialogar, para tumbar muros.
Aquí un gag de Fe de Etarras: Javier Cámara, Gorka Otxoa, Julián López y Miren Ibarguren jugando al trivial. Impagable:
Humor sobre España
En enero de 2006, en el programa de TV3, El club, de Albert Om, el cómico Pepe Rubianes respondió así a la pregunta sobre la unidad de España:
Rubianes fue denunciado, juzgado, sentenciado, absuelto. Tiempo después él mismo respondió esto cuando le preguntaron:
"Yo insulté a la España que mató a Lorca. Respeto a la España democrática y constitucional. Esta me merece todos mis respetos, y además, pertenezco a ella...".
Ese mismo año, en septiembre, la compañía de Rubianes fue contratada por el director del Teatro Español, Mario Gas, para representar en Madrid la obra Lorca eran todos, dentro de un ciclo de homenaje al poeta granadino. Hubo protestas y amenazas contra la representación (una de las razones: el teatro era de titularidad pública) y el propio actor decidió retirar voluntariamente su espectáculo, "porque el ambiente es muy agresivo y quiero liberar a los gestores del teatro de la presión a la que están siendo sometidos".
Doce años después, lo que ya sabemos.
Humor sobre la Casa Real
Lo expliqué con detalle este verano en la crónica sobre la tele y la Casa Real a lo largo de la historia. Pasó en TV3. El programa se llamaba Persones humanes, era enero de 1994. Lo dirigía y presentaba un icono televisivo catalán, Mikimoto. Uno de sus colaboradores, el escritor Quim Monzó, ironizó en su sección, una especie de monólogo, sobre la Casa Real y sus funciones. En la pantalla que el presentador tenía al lado, aparecía una imagen de la infanta Elena. Jordi Pujol, que entonces era un prócer, el padre de la patria catalana, tuvo que disculparse ante la Casa Real en nombre de la cadena, aunque a día de hoy nadie recuerda queja alguna del rey emérito (que entonces también era un padre de la patria española) ni de su séquito. Voy a repetir la fecha: 1994. Ni Dios osaba entonces en la tele ni en ningún medio de comunicación a hablar mal, o cotillear siquiera, de la Casa Real.
Ahora todo nos parece normal: las mofas, las coberturas exhaustivas sobre los movimientos de todo tipo de la Casa Real, los juicios de valor, las noticias abriendo informativos, los reportajes de investigación, los programas específicos sobre el asunto, Jaime Peñafiel hablando mal de Letizia y citando a su abuelo taxista... Pero hubo un tiempo en que todo eso era un rotundo tabú, pese a que en las sobremesas de todos los españoles se hablaba con soltura de Bárbara Rey y su amante real, al que se citaba por el nombre. En la tele, si se tenía que hablar del asunto se recurría a esa manida fórmula de "alta personalidad del Estado".
Eran otros tiempos, había que ser muy valiente, muy osado, muy kamikaze para permitir críticas a la monarquía. Así que llegó El peor programa de la semana, con el Gran Wyoming como conductor. Invitaron a Quim Monzó, la dirección de la cadena pública le dijo que ni hablar, y el equipo entero, en lugar de plegarse a las órdenes, dijo que si no había entrevista no había programa. Y así fue. El espacio no se emitió ese día y cuando acabó la temporada no fue renovado. Aquí la explicación resumida y perfecta del propio Wyoming.
Y ya para acabar: a los que dicen que el chiste de Dani Mateo no era gracioso, ¿recuerdan a alguien alguna vez en algún sitio que haya acosado, denunciado o amenazado a alguien por hacer un gag sin gracia? ¿Dónde estarían ahora mismo los hermanos Calatrava? ¿Dónde estarían Arévalo y Bertín Osborne? ¿Dónde estarían los guionistas de Escenas de matrimonio, aquel espacio de José Luis Moreno en Tele 5, en el que se emitió este diálogo entre Pepa, una mujer con sobre peso y Avelino, su marido, en la cama?
Pepa: ¡Dame el divorcio!
Avelino: ¡No, que te lo comes!
¿Habría espacio en las cárceles españolas si esa hubiera sido la norma?
Pues eso. Dani Mateo o el caos.