Cifuentes: caso práctico para mis alumnos de Periodismo de la URJC
Queridos alumnos, queridas alumnas de cuarto curso de Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos, aunque nuestras clases de Comunicación Política han terminado ya, quisiera ampliar un poco la materia, y presentaros un nuevo caso práctico. En concreto, vamos a recuperar el tema de la comunicación de crisis, y el caso al que nos ceñiremos es el del presunto máster de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Sra. Cifuentes.
Recordaréis que terminé mi exposición de este capítulo con una serie de principios o recomendaciones de actuación que convenía seguir a la hora de comunicar una crisis. Vamos a repasarlos brevemente para ver si se han respetado en el caso que nos ocupa:
1. LA COMUNICACIÓN HA DE INICIARSE LO ANTES POSIBLE. No fue así: tras horas de vacío informativo, se pretendió zanjar el problema con una comparecencia virtual, que pareció una metáfora de la manera en que, presuntamente, la compareciente había obtenido su título.
2. NO DEBE JUGARSE CON LA AMBIGÜEDAD. Versiones encontradas - que si dos asignaturas pendientes, que si aprobado en primera convocatoria- hacían imaginar las penalidades de un gabinete de comunicación desbordado e incapaz de ofrecer una versión coherente.
3. CUALQUIER EVIDENCIA CLARA DE LA QUE SE DISPONGA DEBE COMUNICARSE INMEDIATAMENTE. No se hizo. Muy al contrario, dio toda la impresión de que los gestores de la comunicación de esta crisis trataron en todo momento de borrar las evidencias que iban apareciendo.
4. DEBE RECONOCERSE A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN COMO ALIADOS Y NO COMO ENEMIGOS. La noticia partió, como suele suceder, de un medio de comunicación que hizo muy bien su trabajo. Desde luego, anunciar de manera teatral y redundante la presentación de una "querella criminal" contra eldiario.es, no es la mejor manera de reconocer a los medios como aliados.
5. LA VERACIDAD ES CLAVE. Decir la verdad es el primer mandamiento de la comunicación política. A falta de conocer el resultado de la investigación en marcha, y respetando la presunción de inocencia de las personas implicadas, la sucesión de versiones encontradas -cabe pensar, construidas- invita a suponer que no, no se ha dicho la verdad en ningún momento.
Espero que mis clases os hayan servido para detectar los juegos de palabras que poblaron el discurso de la Sra. Cifuentes tras sus muchos días de silencio ("legal-real"), y las apelaciones a los marcos conceptuales ("ni falsedad ni falsificación") bastante torpes, por cierto, pues no hacían más que confirmar muchas dudas. En este sentido, quizá alguno de vosotros haya recordado aquel "I´m not a crook" ("no soy un chorizo") de Richard Milhous Nixon, el presidente norteamericano que se vio obligado a dimitir ocho meses después de pronunciar esta frase.
6. NO SE DEBE OSCURECER LA CULPA. Toda las acciones de todas las personas que han gestionado la comunicación de esta crisis han tenido como único propósito oscurecer la culpa de la protagonista
7. Por último: LOS AFECTADOS POR LA CRISIS NO SON COMPETIDORES. SE LES DEBE INFORMAR CON SINCERIDAD. Por desgracia, los primeros afectados de esta crisis sois vosotros, queridos alumnos y alumnas. Y nadie en su sano juicio podría decir que la palabra que define la manera en que os han tratado sea sinceridad.
Hasta aquí, el repaso a lo que vimos en clase. Aunque ya no entre en examen, conviene que lo recordéis en vuestra próxima vida profesional. Me temo que ni vosotros ni yo mismo podemos analizar el caso con la distancia que este tipo de análisis requiere. A mí me embarga la indignación, y, probablemente, vosotros sentiréis la zozobra de pensar que la irresponsabilidad, el egoísmo o la falta de escrúpulos de una sola persona pueden poner en riesgo vuestro esfuerzo y el de vuestras familias.
Confío de todo corazón en que no sea así. Vais a ser titulados de una excelente universidad pública, y habéis tenido unos profesores competentes y honestos. Sólo espero que, como tuvimos ocasión de ver en otros ejemplos estudiados en clase, la verdad acabe aflorando, y los responsables de gestionar la comunicación de una crisis con engaños y mentiras acaben pagando el precio político que sus acciones merecen.