Un nuevo estudio cuestiona los beneficios del ayuno intermitente: células más cancerosas

Un nuevo estudio cuestiona los beneficios del ayuno intermitente: células más cancerosas

Una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha mostrado los posibles efectos secundarios de esta dieta.

Un plato de comida simulando un reloj como imagen del ayuno intermitente.Getty Images/Westend61

El ayuno intermitente es un tipo de dieta que ha cobrado popularidad en los últimos años. Consiste en dejar de comer durante ciertas horas al día, que oscilan entre las 10 y las 16 horas y comer en las restantes. Son muchos los beneficios que se han asociado a la misma, siempre y cuando se recomiende entre personas sanas y sin ningún tipo de dieta ni necesidad específica.

“Los estudios controlados indican que sí sirve para perder peso, pero de la misma manera que si se hace una dieta hipocalórica convencional”, contó el doctor Francisco Botella a El HuffPost, quien recordó que la mayoría de quienes lo han probado "ha mejorado su salud, sus marcadores de riesgo a nivel sanguíneo, su composición corporal y su relación con la comida".

Un estudio reciente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha demostrado que no es oro todo lo que reluce y que, si bien tiene beneficios demostrables, también puede tener efectos secundarios.

Según esta investigación publicada en Nature y realizada en ratones, el ayuno intermitente podría potenciar la capacidad regenerativa de las células madre intestinales, lo que facilitaría la recuperación del intestino de lesiones o inflamaciones.

Sin embargo, esto en exceso no es bueno. "Tener más actividad de células madre es bueno para la regeneración, pero un exceso de algo bueno a lo largo del tiempo puede tener consecuencias menos favorables", apunta Omer Yilmaz, profesor asociado de Biología del MIT, miembro del Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer en el MIT y autor principal de este estudio.

"Todavía tenemos mucho que aprender, pero es interesante ver que estar en estado de ayuno o de realimentación cuando se produce la exposición al mutágeno puede tener un profundo impacto en la probabilidad de desarrollar un cáncer en estos modelos de ratón bien definidos", señala el profesor asociado del MIT.

En la investigación se estudió a tres grupos de ratones: uno que ayunó durante 24 horas, otro que hizo ese mismo ayuno para luego realimentarse como quisiera en 24 horas y un grupo de control que comió lo que quiso durante todo el experimento.

De esta forma, se descubrió también que es durante el estado de realimentación cuando se impulsa la regeneración celular. "En el estado de ayuno, la capacidad de las células para utilizar lípidos y ácidos grasos como fuente de energía les permite sobrevivir cuando los nutrientes son bajos", detalla Shinya Imada, investigador posdoctoral del MIT y otro de los autores principales del estudio.

"Cuando los nutrientes están disponibles, estas células madre y células progenitoras activan programas que les permiten generar masa celular y repoblar el revestimiento intestinal", explica el investigador.

En este ayuno el estudio demostró que se activaba una vía de señalización llamada mTOR, que está involucrada en el crecimiento y el metabolismo celular así como la traducción del ARN mensajero en proteína. Esto hace que cuando se activa las células, se genera más proteína y más cantidades de poliaminas, pequeñas moléculas que favorecen el crecimiento y la división celular. 

Estas células en estado regenerativo constante son más propensas a volverse cancerosas, según la investigación. Además, recuerdan que las células madre intestinales son algunas de las que se dividen y regeneran más rápidamente y con más frecuencia del cuerpo, por lo que ayudan a que el revestimiento del intestino se renueve por completo cada cinco a 10 días. Esta aceleración hace que pueda haber más células precancerosas en el intestino. 

En este estudio concreto, se observó también que había un gen concreto, que si se activaba en los ratones en la etapa de realimentación, tenían muchas más probabilidades de desarrollar pólipos precancerosos que si el gen se activaba durante el estado de ayuno.

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A pesar de estos resultados iniciales, tiene que haber más investigaciones para saber si esto se trasladaría a los humanos lo que avisan que sería "más complejo". "Quiero destacar que todo esto se hizo en ratones, utilizando mutaciones de cáncer muy bien definidas. En los seres humanos será una situación mucho más compleja", advierte Yilmaz.