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Sorprende la edad a la que los niños podrían empezar a tomar café

Sorprende la edad a la que los niños podrían empezar a tomar café

A partir de los 12 años pueden empezar a consumirlo de forma moderada.

Un café con leche y un dónut de azúcarTWITTER:@Hanky_solo

El consumo de cafeína durante la infancia puede provocar, con el paso del tiempo, tanto más posibilidades de padecer ansiedad y depresión como cambios en el patrón del sueño, como también nos pasa a los adultos. Muchos estudios científicos advierten de este problema porque, además, otras bebidas que sí consumen los niños de forma habitualmente, como algunos refrescos, también contienen dosis de cafeína, además de azúcar.

Así que, en principio, cuanto más tarde se acostumbre un joven a tomar café, mejor, pero, según señalan los pediatras y endocrinólogos, se les puede ir dejando consumirlo a partir de los 12 años, pero de forma muy moderada. Y nunca antes de esta edad.

Y es que los síntomas que podemos sentir los adultos si abusamos del café, como nerviosismo, insomnio, dolor de cabeza o malestar estomacal se multiplican en el caso de los niños. De hecho, el médico especialista en estos temas, Alfonso Pérez, señaló en un acto de la Fundación Maphre, que “los niños son más susceptibles a los efectos de la cafeína y, por lo tanto, esta sustancia, tomada en exceso, causa nerviosismo, irritabilidad, insomnio, e incluso taquicardia y palpitaciones, trastornos que en los niños podrían producirse con dosis muy inferiores".

Una de las principales limitaciones de los estudios que se han realizado hasta ahora para analizar los efectos del consumo de café en niños es precisamente que la principal fuente de cafeína en esta etapa no es la infusión sino las bebidas gaseosas y energéticas, por lo que es complicado establecer unas recomendaciones generales al consumo de café en los niños", explica con detalle el doctor Francisco Botella, coordinador del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), según recoge la revista Ser Padres.

Algo que confirma la Academia Estadounidense de Pediatría, quien sitúa en los 12 la edad mínima para que los menores tomen una taza de café al día, aunque sea un café con mucha leche. Recomienda, además, esta institución que los jóvenes esperen hasta los 18 años para consumir más habitualmente esta bebida. Porque, la cafeína sumada al azúcar, del café y de otras bebidas, multiplica los efectos nocivos mencionados.