En qué consisten las biopsias líquidas, el gran avance en la detección del cáncer
Toman como base las muestras de sangre
La detección precoz del cáncer es uno de los pasos fundamentales para reducir su mortalidad y el impacto que tiene, especialmente en mayores de 65 años. Según el observatorio de la Sociedad Española de Oncología (SEOM) a partir de los 64 años en 2023 hay en torno a un 15% de posibilidades de desarrollar un cáncer, tanto en hombres como en mujeres.
Para un diagnóstico de cáncer o para conocer si el tratamiento está siendo efectivo, una de las pruebas más habituales es la biopsia, una muestra de tejido que, sin embargo, deja heridas y sangrado que pueden durar hasta un mes, es costosa de realizar y conlleva un gran periodo de espera.
Además, no siempre es efectiva. Tal y como señalaron en un artículo en consenso la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) en un 25% de los casos "la biopsia de tejido inicial no es informativa o no es posible realizar el perfil genómico tumoral a la progresión por la dificultad para obtener nuevas biopsias de tejido tumoral".
De ahí el querer buscar una alternativas "eficaces para la estratificación molecular, que permitan una valoración dinámica del perfil genómico tumoral" como la biopsia líquida. Conocida como análisis de ADN tumoral circulante (ctDNA), el tipo de biopsia líquida más común es la de sangre, aunque también se pueden emplear otros líquidos corporales.
Según indica Jeffrey Campbell Thompson, profesor adjunto de medicina de la Facultad de Medicina Perelman (Estados Unidos) a National Geographic, "una muestra estándar de 7,5-10 mililitros de 'sangre periférica', a menudo extraída del brazo, puede obtenerse de un paciente con cáncer y tener los resultados de las pruebas listos en aproximadamente una semana, lo que podría adelantar el calendario del tratamiento".
Amir Goldkorn, profesor de la Facultad de Medicina Keck de la USC y fundador del Núcleo de Biopsias Líquidas del Centro Oncológico Integral Norris de la USC, también detalla a la revista que se trata de un método especialmente útil a la hora de hacer seguimiento de tratamientos de inmunoterapia y quimioterapia, pero sigue siendo deficiente a la hora de diagnosticar nuevos tumores.
En este sentido Javier Pascual, oncólogo médico e investigador clínico en la Unidad de Gestión Clínica Intercentro de Oncología de Málaga y en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (Ibima), apunta en un artículo publicado desde la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) a que “ahora existe un consenso general de que los análisis de ctDNA se pueden usar de forma rutinaria en la práctica clínica como alternativa a las biopsias de tejido para genotipar tumores de cara a la selección de terapias dirigidas".
Cómo funcionan las biopsias líquidas
Las biopsias líquidas toman como base las muestras de sangre y lo que en ella contienen. Tal y como apuntan en National Geographic, "cuando la sangre se centrifuga, se separa en dos partes principales: un plasma más ligero y transparente, formado principalmente por agua, y una porción roja más densa que contiene diversas células".
En el caso de un paciente con cáncer, esta parte más densa puede contener células cancerosas vivas y sueltas que provienen de un tumor (denominadas células tumorales circulantes o CTC). "Esto ocurre cuando un tumor crece lo suficiente como para que algunas células sean expulsadas y pasen al torrente sanguíneo", explica a National Geographic Erica Carpenter, profesora adjunta de Medicina y directora del Laboratorio de Biopsia Líquida de la Universidad de Pensilvania.
Sin embargo, encontrar estas células no es nada fácil. "Una muestra estándar de 7,5 mililitros de sangre puede contener unos 40 000 millones de glóbulos rojos. El número medio de CTC que se pueden encontrar es de unos cinco", explica Goldkorn.
Estas células pueden diseminarse y provocar metástasis, por lo que en estos análisis, además de las propias células cancerosas se pueden observar otros valores como los niveles elevados de la proteína THBS2 que pueden indicar cáncer de páncreas y se asocian con una baja tasa de supervivencia.
Según estos especialistas, estas biopsias han demostrado su eficacia en cánceres de pulmón, páncreas, próstata, aparato digestivo, riñón, piel y mama. Aunque ha mostrado mayores resultados en el caso del pulmón. En un futuro se espera que se mejoren resultados a nivel diagnóstico y a otros tumores como el cerebral mediante otros líquidos corporales.
“También se está comenzando a ensayar estas tecnologías sobre muestras de líquido cefalorraquídeo para detectar metástasis en el cerebro, muestras de aspirado bronquial para diagnosticar cáncer de pulmón, lavados uterinos para el caso del cáncer de endometrio, así como muestras de orina, de saliva…", explican la doctora Moreno-Bueno en la web del MD Anderson Cancer Center.
En España la biopsia líquida todavía no está incluida en la cartera de servicios del Servicio Nacional de Salud, pero gracias la innovación y las investigaciones en esta técnica se espera que se incorpore en un futuro.
Otra finalidad de la biopsia líquida viene relacionada con los tratamientos, más personalizados y centrados en el tipo de tumor y la diseminación del mismo. "Estamos empezando a entender la dinámica y evolución clonal de la enfermedad, y los cambios que pueden suceder a lo largo del tiempo, entre diferentes sitios del organismo, y en ocasiones inducidos por la propia terapia. Por todas las características que favorecen la aplicación de la biopsia líquida, confiamos en que puede ser una herramienta clave para el seguimiento a largo plazo de las patologías oncológicas", señala en la web de la clínica el doctor Juan Fernando García, responsable del Servicio de Anatomía Patológica de MD Anderson Cancer Center Madrid.