Niveles bajos de una proteína podrían crear resistencia a la quimioterapia en el cáncer de mama
Su inhibición disminuye la entrada de este fármaco al interior de las células.
Investigadores del Grupo de Neurolípidos de UIC Barcelona han concluido en un estudio que presentar niveles bajos de la proteína CPT1C es indicador de mal pronóstico en pacientes con cáncer de mama que reciben tratamiento de quimioterapia con antraciclinas, específicamente con doxorrubicina.
El estudio, publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences, constata que silenciar la CPT1C remodela los lípidos de la membrana plasmática de las células tumorales de mama, y aumenta el grado de saturación de los lípidos y la longitud de la cadena, lo que favorece que la membrana se vuelva impermeable a los fármacos y produzca quimioresistencia.
Según la responsable del grupo, Núria Casals, inhibir esta proteína produce resistencia a la doxorrubicina, el principal tratamiento quimioterapéutico empleado para el cáncer de mama triple negativo —el que tiene peor pronóstico—, ya que disminuye la entrada de este fármaco al interior de las células.
Por su parte, Rut Fadó y Helena Muley, autoras también del estudio, han explicado que para el cáncer de mama triple negativo la única terapia sistémica con eficacia demostrada es la quimioterapia. Entre los fármacos empleados, la especialista ha destacado que las antraciclinas han demostrado un impacto muy positivo en la supervivencia, aunque los pacientes suelen desarrollar resistencia al tratamiento.
"El Grupo de Neurolípidos de UIC Barcelona decidió iniciar la investigación para determinar si la expresión de la CPT1C podría estar implicada en la pérdida de sensibilidad a los fármacos en el cáncer de mama, teniendo en cuenta que la quimioresistencia se ha asociado a cambios en el grado de saturación de la membrana plasmática y que estudios previos habían descrito que la CPT1C podía regular el contenido lipídico de las células tumorales", han explicado las expertas.
Tras los resultados de este estudio, los investigadores han propuesto que la proteína CPT1C sea considerada un nuevo biomarcador predictivo de la supervivencia en el tratamiento con antraciclinas en pacientes con cáncer de mama triple negativo. Además, según Casals, el hecho de comprender mejor el papel que juega la membrana lipídica de las células cancerosas en la quimioresistencia puede contribuir a mejorar la eficacia a largo plazo de los tratamientos en tumores humanos y al desarrollo de nuevos fármacos.
En la actualidad, el Grupo de Investigación de Neurolípidos analiza el papel de las CPT1 en los glioblastomas, un tipo de cáncer muy agresivo que se genera en el cerebro o en la médula espinal y donde los niveles de CPT1C se encuentran más elevados. Además, trabaja en el modelaje de la estructura tridimensional de las proteínas CPT1, en el diseño de fármacos que regulen su actividad y en el desarrollo de nanopartículas capaces de orientar estos fármacos a tejidos específicos, como los tumorales.