La primavera es la época en la que muchos insectos cobran vida. Entre ellos, se encuentran las garrapatas, y sus versiones más pequeñas: las ninfas. A pesar de que son difíciles de detectar, sus mordeduras pueden ser tan peligrosas como la de los adultos. De hecho, transmiten las mismas enfermedades, como la meningitis.

Según publica el medio polaco WP Kobieta, estos insectos miden tan sólo un milímetro y medio y "son difíciles de ver en la piel", sin embargo, "son muy peligrosos". En este sentido, "se pueden encontrar con mayor frecuencia durante caminatas por prados y bosques, donde se esconden en la hierba". 

De acuerdo a la publicación, "después de regresar de estos lugares vale la pena examinar cuidadosamente todo el cuerpo para asegurarse de que no se haya traído ningún pasajero no deseado". Para ubicar su mordedura en el cuerpo, "se puede ver como una marca de nacimiento, como puntos marrones o negros".

En declaraciones recogidas por el medio, Angelina Wójcik-Fatla, del Instituto de Medicina Rural de Lublin (al sur de Polonia), asegura que estos pequeños insectos "son más difíciles de eliminar" que las garrapatas adultas. 

"Se trata de pequeños puntos negros o marrones que a simple vista pueden confundirse con un pequeño lunar", concluye en el medio. "Las ninfas se vuelven más grandes y más visibles solo después de beber la sangre del huésped".