Esto es lo que ocurre en tu cuerpo si tomas leche sin lactosa sin ser intolerante
La experta en nutrición Ana Luzón nos explica las consecuencias de prescindir de estos alimentos.
Si tomas alimentos sin lactosa sin ser intolerante a ella, paradójicamente, te estás provocando, poco a poco, una intolerancia a ella. ¿Es eso lo que quieres? La técnica en Nutrición Ana Luzón nos explica por qué pasa esto.
Lo primero que conviene saber es qué son exactamente los alimentos sin lactosa. “La leche sin lactosa es la misma leche normal a la que se le añade la enzima lactasa”, aclara la nutricionista. Así que, “en realidad, la leche sin lactosa sí tiene lactosa solo que, al llevar la enzima que la digiere, hace que las personas intolerantes puedan tolerarla porque está predigerida”, añade.
¿Qué pasa entonces cuando retiramos de nuestra dieta los lácteos? “Que nuestro organismo irá dejando de sintetizar por sí misma la enzima lactasa, porque no la necesita”, responde Ana Luzón.
“La misma consecuencia se da tras un consumo prolongado de productos sin lactosa, o con enzima lactasa. En ambos casos, podemos provocarnos una intolerancia a la lactosa progresiva”, advierte.
Ahora bien, si luego decides volver a consumir lactosa, vas a empezar a tener problemas digestivos hasta que tu cuerpo se acostumbre a ella, como dice Luzón: “Si después de un tiempo volvemos a introducirla funciona con retroalimentación positiva”.
Es decir, “que cuanta más lactosa tomas, más lactasa se genera y esa disminución de la producción durante un tiempo prolongado, al reintroducir la lactosa, puede originar problemas digestivos”, explica la especialista. Pero tiene solución, añade: “De la misma manera, con exposición prolongada a los lácteos, tu producción de lactasa irá aumentando y los síntomas desaparecerán”.
Esta experta en nutrición advierte que, en general, en cualquier caso, “si no hay una intolerancia, pasarse a la leche y productos sin lactosa pensando que mejorará la salud intestinal o con el objetivo de perder peso, es un error con consecuencias. Si la leche nos sienta bien y la digerimos correctamente es innecesario eliminar la lactosa”.
En conclusión, la leche sin lactosa la deberían consumir exclusivamente las personas a las que les gusta la leche pero, de verdad, les sienta mal, no la toleran.
Además, recordemos que lo que nos aporta nuestra alimentación no se reduce a un solo producto, la suma de todo lo que ingerimos es lo que nos hará mantenernos sanos o no. En este caso, “la lactosa se encuentra en muchos alimentos distintos de los lácteos, generalmente ultraprocesados y productos cárnicos de baja calidad, en este caso, eliminar la lactosa sí produciría un beneficio sobre nuestra salud, pero de manera indirecta, es decir, el problema aquí no es la lactosa”, advierte Ana Luzón.