La nana lorquiana de Blanca Paloma representará a España en Eurovisión 2023

La nana lorquiana de Blanca Paloma representará a España en Eurovisión 2023

La cantante alicantina relevará a Chanel tras imponerse a Agoney en la final del Benidorm Fest con la máxima puntuación de jurado y televoto

Blanca Paloma, durante su actuación en la gran final de Eurovisión 2023

Tras el chanelazo que nos brindó el mejor resultado de los últimos 27 años en Eurovisión, España ha decidido caer en brazos del flamenco con tintes electrónicos de Blanca Paloma para culminar el sueño de ganar el famoso certamen europeo. La artista alicantina se ha proclamado este sábado como ganadora del Benidorm Fest 2023 y representará a España el próximo mes de mayo en Liverpool (Reino Unido) con Eaea, una antinana que pretende ser una oda a su abuela Carmen, a García Lorca y a la raíz.  Es nuestra apuesta más flamenca para Eurovisión desde que Remedios Amaya lo intentará con su mítica Quién maneja mi barca justo ahora hace cuarenta años. 

El triunfo de Blanca Paloma fue incontestable. La participante del Benidorm Fest, que ya fue candidata y finalista en la primera edición con Secreto de agua, obtuvo el mayor apoyo del jurado y del televoto en la final celebrada en el palacio de deportes de la turística ciudad. Agoney, su principal rival tras la criba de las semifinales, nada pudo hacer ante el torbellino de calidad, tradición y fuerza de una candidatura dispuesta a romper moldes en Eurovisión.

Su actuación, cuidada al milímetro, mastica vena y pureza. Tres minutos en los que la cantante se muestra indómita y poderosa, pero siempre al servicio de una interpretación vocal sublime. Con una puesta en escena muy lorquiana, Blanca Paloma arranca su puesta en escena dentro de una cortina circular inspirada en el mantón de su abuela Carmen, la mujer que le inculcó el flamenco, mientras sus coristas tocan las palmas entre sus flecos. Y es que fue ella, "matriarca y alma de la fiesta", de quien heredó su pasión por este arte. "Ella sabía que esto tenía que pasar y me lo está transmitiendo. La verdad es que me siento muy tranquila gracias a ella", ha dicho sobre su abuela en sus primeras declaraciones tras el triunfo. Su victoria, por supuesto, está dedicado a ella. 

Junto con sus compañeras de escenario, Blanca Paloma transforma su actuación en un rito de invocación, de trance y de catarsis, para conectar con sus ancestros y su legado indeleble. Una explosión de sensibilidad, verdad y garra pocas veces vista sobre el escenario de una preselección para Eurovisión. 

Este aquelarre electrónico por bulerías huye de la pureza del flamenco para sumergirlo en un concepto metamorfoseado que cuelga de la tradición y la vanguardia. Y es en ese limbo de experimentación y libertad donde Blanca Paloma se regocija para explotar un talento excelso dispuesto a enamorar al público europeo. "Fuera de España se ama el flamenco porque es un arte universal. Cuando se hace algo con autenticidad, pellizca. Espero que Europa tenga el pecho preparado para ese pellizco", ha dicho al respecto la ganadora. 

No cabe duda de que es una propuesta para Eurovisión sujeta al riesgo, pero el festival europeo ha demostrado en estos últimos años que es capaz de escaparse del cliché y encumbrar opciones valientes y moldeadas al calor de la autenticidad. Y si algo le sobra a este EaEa es verdad. 

La electrónica oscura de Agoney en Quiero arder se tuvo que conformar con la medalla de plata de la gala final que presentaron Mónica Naranjo, Inés Hernand y Rodrigo Vázquez. El exconcursante de OT apabulló de nuevo con su despliegue vocal para ofrecer una actuación muy bien ejecutada y con imágenes icónicas en su coreografía como la Piedad encarnada o un final en llamas que hace honor al título de su tema. El canario, que nunca ha ocultado su sueño de poder representar a España en Eurovisión, se ha quedado a las puertas de alcanzar dicho objetivo al ser segundo en jurado y televoto. 

El bronce fue para la gran revelación de este Benidorm Fest: Vicco. La cantante catalana ha sido la única participante de la preselección en situar su canción, Nochentera, dentro del top100 de las más escuchadas en plataformas digitales como Spotify. El tema pop con sonidos ochenteros y ambiente disco se convirtió en el vehículo perfecta para hacer de Benidorm una rotunda fiesta y se postula para convertirse en uno de los nuevos clásicos del festival. Fue la más apoyada por el jurado demoscópico y obtuvo un buen respaldo del comité de expertos y del televoto.

El resto de candidatos no tuvieron opción de victoria. La indie Alice Wonder, que aterrizaba como favorita en la preselección, ofreció de nuevo una sublime y delicada interpretación de su Yo quisiera al piano, sumergiendo el recinto de la gala en una atmósfera de sencillez y emoción. Su premio fue el quinto lugar en una final con una gran diversidad de estilos. Desde el folk contemporáneo y de raíz manchega de Karmento hasta el fucsia rock del grupo Megara, pasando por la balada tradicional de José Otero o la fusión de flamenco, trap y corrientes urbanas de esa talento emergente que es Fusa Nocta. 

Tras su elección, Blanca Paloma ingresa su nombre en la lista estelar de grandes artistas que han representado a España en Eurovisión, como Julio Iglesias, Raphael, Karina, Mocedades, Massiel, Sergio Dalma, Paloma San Basilio o Azúcar Moreno. Y lo hace con el flamenco por bandera para culminar ese triunfo en el festival europeo que a España se le lleva resistiendo más de medio siglo. Aunque esta Blanca Paloma amenaza con volar muy alto.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es