Esta psicóloga advierte del gran error que cometemos cuando nos acercamos a nuestros hijos
Corre el "riesgo" de dejar de actuar como un "adulto maduro que explica los límites y las normas".
"Los niños no vienen con un libro debajo del brazo". Es uno de los dichos más extendidos en la cultura popular que tiene que ver con la forma en la que cada padre y madre ejerce su paternidad o maternidad. Sin embargo, sí que hay varios expertos que dan algunas directrices en este ámbito.
Es el caso de la presidenta de la Sección de Psicología Educativa del Colegio Oficial de Psicología de Galicia, Manuela del Palacio García. Esta ha atendido a la revista ¡Hola! y ha apuntado que una de todas las dinámicas que se pueden plantear con los pequeños de la casa no es del todo positiva.
En concreto, se refiere a esa que se adopta en algunas ocasiones en la que se trata de mantener una relación de amistad con los más pequeños. "Cuando los padres se hacen amigos de sus hijos, los roles se confunden, los límites hasta dónde soy padre o amigo se difuminan, lo que puede llevar a solapar funciones dentro de la familia", ha explicado la experta a la revista.
La psicóloga apunta la importancia de "definir" los roles en el ámbito familiar "de la manera más eficaz y acertada posible" porque, de esta manera, la "inteligencia y afectividad se van a ver unidas", añade.
Esto no quiere decir que no se pueda tener una relación cercana entre progenitores y vástagos, pero sí que no se rompa esa barrera amistosa. De hecho, la experta apunta que en cruzar esa línea "no hay ventajas, sólo una falsa confianza".
Para sostener su teoría, Palacio García se ha referido a la teoría del psicólogo canadiense Albert Bandura, que decía que los comportamientos que adquirimos los asimilamos a través de la observación, así como del refuerzo y la instrucción más directa. En este sentido, señala que los padres son "un referente en conductas y hábitos. En la familia no hay lecciones orales o escritas, hay ejemplos a seguir".
En conclusión, lo que la experta ha querido transmitir es que, cuando uno de los dos progenitores establece este tipo de dinámica con sus hijos corre el "riesgo" de dejar de ejercer como padre, "como adulto maduro que explica los límites y las normas, tan necesarios para formar la personalidad desde la infancia".