Cocinar la patata perfecta depende del momento en el que eches este ingrediente clave
La clave está en seguir a rajatabla cinco sencillos pasos.
Sobre la cocina se pueden estar aprendiendo pequeños trucos o secretos útiles toda la vida. De los cocineros más expertos o los manitas anónimos de los fuegos, miles de personas cuelgan consejos y recetas prácticas cada día en sus redes o en sus blogs. Una de las últimas que nos hemos encontrado tiene que ver con algo tan habitual en nuestra alimentación como la patata. Se trata de aprender los secretos de cómo se puede llegar a cocinar la patata perfecta.
Básicamente, hay que seguir cinco pasos a rajatabla para lograrlo. El primero es cocerlas siempre con piel, nada de pelarlas antes. Esta primera clave está en que, cuando se cuecen con piel, las patatas conservan la mayor parte de su sabor y sus vitaminas. Es decir, los ingredientes y nutrientes permanecen en la patata. El segundo paso es fregarlas, así como lo han leído. No sólo aclararlas, conviene fregarlas. Aunque los expertos en este ingrediente suelen matizar que, cuando están más nuevas sólo hay que lavarlas un poco y quizás frotarlas un poco con un cepillo, pero si no están tan nuevas conviene que las freguemos o raspemos, sobre todo si la piel está un poco pegada.
El tercer paso es utilizar agua fría con sal. La razón es que las patatas hervidas tendrán mejor textura y no se romperán con facilidad si lo que haces es meterlas en agua fría con un puñado de sal hasta que hiervan. La sal potencia el sabor y mantiene las patatas firmes. Debes tener en cuenta que el agua debe cubrir completamente las patatas y una buena opción es, además de sal, añadir algunas hierbas al agua, como una rama de apio, porque potenciará su sabor.
Los últimos dos pasos son cortar las patatas más grandes por la mitad y asegurarte de que todas las patatas son, más o menos, del mismo tamaño. De esta forma se cocinarán por igual y evitarás que algunas queden poco hechas y otras demasiado. Y, finalmente, ponlas a cocer siempre a fuego medio hasta llevar el agua a ebullición. Esto hará que estén tiernas como al cabo de unos 15 minutos, dependiendo del tamaño. Pínchalas con la punta de un cuchillo de cocina y comprueba que se desliza fácilmente para asegurarte de que están tiernas. Si las patatas son más viejas debes cocerlas más tiempo. Para un tamaño medio el cálculo es de entre 20 minutos y media hora. Ahora sí, ya puedes escurre el agua de cocción y tendrás la patata perfecta para incluir en tu receta o, simplemente, para tomarla con un poquito de sal y chorro de un buen aceite de oliva virgen extra.