Una mutación en las cucarachas las hace más resistentes a los pesticidas
Los expertos alertan de las consecuencias del cambio climático en estos insectos.
El cambio climático está provocando graves daños al medioambiente. Muchos animales se encuentran en peligro de extinción debido al cambio de su hábitat natural. Pero otros están aprovechando esta situación para hacerse inmunes a los pesticidas y otros productos químicos utilizados por los humanos para exterminarlos.
Se trata del caso de las cucarachas que, según explica Cadena Ser, se están haciendo resistentes a los plaguicidas. "Están evolucionando muy rápidamente y se ha hecho resistentes a los productos químicos que hasta ahora empleamos para combatir esta plaga (insecticidas, biocidas, acaricidas) y además están mostrando aversión a otros", explica Jorge Galván, director de la asociación de empresas de sanidad ambiental de España.
El aumento progresivo de las temperaturas y de la humedad están provocando una aceleración de los ciclos metabólicos de determinadas especies. Y esto supone que se den unas condiciones "ideales para su eclosión" apunta, además de alertar sobre "un aumento de las dificultades" para el control de las plagas.
"Hemos constatado un repunte nada desdeñable de artrópodos como las cucarachas en zonas costeras de la península, como es el caso de la provincia de Málaga, donde encuentran el refugio y alimento necesario para su vertiginosa reproducción", apunta el experto. El Confidencial Digital indica también que algunos de estos insectos no se están comiendo los venenos que les están poniendo: "Tradicionalmente, las matábamos dándoles un cebo con azúcar, pero ahora detectan la glucosa y no se lo toman", confirma Carlos Pradera, especialista en control de plagas urbanas de Anticimex.
El problema que surge es que las cucarachas que sobreviven a los insecticidas se van reproduciendo y teniendo hijos a los que transmiten sus genes, lo que genera poblaciones resistentes a los químicos que, además, no ingieren los cebos. "Todo esto hace que tengamos más y que sean más difíciles de controlar", concluye Galván.