Los científicos abren la puerta a fármacos de longevidad para perros que podrían usarse en humanos
Una pastilla diaria, obtenida tras una exhaustiva investigación, podría dar a los perros un mínimo de un año extra de vida saludable.
Alargar la vida de tu mascota y, de paso, quizás también la tuya. El primero ha sido siempre un sueño de muchos dueños de perros y gatos, a los que consideran parte de su familia. Pues parece que los estudios de longevidad aplicados a perros pueden dar los primeros frutos a principios de este año. Loyal, una start-up biotecnológica estadounidense, confía en sacar al mercado LOY-002, una pastilla con sabor a carne, que deben tomar los animales todos los días y que podría dar a los perros un mínimo de un año extra de vida saludable.
Esta empresa, con sede en San Francisco (Estados Unidos) ha recaudado más de 120 millones de euros en financiación de empresas que se habían abstenido de invertir en proyectos de longevidad humana debido a las décadas que llevarían esos ensayos. Aunque Celine Halioua, la fundadora y directora ejecutiva de Loyal, que forma parte de Cellular Longevity, una empresa de biotecnología que investiga la ciencia de la longevidad, ha afirmado, según ha publicado The Guardian, que ella cree que su trabajo beneficiará también a los humanos.
“Descubrir cómo prevenir el deterioro relacionado con la edad en los perros es un indicador muy sólido para hacer lo mismo con los humanos, porque los perros padecen enfermedades similares relacionadas con la edad y comparten nuestros entornos y hábitos de una manera que los ratones de laboratorio no lo hacen”, dijo esa experta.
La píldora LOY-002 tiene como objetivo mitigar y revertir los cambios metabólicos asociados con el envejecimiento, reduciendo la fragilidad frenando los aumentos de insulina relacionados con el envejecimiento.
"No estamos creando perros inmortales", afirmó la directora ejecutiva de Loyal. "Nuestra hipótesis es que el fármaco prolonga la esperanza de vida prolongando la salud y, por lo tanto, acortando el ritmo de envejecimiento".
Este mismo objetivo lo persiguen en otro laboratorio situado a casi 1.500 kilómetros de estos investigadores, al otro lado de Estados Unidos, donde un equipo de académicos está probando febrilmente el impacto de la rapamicina como parte del Proyecto de Envejecimiento Canino.
La clave parece estar en la rapamicina, un fármaco barato y de fácil producción que ya se utiliza habitualmente como inmunosupresor en seres humanos tras operaciones de trasplante de órganos, aumenta la esperanza de vida y retrasa (o incluso revierte) muchos trastornos relacionados con la edad en ratones. Y, aunque el medicamento no ha sido aprobado para su uso en la longevidad humana, muchos gerontólogos lo consideran la mejor esperanza que tenemos para retardar farmacológicamente el proceso de envejecimiento.
El Dog Aging Project, el primer estudio longitudinal a gran escala de animales grandes en un entorno natural, sugiere que dosis bajas de rapamicina podrían aumentar la esperanza de vida de los perros, mejorando sus funciones cardíacas y cognitivas al regular el crecimiento celular y el metabolismo. “Nuestro estudio está a años luz de todo lo que se ha hecho o se puede hacer en humanos”, advirtió Daniel Promislow, biogerontólogo de la Universidad de Washington y codirector del proyecto. “Lo que estamos haciendo es el equivalente a un estudio de 40 años de duración en humanos, para probar la capacidad de un fármaco para aumentar la esperanza de vida saludable”.
En cambio otros expertos, como Kate Creevy, cofundadora y directora veterinaria del proyecto, dijo que estaban en la posición única de poder dividir sus hallazgos no solo por perros machos y hembras, sino también antes y después de la esterilización o esterilización quirúrgica. Lo que, según esta experta "significa que nuestra investigación podría tener un impacto traslacional interesante para las mujeres pre y posmenopáusicas”.
En cualquier caso, cuando el proyecto finalmente presente sus resultados, que será dentro de cuatro o cinco años, Promislow espera poder demostrar que la rapamicina tiene el poder de darles a los perros tres años adicionales de vida saludable. De momento, en eso están centrados estos estudios, asegura. Después, ya se verá si estos resultados pueden ayudar en el tratamiento de la longevidad humana.