El extraño caso de los perros genéticamente distintos de Chernóbil
Un estudio detalla las diferencias entre la población canina que habita cerca de la planta nuclear
37 años después, Chernóbil sigue siendo un lugar casi maldito. El accidente nuclear de su planta en 1986 convirtió a la ciudad ucraniana en un punto a evitar; ahora la guerra lanzada por Putin la ha devuelto al primer plano, con batallas incluso por controlar los alrededores de la central nuclear.
La zona permanece deshabitada desde el accidente. Sin embargo, tanto en la Zona de Exclusión de Chernóbil, como en otras localizaciones habitan centenares de perros y otros animales salvajes, que sobreviven a su suerte en un entorno hostil.
Como recoge El Español, ahora un grupo de investigadores ha analizado los genes de 302 perros que viven en la zona de exclusión en torno a la planta nuclear ucraniana para responder a la recurrente pregunta de si la radiación había cambiado el organismo de estos animales. El artículo ha sido publicado en la revista Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia
Según este macroestudio, se han detectado 15 estructuras complejas y exclusivas entre la población canina de Chernóbil que no guarda relación con otros perros en lugares convencionales. Los resultados abarcan un radio de acción amplio, ya que los animales se desplazan libremente, sin ningún control humano, en las zonas más cercanas a la planta nuclear y en puntos más alejados.
No obstante, los especialistas frenan el posible análisis de relacionar la radiación con cambios en el organismo animal. "No se mide la exposición a radiación en ninguno de los individuos estudiados", matiza Germán Orizaola, investigador en el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo al medio SMC España.
"Al no estudiar de ninguna forma ningún parámetro en relación con los niveles de radiación que hayan podido experimentar esos perros a lo largo de su vida, no es posible concluir nada sobre los posibles cambios que hayan podido ocurrir a consecuencia de la exposición a radiación", añade, explicando que las conclusiones no deben ir más allá que un mero análisis de dinámicas de una población de animales asilvestrados.