¿Quién creará la red social de las cosas?
Apuesto a que en el futuro Facebook no será nada en comparación con una plataforma de redes sociales dedicada a las Cosas. El Internet de las Cosas puede cambiarlo todo y necesitamos una nueva social para esta nueva realidad. Pero, ¿quién creará esa red social?
Apuesto a que en el futuro Facebook no será nada en comparación con una plataforma de redes sociales dedicada a las Cosas. Internet de las Cosas (IoT) ha generado mucha expectación en la industria de Tecnologías de la Información y entre la comunidad de fabricantes desde hace algún tiempo. La batalla en IoT está en encontrar un gran mensaje de marketing sobre cómo mejorarán las vidas humanas. El enfoque principal en artículos de prensa, blogs y medios tecnológicos ha girado en torno a cómo hacer que IoT interese a la gente.
No importa lo que hayamos evolucionado hasta convertirnos en seres humanos. Nuestro instinto básico sigue midiendo las cosas buenas en función del beneficio que pueden tener para el ser humano. Admito que yo también he estado pensando en IoT en términos de beneficio personal. Y por eso mismo soy algo reacio a mostrar un gran entusiasmo hacia Internet de las Cosas.
Me he estado preguntando si hay posibilidad de obtener un mayor beneficio que el puramente dirigido a los humanos. ¿Qué pasa si las máquinas sólo quieren hablar con otras máquinas? De la misma forma que alguien que no conozco podría estar leyendo este post -y, por tanto, de alguna manera, estamos conectando a través del pensamiento y el intercambio de ideas-, ¿podría querer la máquina la misma cosa en lo que respecta a la información? La respuesta inmediata podría llevarnos a pensar en el SkyNet de las películas de Terminator, pero no es eso lo en lo que estoy pensando.
Por ejemplo, imagine un sistema de aspersores que utiliza su propio sensor meteorológico para determinar si estos se deben apagar un día debido a la lluvia. Hoy esos dispositivos son autónomos, pero si ese mismo aspersor fuera parte de una red social y estuviera escuchando a una torre meteorológica local equipada con sensores que también formaran parte de esa red social, podría tomar una decisión basada en un detector de lluvia mucho más sofisticado. De repente, el aspersor estaría tomando decisiones basadas en información procedente de un servicio de red social para Internet de las Cosas.
Cuando ZipCar irrumpió en el mercado, todo el mundo comenzó a entender realmente el concepto del modelo de negocio de "Consumo Colaborativo". Una vez más se trata de la capacidad del ser humano de encontrar beneficio en un servicio basado en la comunidad. Así que tomando esa misma idea, imaginemos un mundo donde las máquinas podrían funcionar mejor en base a un consumo colaborativo de información de otras Cosas.
El argumento aquí es que el dispositivo inteligente podría estar muy limitado si estuviera restringido al dominio de la inteligencia de la nube IoT de un único fabricante. Si la información del sensor es compartida por todas las Cosas, el nivel de inteligencia del dispositivo o de la red del fabricante del mismo no tendrían que ser tan sofisticados y, por lo tanto, tan caros. Al aprovechar la información de varias fuentes en una red social colaborativa, se crearían unas capacidades enormes para el producto, que irían mucho más allá de las que cualquier fabricante podría crear por su cuenta.
Esto daría lugar a una reducción de los gastos que para cualquier fabricante tiene crear dispositivos inteligentes. Entonces, ¿dónde está la ventaja competitiva? En la experiencia del usuario, el servicio al cliente y la capacidad del fabricante para aprovechar inteligentemente la red social.
Los dispositivos enviarían los datos de sus sensores a la nube de su fabricante y a la red social de IoT. El fabricante estaría analizando continuamente los datos de la red social y de su dispositivo, dando lugar a actualizaciones de las instrucciones inteligentes. Todo esto está enormemente simplificado, pero la idea es que un fabricante mejore la experiencia del dispositivo a través de una combinación de la información que procede del mismo y de la red social IoT.
El big data y las herramientas analíticas serán las piezas centrales de esta red social. Se podría asumir automáticamente que las empresas de tecnología son las más adecuadas para suministrar esta infraestructura y servicio, pero me pregunto si la comunidad industrial se podría asociar para ayudar a crear una plataforma. Independientemente de si es un consorcio de fabricantes o una empresa de tecnología la que cree la red social de IoT, es evidente que las redes sociales van a gobernar el futuro del Internet de las cosas.
Llegados a este punto, sólo nos queda volver al comienzo y preguntarnos: ¿quién creará la Red Social de las Cosas?