Un analista militar lanza una advertencia a Rusia: "Ucrania esconde un as en la manga"
Kiev ha declarado que, si bien aspira a mantener bajo su control el territorio ruso por ahora, no tiene ninguna ambición a largo plazo de conservarlo: así tiene una baza para cualquier negociación de alto el fuego con Rusia.
Keir Giles, consultor sénior del Programa de Rusia y Eurasia en Chatham House (un destacado tanque de pensamiento londinense), ha publicado un análisis sobre la ofensiva ucraniana en la región rusa de Kursk que defiende una clara conclusión: podría no ser el último movimiento audaz de Kiev y Moscú, por tanto, debería tentarse la ropa. El presidente Volodimir Zelenski tiene "un as en la manga" y lo va a mantener.
Su informe, publicado en National Interest, la "audaz incursión" de Ucrania en territorio ruso ha dado al país y a sus partidarios "un impulso moral muy necesario", pero acompañado de un claro reconocimiento de los riesgos que implica. Sin embargo, por ahora, la incursión "ha traído múltiples resultados positivos para Ucrania", a su juicio.
A pesar de todo el "dramatismo" de los cambios en la línea del frente después de un largo período de estancamiento, "el mayor impacto puede ser psicológico", en la forma en que tres públicos claves, según Giles: Rusia, Ucrania y los patrocinadores internacionales de Ucrania perciben el avance de la guerra.
"La incursión muestra claramente que Ucrania no es una víctima pasiva, sino que puede tomar la iniciativa, y esto en sí mismo puede reforzar la confianza de los vacilantes partidarios de Ucrania en que respaldar a Kiev es la opción correcta. La confianza también es vital en el país, ya que la moral y la resiliencia, y la asombrosa resistencia del pueblo ucraniano, son un factor decisivo en la capacidad de Kiev para sostener la guerra", escribe.
La captura de prisioneros rusos es, igualmente, "un elemento importante" de este proceso. Dado que tanto los prisioneros militares como los civiles ucranianos "son sometidos a torturas sistemáticas por parte de Rusia", su devolución "es una preocupación permanente en la sociedad ucraniana, lo que genera una presión notable sobre el gobierno para que disponga su liberación".
La captura, ahora, de un gran número de soldados rusos, incluidos reclutas, ha hecho que Ucrania esté negociando ahora los intercambios de prisioneros desde una posición de ventaja, "lo que ha llevado a una rápida revitalización del proceso". "Esto también dará un impulso significativo a la moral y la resistencia en Ucrania", augura.
La reacción inicial de Rusia a la incursión "se caracterizó por la confusión y la incapacidad", aunque este mismo jueves ha reivindicado la reconquista de los ciudades de Kurks. Eso, en sí mismo, "proporciona a Ucrania información valiosa para futuras operaciones contra Rusia". En particular, pone de relieve cómo las maniobras audaces en el sector de primera línea adecuado pueden superar las ventajas numéricas de Rusia, sostiene.
Aun así, "las expectativas de que Rusia se viera obligada a retirar fuerzas de otros sectores del frente para responder a la incursión sólo se han justificado parcialmente". Rusia, expone, sigue intentando avanzar hacia Pokrovsk, cuya importancia se ha descrito en términos similares a los asedios de Bajmut y Avdiivka que tuvo antes, pero el continuo avance en ese sector ha oscurecido el hecho de que en el resto de la línea del frente la ofensiva rusa ha amainado en gran medida.
Además, la incursión "ha demostrado claramente que las reservas de personal rusas no son inagotables y que los resultados de otras respuestas rusas pueden no ser visibles de inmediato". Rusia, indica el analista, "no tendrá otra opción que reforzar otros sectores de la frontera para evitar otra demostración embarazosa de su incapacidad para proteger su territorio y sus ciudadanos". Eso debería incluir "no sólo fuerzas directamente en la frontera sino también una reserva operativa lista para responder a las incursiones". Todo esto reducirá, prevé, la disponibilidad de fuerzas rusas para continuar las ofensivas dentro de Ucrania.
En el frente
Mientras tanto, en los alrededores de Pokrovsk, las fuerzas ucranianas se están retirando esporádicamente, pero no antes de infligir costos sustanciales a las tropas rusas que avanzan. Es, ahora mismo, la operación de la que más se vanaglorian los de Vladimir Putin.
El proceso demuestra "el valor de mantener el territorio no sólo por su importancia operativa sino por la cantidad de bajas que Rusia sufrirá mientras intenta tomarlo". Parte de la tarea esencial de Ucrania es "destruir las fuerzas terrestres rusas más rápido de lo que Rusia puede reconstituirlas y, de ese modo, no sólo preservar a Ucrania sino contribuir a la seguridad de todo el continente al seguir postergando la fecha en que Putin pueda sentir que esas fuerzas están listas y son capaces de atacar más allá de Ucrania".
Otro objetivo logrado con éxito ha sido "la prevención de ataques rusos", tanto interrumpiendo los preparativos para una ofensiva rusa que, según Ucrania, se lanzaría desde la región, "como creando una zona de seguridad para poner fin a los bombardeos transfronterizos que habían estado causando un constante costo en destrucción y vidas perdidas en el lado ucraniano de la frontera".
Los combates en territorio ruso "han acabado definitivamente con las sugerencias de que esta podría ser una circunstancia que pudiera impulsar a Moscú a una escalada radical". El cruce de la frontera, añade, se ha sumado a la "larga lista de otras supuestas líneas rojas que ya se han cruzado irrevocablemente". Pero los beneficios secundarios de demostrarlo han sido, hasta ahora, "limitados". "Los partidarios más comprometidos de Ucrania no necesitaron más convencimiento, mientras que los más temerosos de “provocar” a Rusia, como Estados Unidos y Alemania, no se dejaron convencer, como concluyo en un libro de próxima aparición , ¿quién defenderá a Europa?", cuestona.
¿Ucrania está tratando de abarcar más de lo que puede manejar? "Todos estos logros se equilibran con riesgos", se responde. Después de las primeras semanas de la incursión, Ucrania "resistió la tentación" de seguir avanzando en Rusia y se concentró en "atrincherarse y consolidar" lo que había ganado. Sin embargo, "persisten las preocupaciones de que las fuerzas ucranianas se hayan excedido y hayan dejado vulnerables a sus escasamente distribuidas tropas, especialmente ahora que Rusia está intensificando sus esfuerzos para contraatacar".
Cuando llegue ese contraataque, "será decidido y persistente". "Kiev ha declarado claramente que, si bien Ucrania aspira a mantener el territorio ruso bajo su control por ahora, no tiene ninguna ambición a largo plazo de mantenerlo u ocuparlo. Pero mientras lo haga, Ucrania tiene una carta de triunfo en lo que respecta a cualquier negociación de alto el fuego con Rusia. Al mismo tiempo, Moscú todavía necesita estar alerta ante la posibilidad de que la incursión en Kursk no sea el último o único intento de Ucrania de establecer una nueva realidad en la línea del frente mediante incursiones", insiste.
Kiev, asume el analista, "sabe que el tiempo corre y que tiene un tiempo limitado para maximizar su ventaja". El apoyo de que disfruta por parte de los Estados Unidos, aunque condicional, "sigue siendo mayor en volumen que el de cualquier otro socio de la coalición", pero Ucrania tiene que aprovecharlo al máximo mientras esté disponible antes de las elecciones presidenciales de noviembre y el posible final abrupto del respaldo estadounidense. Y, como siempre, "debe cuidarse del peligro de que el resultado de la guerra no lo dicten los esfuerzos de los ucranianos, por valientes o audaces que sean, sino sus partidarios occidentales, que decidan que ya es suficiente y que es hora de rendirse ante Putin". "Todo esto significa que la incursión en la región de Kursk puede no ser el último golpe audaz que veamos de Ucrania en las próximas semanas", concluye.