Rusia revienta los GPS del norte de Europa
Un informe desvela que los países nórdicos tienen dificultades para volar aviones porque la interferencia rusa está arruinando sus GPS.
El periódico noruego Dagens Næringsliv ha publicado una exclusiva que da cuenta de cómo Rusia aplica sus artes de guerra híbrida en el norte de Europa: la guerra electrónica del Kremlin parece estar interfiriendo en el GPS de barcos y aviones en los países nórdicos, causando numerosas complicaciones en algo tan cotidiano ya para ciudadanos y empresas.
Según la Autoridad de Comunicaciones de Noruega, que es la fuente de la noticia, se han registrado perturbaciones en el GPS “casi todos los días de este año” en la región del Círculo Polar Ártico, donde tanto Noruega como Finlandia limitan con Rusia.
Otro medio, el Barents Observer, añade que los incidentes de interferencia de GPS “casi se duplicaron” después de que Rusia lanzase su invasión en Ucrania, con 122 casos registrados en ese año y 294 en 2023. Líneas de aviones y ambulancias aéreas que volaban desde Kirkenes y otras ciudades en el extremo noreste de Noruega informaron de perturbaciones en el GPS, también.
Las coordenadas GPS son utilizadas por embarcaciones comerciales y de operaciones de rescate en todo el mundo para navegar.
Kirkenes se encuentra a unos 15 minutos en coche de la frontera rusa y, durante mucho tiempo, ha estado en el centro de una guerra es espionaje entre Rusia y Noruega. No es nuevo, pero se ha intensificado el choque.
Los disturbios se producen mientras Rusia despliega unidades de guerra electrónica para defenderse de los ataques de aviones no tripulados ucranianos contra sus ciudades, aeropuertos y la industria de petróleo y gas en el extremo norte del país.
Las unidades de guerra electrónica son capaces de codificar las coordenadas utilizadas para guiar a los drones hacia sus objetivos, según los informes, y están afectando las coordenadas GPS en toda la región.
Las señales son tan fuertes que Rusia está apagando Internet en algunas regiones para evitar interferencias, señala la prensa crítica con el régimen de Vladimir Putin.
Algunos funcionarios de seguridad creen que las interferencias son parte de tácticas deliberadas de Rusia para intimidar a los países de la OTAN, más aún ahora que han entrado en la Alianza Suecia y Finlandia, con lo que se ha multiplicado el poder aliado en el norte del continente. Dicha ampliación, justamente, se ha acometido por el temor a Rusia, cada vez más agresiva y que repite un discurso expansionista poco tranquilizador.
Ya a principios de enero, un simulacro de guerra electrónica por parte de Moscú dejó sin GPS a parte de Polonia, el sur de Suecia y puntos localizados de los países Bálticos. La señal, en todos los casos, procedía de Kaliningrado.