Putin desactiva el arma letal de Occidente
La Unión Europea y Estados Unidos esperaban dejar tocada de muerte a la economía rusa con su estrategia, pero no lo han conseguido.
El tope de 60 dólares al precio de cada barril de crudo ruso se presentaba, en principio, como el arma letal de Occidente para mermar la financiación rusa de la guerra de Ucrania. El límite se aplica si hay una empresa occidental implicada en la operación.
Sin embargo, diez meses después de que el G-7 adoptara esa decisión, la realidad es que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha logrado desactivar con gran eficacia esa arma letal.
Buena prueba de ello es que el valor del petróleo ruso no se ha hundido, más bien todo lo contrario. En estos momentos, con referencia en los Urales cotiza por encima de los 80 dólares, un nivel más cercano al del barril de Brent que al propio tope.
Edoardo Campanella, analista de UniCredit, explica en una nota recogida por El Economista que el funcionamiento del tope al petróleo del país dirigido por Putin se basaba en la siguiente lógica: “El crudo ruso tenía que seguir fluyendo a destinos fuera de Occidente para evitar un repunte de los precios mundiales del petróleo que se habría desencadenado por una caída de la oferta, mientras que los ingresos petroleros de Moscú tenían que reducirse para frustrar sus esfuerzos militares”.
Los datos hablan por sí solos
Sin embargo, la segunda variable, la de la reducción de los ingresos petroleros de Rusia no se ha cumplido. En ese sentido, este miércoles se ha conocido que, según los datos del Ministerio de Finanzas ruso, los ingresos derivados del petróleo y el gas se han incrementado en un 15% intermensual en septiembre, alcanzando la cifra de 7.440 millones de dólares. Esa cantidad también supone un aumento del 7,5% en comparación con el mismo mes del año 2022.
Por otro lado, fijándose en un periodo más extenso y no tan solo en el mes de septiembre, los registros de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) reflejan que los ingresos rusos procedentes del petróleo se han mantenido en una media mensual de, aproximadamente, 15.000 millones de dólares.
El promedio de ingresos para Rusia gracias al crudo es similar al registrado en el año 2021 (antes de que se iniciara la guerra en Ucrania), por lo que se puede confirmar que esa arma letal de Occidente, el tope de 60 dólares por barril, no ha logrado su objetivo de debilitar de manera severa la economía rusa.
El analista de UniCredit explica que este fracaso de Occidente se debe a “un cambio en la base de clientes de Rusia para su petróleo”. En concreto, lo que ha ocurrido es que “EEUU y el Reino Unido ya no importan barriles de Moscú, y las importaciones europeas se han reducido a 700.000 millones de barriles diarios frente a los 3,4 millones de 2021”. Pero “China, India, Turquía y algunos países africanos han aprovechado los descuentos en el petróleo ruso para aumentar sus importaciones”.