Putin blanquea el terror de Stalin en las escuelas
El revisionismo histórico y el ansia expansionista se imponen hasta en los libros de texto.
Los gobiernos totalitarios son expertos en manipular la historia y Rusia no es una excepción. Según un análisis de Anya Free, profesora de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), Vladimir Putin está reformando el contenido de los libros de texto en su Federación para "intentan encubrir los crímenes estalinistas y rehabilitar el legado de la Unión Soviética".
Esta tendencia se ha detectado en los nuevos libros de texto rusos para las escuelas secundarias, introducidos en agosto de 2023, una lectura obligatoria para los estudiantes de décimo y undécimo grado en Rusia y los territorios ocupados, como los de Ucrania. Han sido escritor por un colaborador cercano al mandatario ruso, el exministro de Cultura Vladimir Medinsky.
Según ha denunciado la experta en The Conversation, se trata de un "ejemplo de los esfuerzos patrocinados por el Estado para utilizar la historia y la erudición al servicio de la agenda y los objetivos de Putin", que siempre ha defendido su idea del "mundo ruso", que está detrás de su afán expansionista en Ucrania y en otros territorios del espacio postsoviético.
Los libros de texto son parte de una estrategia mayor, indica el artículo de la historiadora, como la apertura, el pasado noviembre, del Centro Nacional de Memoria Histórica, encargado de preservar “los valores espirituales y morales, la cultura y la memoria histórica tradicionales rusos”; o la la creación de una extensa red de parques históricos y una colección de documentos de archivo titulada Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos. "Estos proyectos no sólo demuestran el deseo de Putin de controlar la narrativa histórica sino también de servir al objetivo de promover el imperialismo cultural y educativo ruso", señala.
El revisionismo llega especialmente a la figura de Josef Stalin. "Los esfuerzos de Putin por redimir el pasado soviético pueden ayudar a explicar por qué Stalin está arriba en las encuestas: el 63% de los rusos encuestados en junio de 2023 expresaron una actitud positiva hacia el dictador soviético detrás de purgas generalizadas, ejecuciones masivas, campos de trabajos forzados y políticas que condujeron a la muertes de millones de sus propios compatriotas", sostiene el análisis al hablar de una figura que sigue dividiendo a los rusos y a los ciudadanos de su área de influencia histórica, donde el líder y el carnicero se mezclan.
Por ejemplo, cita Free, en uno de los libros se "menciona brevemente las dramáticas consecuencias de la colectivización de la agricultura soviética", incluidas las hambrunas provocadas por el hombre de 1932-33 en Ucrania, Kazajstán , el norte del Cáucaso y otras regiones . "Sin embargo, culpa exclusivamente a las malas cosechas y a los errores de los dirigentes locales y no a las políticas estalinistas que causaron y exacerbaron las hambrunas. La gran hambruna de Ucrania, o Holodomor, en particular, es considerada por muchos historiadores y organizaciones internacionales como un genocidio", señala.
También se cita de pasada el "Gran Terror" de 1937-38, "en el que millones fueron arrestados y se estima que entre 700.000 y 1,2 millones fueron ejecutados". La policía secreta soviética es "elogiada" por su papel en la "lucha contra la contrarrevolución", la "creación del sistema educativo profesional" y la "restauración del sistema educativo".
La autora habla de una defensa de la Política Exterior expansionista, como la que Putin quiere recuperar, y por eso está multiplicando los homenajes y recuerdos al mandatario, dentro de una "guerra contra la memoria histórica". "En la nueva narrativa putinista de la historia, el Estado y su expansión siempre están en el centro, tal como lo estuvo durante el estalinismo. La gente es tratada según un proverbio preferido por Stalin, que resume su actitud hacia las medidas despiadadas y brutales que impuso: “Cuando se corta la madera, las astillas vuelan", concluye.