Por qué Rusia exige el desbloqueo de sus barcos en el mar Negro para dar su 'ok' al acuerdo con Ucrania

Acuerdo sí, pero con matices. La noticia del día en clave internacional es el pacto -o intenciones de- por parte de Rusia y Ucrania respecto al cese de las acciones militares en el mar Negro, que aliviaría enormemente el flujo de barcos mercantes por parte de uno y otro.

Esto supondría un antes y un después -aunque momentáneo- en el conflicto, pero parece que no todo va a ser tan fácil, y menos con Rusia como protagonista directo. Según informó el Kremlin en un comunicado, su 'sí' definitivo al acuerdo estará condicionado por el levantamiento de las sanciones occidentales que recaen sobre el sector agrícola ruso.

Entre ellas figura la reconexión del banco agrícola ruso, Rosseljozbank, al SWIFT; y de otras entidades financieras similares el levantamiento de sanciones a repuestos y equipamiento para la maquinaria agrícola y el desbloqueo del servicio portuario a barcos mercantes que participan en la exportación de alimentos y fertilizantes rusos.

En la misma nota, se especifica también que Rusia considera necesario el levantamiento de las restricciones a las operaciones financieras vinculadas al comercio, a las compañías que producen y comercializan alimentos y fertilizantes, y también a las aseguradores que operen en ese sector. Solo bajo estas premisas, Rusia dará el visto bueno al acuerdo al que Putin y Trump llegaron la pasada semana vía telefónica y durante su reunión en Riad.

Por su parte, Moscú también ha anunciado que se compromete a renunciar a la fuerza militar y acepta así prevenir el trasiego de buques mercantes con fines militares. Este acuerdo supondría la reanudación de la aplicación de la Iniciativa del mar Negro, activa entre junio de 2022 y julio de 2023.

Por qué es tan importante el mar Negro para Rusia

Pero si se rasca un poco más, se puede comprender de una manera mucho más evidente la trascendencia del mar Negro para Rusia. En primer lugar por su importancia estratégica, ya que es considerada como una "puerta de entrada" al resto de mercados del mundo. Y esto se puede comprobar con lo ocurrido en 2014, cuando Rusia consiguió el control de la península de Crimea, lo que le permitió hacerse con los puertos ucranianos de la región, junto a los buques anclados.

En segundo lugar, otro factor importante es el poder que otorga adueñarse de este mar, ya que permite hacerse con las rutas comerciales y así poder obstruir el comercio y los suministros energéticos de terceros países, y por último pero no por ello menos importante, también permite a Rusia influir en regiones colindantes que se puedan encontrar bajo el radar de la OTAN, privándoles así de su propia autonomía.

Este asunto tiene una gran importancia -y sirve de justificación para Rusia-, ya que la cercanía de las bases de la OTAN, según Moscú, han ido acorralando cada vez más sus fronteras y desde el Kremlin señalan que ponen en peligro su integridad comercial y económica. Y es precisamente por esto por lo que Rusia exige su soberanía sobre el mar Negro, ya que acusa a Occidente de haber debilitado su influencia económica, política y militar durante en los territorios limitantes del mar Negro en los últimos 20 años.

Esto se debe, principalmente a la presencia de Bulgaria, Rumanía y Turquía, países armados y pertenecientes a la OTAN que al igual que Rusia, también cuentan con grandes intereses en el mar Negro  y son los únicos que se encuentran presentes de forma permanente en él.

Principales preocupaciones de Rusia respecto al acuerdo

El problema en esta negociación radica en la nula confianza que el Kremlin tiene en Zelenski: "Nuestra postura es simple: no podemos fiarnos de la palabra de esa persona", explicó Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia. En este sentido, Moscú ve fundamental que Estados Unidos emita "una orden al presidente ucraniano y a su equipo para que lo hagan (acepten el acuerdo) de esa forma y no de otra".

Por ello, Lavrov destacó que lo fundamental es obtener "garantías claras" de que Ucrania cumpla el pacto exigido por Rusia y se mostró muy claro respecto a sus peticiones a Washington: "Me parece que nuestros socios estadounidenses captaron nuestra señal". E insistió en que, "como dijo el presidente (Putin) nosotros estamos a favor de la reanudación de la Iniciativa del Mar Negro, aunque en un formato más aceptable para todos" y advirtió de que en esta ocasión "no habrá ninguna ambigüedad".

"Queremos que el mercado de cereales y el de fertilizantes sea previsible, que nadie intente obligarnos a renunciar a ese mercado", aseguró Lavrov, que también argumentó que otra de las prioridades para que todos acepten las condiciones de Rusia es "la situación alimentaria en los países de África" y asegura que los precios serían mucho menores si Occidente dejara de interferir en el juego de las libres fuerzas del mercado".