Orbán culpa a los migrantes de la violencia de género, el antisemitismo y la homofobia... pero ni cita a Ucrania en el Europarlamento

Orbán culpa a los migrantes de la violencia de género, el antisemitismo y la homofobia... pero ni cita a Ucrania en el Europarlamento

La culpa de todos los males de la Unión la tienen los de fuera, dice el húngaro al presentar la claves de su Presidencia del Consejo. De su cercanía a Putin, ni palabra.

Viktor Orban saluda a Ursula Von der Leyen antes de la tormenta de su intervención en la sede de Estrasburgo del Parlamento Europeo, este miércoles.CHRISTOPHE PETIT TESSON / EFE / EPA

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha insistido este miércoles en cargar contra la migración y la política de asilo de la Unión Europea, aunque ha obviado la guerra en Ucrania y sus intenciones de negociar con Rusia durante su discurso ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Con motivo de la presentación de las prioridades de la presidencia húngara del Consejo, Orbán se ha dirigido a la Eurocámara para reiterar su mensaje antimigración insistiendo en que la UE debe proteger las fronteras externas y apoyar a los Estados miembros a hacerlo ante la "presión significativa" que afrontan.

A su juicio, todas las medidas y paquetes a nivel europeo para controlar la migración se han demostrado fracasadas por lo que ha subrayado que "la única solución" es crear centros de migrantes fuera de la UE en los que se gestione la situación de las personas que quieren entrar en el bloque y lo hagan solo con permiso previo.

"Sin centros fuera de la UE no podemos proteger a los europeos de migrantes ilegales. Si les dejamos entrar luego no hay manera de devolverles. La única solución son los centros externos", ha declarado ante los eurodiputados.

Asimismo, el líder magiar ha achacado a la migración ilegal el crecimiento del antisemitismo, la homofobia y la violencia contra las mujeres en la Unión Europea, para reiterar que todo esto es fruto de un sistema de asilo que no funciona. "El resultado es claro. Varios Estados miembros quieren una exclusión de esta política", ha dicho.

Este debate se produce con meses de retraso por las tensiones entre Bruselas y Budapest y ante una Eurocámara que, en la legislatura pasada, expresó en varias ocasiones su preocupación por la deriva antidemocrática en Hungría, reclamando a la Comisión y al Consejo medidas y advirtiendo de que Hungría ya no puede considerarse una democracia plena sino una "autocracia electoral".

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha defendido en su intervención de inicio de debate una Unión "de democracia, prosperidad y seguridad que proteja los valores (europeos) en todas partes", al tiempo que ha subrayado que la Eurocámara es la "casa de la democracia en donde, como en Europa, el Estado de derecho y la libertad de expresión son sacrosanto". "Podemos no siempre estar de acuerdo, pero siempre habrá espacio para el intercambio respetuoso de ideas", ha advertido.

Viktor Orban, durante su intervención de hoy, con Roberta Metsola al fondo.CHRISTOPHE PETIT TESSON / EFE / EPA

"Intifada partidista"

Poco antes de que arrancara el debate, eurodiputados de los grupos de Socialistas y Demócratas (S&D), liberales (Renew), Verdes e Izquierda se han concentrado frente al Hemiciclo para escenificar su rechazo a las políticas de Orbán con pancartas con el lema "Demócratas contra autócratas". Tras su primera intervención un grupo de parlamentarios de izquierda han cantado a voz en grito desde el hemiciclo la canción Bella Ciao, himno de la resistencia antifascista en Italia.

Una vez dentro, los grupos no ultras han sido muy críticos con la persecución de Orban de los valores europeos, de los extranjeros o de las familias no católicas, de la comunidad LGTBI o la prensa libre. Especialmente duro ha sido el alemán Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PEE), grupo en el que antes se alojaba el húngaro, reprochándole sus visitas a Putin y su falta de solidaridad con Ucrania. La Izquierda ha pedido incluso que se le retire a Hungría el derecho de voto en el Consejo, por retorcer las bases de la UE y complicar los consensos. 

La presidenta de la Comisión, la conservadora Ursula von der Leyen, ha atacado a Orban por su lejanía a Ucrania o el aplastamiento de valores como los de la Revolución húngara de 1956, el movimiento revolucionario espontáneo de alcance nacional contra el gobierno de la República Popular de Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética. Apoyar al "invasor y no al invadido" sería como culpar a los húngaros por aquella invasión soviética, ha dicho. 

"Aún hay quien reprocha esta guerra no al invasor sino al invadido. No por el ansia de poder de Putin sino por la sed de libertad de Ucrania, yo pregunto: ¿Culparían a los húngaros de la invasión soviética de 1956?¿Culparían a los checos o eslovacos por la represión soviética de 1968? ¿A los lituanos por la represión de 1991?", ha espetado. 

La política alemana también le ha avisado de que aunque los europeos tienen "distintas historias y distintos idiomas, en ninguno de esos idiomas la palabra paz es sinónimo de rendición ni soberanía es sinónimo de ocupación". "Los ucranianos son combatientes de la libertad como lo fueron los héroes que liberaron la Europa central y este del régimen soviético", ha remachado Von der Leyen, que ha recibido los aplausos de parte del Hemiciclo tras sus palabras.

Eso ha dolido especialmente a Orban, quien en el turno de réplica le ha dicho que es "un ataque y un error" y le ha reclamado que no haga comparaciones.

"¿Culparían a los húngaros por la invasión soviética?"
Ursula von der Leyen

Von der Leyen también ha reprochado al primer ministro húngaro su política de visados para ciudadanos rusos o que se permita a la Policía china patrullar en su territorio porque pone en riesgo no sólo la seguridad de su país sino el de la Unión Europea en su conjunto. "Esto no es defender la soberanía de Europa es ser la puerta de atrás para la injerencia extranjera", ha zanjado la política alemana.

En un tono jocoso e irónico, el líder de Fidesz se ha quejado de la "Intifada partidista y política" de los grupos del Europarlamento, de las "mentiras y propaganda" lanzadas por los opositores. Una actitud de la que ha culpado sobre todo a Von der Leyen. "No me gusta", ha dicho. 

Más tarde, vistas las acusaciones, ha hablado de Ucrania para insistir en que "hay que reconocer que se están cometiendo errores", aunque la CE "hace como si esa no fuera la realidad, pero lo es". Su estatregia "es equivocada" y por eso, si se quiere "que Ucrania no salga perdedora", hay que "cambiar" de estrategia. "La intervención actual es de perdedores", ahonda. A su entender, hace falta "diplomacia y comunicación directa", defendiendo pues la interlocución hasta con Putin. "Hay que defender la paz", ha enfatizado, un "alto el fuego", pero con "otra estrategia". 

Sobre las relaciones comerciales y energéticas con Moscú, ha acusado a la UE de señalar a su país cuando el año pasado Europa gastó 1.700 millones de euros en crudo ruso, por ejemplo. "Y nos atacan a nosotros por una amistad", incide. 

Orban ha repetido varias veces que no va a "callarse la boca" si tiene críticas a Europa y se ha jactado de que hay corrupción también en el propio Europarlamento y no sólo en su país (el Qatargate de fondo). No ha evitado recordar el pasado, las tensiones sobre los votos que Von der Leyen necesitaba para ser presidenta de la CE en 2019, y ha defendido que "efectivamente" los matrimonios han de ser de hombre y mujer, "padre y madre". 

Su modelo de país es intocable, dice, y avisa: "Nosotros protegeremos nuestra patria, también de ustedes, si hace falta". Una relación ideal en el seno de Europa.