Una nueva arma rusa causa el caos en Ucrania
Bueno, quizás no tan nueva.
Moscú ha vuelto a poner sobre la mesa de la guerra de Ucrania un nuevo tipo de armamento que despierta temores. En realidad no es tan nueva, puesto que se trata de un arma de la era soviética que ha sido modificada y actualizada para los parámetros de la guerra moderna.
Según ha publicado La Razón, se tratan de las conocidas como bombas deslizantes, que consiste en un tipo de explosivo al que se le han implementado alas y GPS. Hasta ahí nada impresionante y diferente del armamento moderno, pero la clave está en su uso.
Se lanzan desde aviones hacia áreas controladas por Rusia. ¿Por Rusia? Sí, exactamente, porque se deslizan en el aire a lo largo de hasta 50 kilómetros antes de impactar en el blanco. Y sí, el blanco es una posición ucraniana. En este sentido, se corresponden con las explosiones que han causado grandes estragos a las fuerzas defensoras de Bajmut (Donetsk, el gran enclave que decidirá el futuro del Donbás).
¿Por qué serían mejores estas bombas que los drones 'kamikaze'
Así, la primera incógnita que surge a cualquier persona familiarizada con las técnicas de combate y métodos que se están utilizando en Ucrania es ¿y por qué no usar simplemente drones ‘kamikaze’? La respuesta la Arash Heydarian Pashakhanlou, investigador de la Academia Noruega de Defensa. Con la modificación, estos despojos soviéticos se convierten en bombas con mayor precisión y alcance: “Entonces también serán más baratos que los drones".
Según el analista militar ucraniano Alexander Kovalenko, el precio es un factor clave en el uso de este tipo de armamento, pero también lo es para quien tiene que responder ante este. Es decir, Ucrania tiene que decidir si merece la pena neutralizar en el aire estas bombas con unas defensas antiaéreas que sí, fueron capaces de interceptar un misil hipersónico, pero cada vez que se utiliza un Patriot o un Nasam se desembolsa cerca de un millón de dólares.