Ni se te ocurra: Dinamarca, Panamá y Canadá se plantan ante el expansionismo de Trump
La pretensión del presidente electo de EEUU de quedarse con Groenlandia y con el canal americano y sumar el país del norte como un simple estado más causa un enorme escándalo diplomático, a 12 días de su toma de posesión.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, metió anoche la diplomacia en un cajón y dijo, a las claras, que no descarta recurrir al uso de la fuerza militar para recuperar el control del Canal de Panamá o hacerse con la Groenlandia danesa. También insistió en que su vecino del norte, Canadá, más bien debería ser un estado más de su país que una nación con pleno derecho y soberanía.
Obviamente, ante esta andanada, las reacciones de Ciudad de Panamá, Copenhague y Ottawa han sido contundentes y unidireccionales: sus bienes, sus recursos, su suelo, no se tocan.
Así, el canciller panameño, Javier Martínez-Acha, dijo esta madrugada que el canal "es parte de la lucha" de Panamá por su soberanía plena y "una conquista irreversible". "Reitero lo que ya ha dicho el presidente (panameño) José Raúl Mulino: la soberanía de nuestro canal no es negociable y es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible", expresó Martínez-Acha durante una declaración a la prensa. Añadió que "cuando el presidente electo (Trump) asuma el cargo", el próximo 20 de enero, "la relación de los Estados Unidos y Panamá se manejará por los canales formales, habituales y correspondientes".
Panamá conmemoró el 20 de diciembre el 35 aniversario de la invasión estadounidense al país para capturar al dictador Manuel Antonio Noriega bajo cargos de narcotráfico, lo que dejó entre 500 y 4.000 muertos. El país centroamericano abolió su Ejército tras esa incursión extranjera.
Trump volvió a acusar este martes al país centroamericano de imponer tarifas de paso excesivas a los barcos estadounidenses e insistió en que China controla el canal, declaraciones que ya el Gobierno panameño ha rechazado. "Los peajes no se hacen al antojo de los presidentes y del administrador" del canal, se fijan en un "proceso público y abierto" en el que participan clientes y otros actores, declaró Mulino el pasado 26 de diciembre al responder "no" cuando se le preguntó si se reducirían los costos de los peajes por las quejas de Trump.
Y Martínez-Acha repitió anche lo que ya ha dicho antes el presidente Mulino: "las únicas manos que controlan el canal son panameñas y así seguirá siendo", negando una vez más la afirmación de Trump de que China controla la vía que comunica el Atlántico y el Pacífico.
El canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso total al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999, como quedó establecido en los Tratados Torrijos-Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por el líder panameño, Omar Torrijos (1929-1981), y el presidente estadounidense, Jimmy Carter (1924-2024).
Existen además tratados relativos a la neutralidad permanente y la operación de la vía firmados por los dos países en 1977 que son de "obligatorio" cumplimiento, y pusieron fin al tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 que le dio a EE.UU. los derechos a perpetuidad para construir y usufructuar el canal iniciado por los franceses, como explicó a EFE el exmandatario panameño (1978-1982) y exnegociador de los Tratados Torrijos-Carter de 1977, Arístides Royo.
"Nuestro canal tiene la misión de servir a la humanidad y su comercio, ese es uno de los grandes valores que los panameños ofrecemos al mundo, dándole garantía a la comunidad internacional de no tomar parte ni ser parte activa en conflicto alguno", aseveró este martes el canciller de Panamá.
Estados Unidos es el principal usuario del canal de Panamá, por donde pasa alrededor del 3 % del comercio mundial, seguido de lejos por China. La potencia norteamericana también es el principal socio comercial y político del país centroamericano.
"Somos un país abierto al diálogo hoy y siempre, a las inversiones y a las buenas relaciones, pero con la clara consigna que la Patria está en primer lugar", dijo el canciller de Panamá al concluir su declaración.
"Groenlandia es de los groenlandeses"
Pr su parte, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, reaccionó a las declaraciones del republicano reiterando que Groenlandia, ese territorio autónomo que es parte de la Corona de Dinamarca, "es de los groenlandeses".
"Mi punto de partida y el punto de partida del Gobierno son muy claros: que el futuro de Groenlandia se decide en Groenlandia", dijo Frederiksen a la cadena TV2 el día en que el hijo mayor de Trump visitó la isla, en un viaje que según ha dicho es de carácter privado. "Groenlandia es de los groenlandeses", enfatizó la primera ministra, que ya en 2019 había calificado de "debate absurdo" la idea lanzada por Trump, entonces en su primera legislatura, de comprar el territorio.
Frederiksen añadió que si "en algún momento" los habitantes del territorio toman una decisión de una naturaleza u otra, el Gobierno danés se posicionará al respecto. Además, la primera ministra instó a mantener la tranquilidad sobre el asunto y afirmó que desde su punto de vista "somos más fuertes si estamos juntos".
La isla quedó bajo jurisdicción danesa cuando Dinamarca y Noruega se separaron en 1814 y fue integrada por completo en el Estado danés en 1953, aunque en 2008 los groenlandeses votaron en un referéndum a favor de una mayor autonomía y la independencia completa es uno de los temas de campaña de las elecciones legislativas del próximo mes de abril.
"Groenlandia es un lugar increíble y la gente se beneficiará en el caso de que llegue a ser parte de nuestra nación", escribió Trump en la aplicación Truth Social, al anunciar la visita de su hijo Donald Trump Junior. Las autoridades groenlandesas negaron que fueran a tener reunión alguna del hijo del político con miembros del Gobierno autonómico, en contra de lo que se había especulado inicialmente.
En Navidad, Trump, que asumirá la presidencia el próximo 20 de enero por segunda vez, declaró que el control de la isla es "una necesidad absoluta" para la seguridad nacional estadounidense, a lo que el primer ministro groenlandés, Múte B. Egede, respondió entonces que Groenlandia "no está en venta".
"Jamás, pero jamás, Canadá será parte de EEUU"
Los dirigentes políticos canadienses también denunciaron rápidamente este martes las amenazas del presidente electo estadounidense de anexionar a la fuerza a Canadá y aseguraron que nunca formará parte de EEUU. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró en un mensaje en las redes sociales: "Jamás, pero jamás, Canadá será parte de Estados Unidos". "Los trabajadores y las comunidades en los dos países se benefician de que seamos el uno para el otro el mayor socio comercial y en materia de seguridad", añadió el líder canadiense.
Este martes, en una rueda de prensa, Trump descartó usar la fuerza militar para anexionar Canadá, pero dijo que sí usará "la fuerza económica".
La ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, también se sumó a las críticas y calificó las declaraciones de Trump como "amenazas" que atentan contra la relación bilateral. "Los comentarios del presidente electo Trump muestran una absoluta falta de entendimiento de qué hace que Canadá sea un país fuerte. Nuestra economía es fuerte. Nuestra gente es fuerte. Nunca retrocederemos ante amenazas", añadió en las redes sociales la responsable diplomática del país.
Por su parte, el líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, aprovechó las palabras de Trump para atacar a Trudeau, que el lunes anunció que dimitirá en las próximas semanas, cuando el gobernante Partido Liberal elija un líder para sustituirlo.
"Canadá nunca será el estado número 51. Punto. Somos un gran país independiente. Somos los mejores amigos de EE.UU. Gastamos miles de millones de dólares y centenares de vidas para ayudar a EE.UU. a tomar represalias por los ataques del 11-S de Al Qaeda", dijo Poilievre.
El líder conservador, que según las encuestas de opinión ganará las próximas elecciones generales, añadió que el "patético" Gobierno de Trudeau no ha incidido en estos argumentos para defender a Canadá.
Otro líder opositor, Jagmeet Shing, líder del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), fue más directo. "Deja de decir tonterías, Donald. Ningún canadiense quiere ir contigo. Estamos orgullosos de ser canadienses. Orgullosos de cómo nos ayudamos los unos a los otros y defendemos nuestra nación. Tus ataques dañarán empleos en ambos lados de la frontera. Si vienes a por los empleos canadienses, los estadounidenses pagarán", afirmó.
Y Andrew Coyne, uno de los principales comentaristas políticos del país, afirmó que "este país está bajo ataque. Por nuestros vecinos". "La presunción básica de la historia de Canadá, de que siempre tendríamos un aliado democrático y estable al sur se ha acabado. No son estables, no es probable que sigan siendo democráticos y, bajo Trump, no son nuestros aliados", opinó.