Muere Lucile Randon, la persona más longeva del mundo con 118 años
Conocida como la monja André, logró superar el covid a los 117 años en enero del 2021
La persona más longeva del mundo, la francesa Lucile Randon, más conocida como la monja André, ha muerto este martes a los 118 años en la residencia de ancianos de Toulon, una localidad mediterránea del sur de Francia, tal como ha anunciado en su cuenta de Twitter el alcalde de la ciudad Hurbert Falco.
La religiosa, ciega y en silla de ruedas, ostentaba el récord de ser la persona de mayor edad desde el 25 de abril de 2022, fecha en la que moría la japonesa Kane Tanaka a los 119 años. Randon, más allá de ser la decana de la humanidad, saltó a los medios porque en 2021, con 117 años, consiguió pasar el coronavirus sin mostrar síntomas.
Después de haber vivido la pandemia de gripe española de 1918, el 16 de enero de 2021 dio positivo en la prueba del coronavirus y fue aislada rápidamente en su residencia de ancianos para evitar la propagación del virus.
"Se dice que el trabajo mata, pero a mi es el trabajo el que me hizo vivir, pues trabajé hasta los 108 años", dijo Lucile Randon a la agencia AFP hace un año, antes de expresar su deseo de "morir pronto", pero "Dios no me escucha, debe estar sordo".
Sor André murió a las dos de la madrugada del martes mientras dormía, tal como ha señalado David Tavella, portavoz de la residencia Sainte-Catherine-Labouré. "Para ella fue una liberación y lo único que deseaba era reunirse con su hermano", ha señalado el representante del centro de mayores en el que vivía desde hace 12 años.
Nacida el 11 de febrero de 1904 en la localidad francesa de Alès en el seno de una familia protestante, Lucile Randon adoptó el nombre de Hermana André en 1944, cuando se ordenó en la congregación católica de las Hijas de la Caridad.
La monja André era también, según un comunicado publicado por el Libro Guinness de los récords en abril de 2022, la tercera persona más longeva en Francia y en Europa. En 2019 fue nombrada ciudadana de honor de la ciudad de Tolón y hace poco recibió otro sorprendente reconocimiento, ser la superviviente del COVID-19 de mayor edad.
"Su copa de vino la mantiene y es quizás su secreto de longevidad. No lo sé, yo no animo a la gente a beber un vaso de vino todos los días", dijo un miembro del personal de la residencia de la hermana André después de recibir el título de la persona más longeva del mundo.