Medios internacionales alertan: China aplastará a Rusia y será el fin de la superpotencia
La transición china hacia la electricidad podría afectar seriamente a la economía de Rusia, ya que se trata de uno de sus principales compradores de combustible.
Las exportaciones de combustible ruso podrían caer un 40% en los próximos 25 años, según alerta los científicos del Instituto de Investigación Energética de la Academia Rusa de Ciencias, lo que podría significar el final de la "superpotencia energética".
En 2021, Rusia exportó materias primas por valor de 821 millones de toneladas de combustible estándar. Sin embargo, se espera que las cifras se reduzcan a los 583 millones de toneladas para 2030, a los 561 millones en 2040 y a los 486 millones de toneladas para 2050, lo que se traduce en una pérdida de casi el 50% de ingresos en apenas 30 años.
La pérdida de exportaciones, unido a la caída de del rublo, hará que la economía del Kremlin se tambalee. Es aquí donde entra el papel de China, que según alerta 'Bussiner Insider' podría perjudicar más de lo que se piensa al país liderado por Putin en estos términos.
La transición china hacia la electricidad, un obstáculo para Putin
Los analistas del Banco de Rusia reflejan en un informe citado por el medio "RZ" que "las tendencias observadas en China plantean dudas sobre las perspectivas a largo plazo de las exportaciones rusas en relación con la implementación de una política climática activa, también en países amigos".
Esto significa que la demanda de petróleo ruso sufrirá un estancamiento debido a las preocupaciones de Pekín por clima, que no solo afectarán en el sector industrial, sino también en el propio consumo, ya que la producción de coches eléctricos en China está ocasionando una reducción de la demanda de combustibles tradicionales.
Dicha transición estaría provocando un cambio en el consumo de energía de productos del petróleo hacia la electricidad, como argumentan los analistas del Banco de Rusia, lo que a la larga, sin duda, hará tambalear la economía del Kremlin, cuyos importadores principales son precisamente China, India y Turquía.