Los tanques que teme Rusia: Ucrania pone toda la carne en el asador en su ofensiva
Ucrania avanza en el sur, a la espera de más ayuda militar de EEUU. Moscú reconoce un ataque a gran escala Zaporiyia y cita a los países africanos para tenerlos a su lado.
La guerra de Ucrania ha entrado en las últimas jornadas en una nueva fase. La contraofensiva de Kiev para reconquistar esa quinta parte de su país que aún está invadida por Rusia ha ganado cuerpo porque se ha puesto toda la carne en el asador, esto es, se está usando ya gran parte del material entregado por Occidente y que Moscú tanto teme. Empezando por los tanques de origen alemán Leopard, que ya están completamente desplegados y en acción.
Lo ha confirmado esta madrugada el diario norteamericano The New York Times, que afirma que "después de retener muchas de sus unidades entrenadas y armadas por Occidente, Ucrania ahora las está comprometiendo" en el terreno. Lo afirman funcionarios del Pentágono de Estados Unidos. Lo que aún no se sabe es si es porque se está lanzando un ataque a gran escala, si no definitivo sí definitorio para el devenir de la guerra. Este medio habla del "impulso principal de su contraofensiva", que iba a ser en primavera y se retrasó hasta las puertas del verano, entre otras cosas, para poder tener el armamento, la munición y el entrenamiento que le permitiera iniciar el ataque con garantías.
Esta constatación se entiende mejor con el anuncio hecho ayer por el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, quien dijo que los ucranianos han montado un asalto "masivo" con tres batallones, reforzados con tanques, al sur de la ciudad de Orikhiv, y luego otro unos kilómetros más al sur, cerca de la aldea de Robotyne, según a la agencia estatal de noticias Tass. Ambos fueron repelidos, dijo el ministerio. Hablamos de la zona de Zaporiyia, donde los expertos dicen que se está intentando dar el todo por el todo. Fuentes del Departamento de Estado citadas por el diario confirmaron después ese ataque y aludieron a él cómo “el grueso de la contraofensiva ucrania” ya está en marcha.
Las horas dirán si se trata de una operación preparatoria para el ataque principal o tal vez sólo es un envío de refuerzos para reponer las unidades cansadas de la guerra, que son muchas en esta zona, donde se mantiene un pulso tenso por el control, entre otras cosas, de la mayor central nuclear de Europa. "Quieren abrir una brecha y, desde ahí, avanzar", explica otra fuente a la BBC. Los funcionarios ucranianos les habían dicho tanto a ellos como al NYT que que la nueva operación, si tiene éxito, duraría uno a tres semanas. La definen como "una gran prueba" para saber si cambia la dinámica actual de la guerra.
Vladimir Rogov, un oficial de ocupación ruso en la región, dijo en la aplicación Telegram que ayer se libraron feroces batallas al sur, que involucraron a tropas ucranianas entrenadas en Occidente y equipadas con “más de 100” vehículos blindados, incluido un número no especificado de soldados alemanes; entre ellos había tanques Leopard, de fabricación alemana, y vehículos de combate Bradley, de fabricación estadounidense. Son dos de los refuerzos que los aliados occidentales accedieron a enviar a finales del pasado año, que ha habido que sacar de los hangares, poner al día y entrenar a su personal local, además de trasladar a una zona en guerra. Ahora sí, están a pleno rendimiento.
El portavoz castrense ruso, Ígor Konashénkov, también informó de que las tropas rusas avanzaban por segundo día consecutivo en el frente de Limán, en Lugansk. El martes, Rusia anunció la toma de la aldea de Serhiivka, en Lugansk, que había perdido en otoño de 2022.
Ucrania no ha reconocido la pérdida de control sobre ese pueblo y aseguró hoy que continúa "frenando el avance de las tropas rusas en dirección a Kupiansk y Limán".
"El enemigo se aferra a cada metro de la tierra ocupada, opone fuerte resistencia, utiliza reservas y sufre pérdidas importantes", afirmó Maliar.
Más ayuda de EEUU
Mientras, Washington informó de la concesión de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 400 millones de dólares con baterías antiaéreas y antitanque, entre otros materiales.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, indicó que con esta ayuda EEUU quiere reforzar a Ucrania en el campo de batalla, además de ayudarle a retomar el territorio perdido frente a Rusia y a defender a sus ciudadanos.
Desde el Pentágono precisaron que la ayuda contiene también municiones para baterías Patriot y los Sistemas de Misiles Nacionales Avanzados Tierra-Aire, denominados NASAMS.
Además, en Ucrania anunciaron ayer el pronto envío al frente de 1.700 nuevos drones. "Apoyamos la contraofensiva enviando al frente 1.700 drones. Entre ellos, aparatos de asalto y de reconocimiento", escribió en Telegram el ministro de Transformación Digital, Mijailo Fedórov.
Según el ministro, los vehículos no tripulados están utilizando inteligencia artificial, que permitirá detectar y neutralizar de forma más efectiva objetivos enemigos.
Simultáneamente, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, afirmó que el Gobierno asignará este año unas 40.000 millones de grivnas (1.000 millones de dólares) a fabricantes locales de drones.
"La guerra nos plantea nuevos desafíos cada día y una de las claves es la tecnología militar. Debemos estar un paso por delante del enemigo y proteger a cada uno de nuestros soldados. Los drones brindan esas oportunidades", aseguró.
De acuerdo con la cadena CNN, también Moscú apuesta por estas armas y construye una fábrica en la república rusa de Tatarstán para producir en su territorio los drones iraníes Shahed, que se emplean en Ucrania desde hace casi un año.