Los seguidores de Evo Morales acusan al presidente boliviano de "autogolpe"

Los seguidores de Evo Morales acusan al presidente boliviano de "autogolpe"

Aún así, el exmandatario suspende las "movilizaciones convocadas" tras retomarse "la calma" en el país, con la detención del cabecilla militar de la asonada. 

El destituido jefe militar del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, detenido en las dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, anoche.EFE

El 'ala evista' del gubernamental Movimiento Al Socialismo (MAS) ha acusado al presidente de Bolivia, Luis Arce, de realizar un "autogolpe" de Estado después de que un grupo de militares intentasen tomar la plaza Murillo de La Paz, centro del poder político del país, un incidente que se ha saldado con al menos nueve heridos, si bien han acabado retirándose.

"(De) magistrados autoprorrogados a un autogolpe, el pueblo boliviano se hunde en la incertidumbre. Este desorden institucional, donde las autoridades extienden ilegalmente sus mandatos", ha declarado el presidente de la Cámara de Senadores, Adrónico Rodríguez, según el diario boliviano El Deber.

Estas declaraciones se encuentran en sintonía con las palabras del general Juan José Zúñiga, líder de la intentona, quien ha trasladado la responsabilidad a Arce por supuestamente haberle pedido sacar "los blindados" para "levantar" la popularidad del mandatario boliviano, quien le habría confesado que la "situación está muy jodida".

Por otro lado, el seguidor del expresidente Evo Morales César Dockweiler ha manifestado que la asonada ha sido un "autogolpe" para "fortalecer" a Arce en medio de una crisis económica, una teoría con la que también ha coincidido el diputado Héctor Arce Rodríguez, que ha tildado de "show montado entre Zúñiga y Arce".

"Los bolivianos vivimos un increíble show político, armado por los irresponsables, incapaces y corruptos, que están de inquilinos en la mal llamada Casa Grande del Pueblo. Utilizaron a un general insano, para 'tomar' con tanquetas la plaza Murillo, a la vista y sorpresa de algunos transeúntes distraídos", ha señalado la diputada Luisa Nayar.

En ese sentido, ha mostrado sus sospechas por la aparición tanto de Arce como de dos ministros frente a los militares en un acto de "coraje" frente a soldados armados que respaldaban al "supuesto golpista que no atinó a nada".

Además, el diputado Juan Maniel Ormachea también ha sospechado debido a que Zúñiga es un conocido "masista, arcista, disfrazado de militar", y que siempre había mostrado su apoyo tanto al presidente como al MAS. Ni Morales ni Arce se han pronunciado sobre estas acusaciones.

Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, ha informado de que se trata de un "intento de golpe real" y no de un "simulacro" debido a que ha provocado al menos nueve heridos y daños en numerosas propiedades.

Pese a estas críticas, el propio Evo Morales ha salido a la palestra y ha suspendido "las movilizaciones convocadas", una vez detenido el supuesto golpista. "Después del repliegue de un pequeño grupo de efectivos militares que se encontraban en la plaza Murillo y de haberse retomado la calma en la sede de gobierno, suspendemos las movilizaciones convocadas", escribió Morales en sus redes sociales.

Morales también agradeció "todas las expresiones de solidaridad" y apoyó a la "democracia boliviana expresadas por presidentes, líderes políticos y sociales del mundo", y reiteró "el llamado que para que todos los involucrados en este asonada sean detenidos y juzgados".

Sofocado

El Gobierno de Bolivia ha sofocado apenas tres horas después el intento de golpe de Estado encabezado por el general Juan José Zúñiga, quien junto a unidades del Ejército había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país.

Zúñiga se ha retirado después de que Arce tomara posesión del nuevo mando de las Fuerzas Armadas y nombrase al nuevo comandante del Ejército, José Sánchez.

Las autoridades ya han logrado detener tanto al general como al ex vicealmirante Juan Arnez Salvador, que está acusado de los delitos de terrorismo y de alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.

En los primeros compases de la asonada, Zúñiga ha justificado su acción para evitar que Morales pudiera presentarse a las elecciones, y había llegado a asegurar que "pronto" se formaría un nuevo gabinete.