La CIA actualiza las probabilidades de que Rusia ataque Ucrania con armas nucleares
Y, por una vez, son un poco más optimistas.
El Gobierno de Estados Unidos se prepara entre bastidores para la posibilidad de que Rusia utilice armas nucleares tácticas en Ucrania, según revela ahora un informe difundido por el diario The New York Times. Un aviso que están haciendo, con prudencia, otros países aliados en la OTAN.
Sin embargo, los informes más actuales de su inteligencia rebajan los temores. "Ahora que Rusia parece tener ventaja en el campo de batalla, la inteligencia estadounidense ya no cree que exista un riesgo inminente de un ataque nuclear", indica el citado medio.
En 2022, la CIA, los servicios secretos norteamericanos, advirtieron al presidente Joe Biden sobre una posibilidad igual o superior al 50% de que Rusia emplee para su arsenal nuclear si descubriera que sus fuerzas están diezmadas y el territorio de Crimea estaba en riesgo, anexionado ilegalmente en 2014, corriera verdadero peligro, añade el citado medio.
Esos informes hicieron que Biden pronunciara su famoso discurso sobre el "Armagedón", en un acto de recaudación de fondos, el 6 de octubre de 2022. Entonces aseguró: "No hemos enfrentado la perspectiva de un Armagedón desde Kennedy y la crisis de los misiles cubanos".
Los comentarios de Biden se produjeron apenas una semana antes del 60º aniversario del incidente de la Guerra Fría, y el presidente demócrata se hizo eco de la advertencia de sus funcionarios de inteligencia de que la actitud del presidente ruso Vladimir Putin sería firme si alguna vez sugiriera una opción nuclear. Que no dudaría, en resumen.
“No está bromeando cuando habla del uso potencial de armas nucleares tácticas o armas biológicas o químicas porque se podría decir que su ejército tiene un desempeño significativamente inferior”, dijo Biden a los asistentes al evento de recaudación de fondos en Nueva York.
Después de que Rusia lanzara una invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, los funcionarios de inteligencia estadounidenses dijeron inicialmente que no había pruebas de que Rusia planeara utilizar armas de destrucción masiva, por más que esté mejorando sus capacidades.
Sin embargo, después de que Ucrania contraatacara y comenzara a hacer retroceder el avance ruso, la CIA advirtió que había interceptado cada vez más rumores de las fuerzas rusas sobre la posibilidad de utilizar armas nucleares “tácticas” de menor escala. El expresidente del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, calificó la situación como "la paradoja nuclear" para EEUU que ha proporcionado 74.000 de dólares en ayuda a Ucrania con la esperanza de derrotar al Kremlin. "Cuanto más éxito tengan los ucranianos en expulsar la invasión rusa, más probable será que Putin amenace con usar una bomba o intente alcanzarla", dijo al Times.
Según se informa en el diario, hasta el Consejo de Seguridad Nacional se reunió para discutir cómo reaccionaría Estados Unidos ante un ataque nuclear de Rusia y cómo podrían disuadirlo o anticiparse a él, de tan cerca que se veía la amenaza. Ahora, al parecer, lo ven menos cercano.
Sin embargo, Putin no ha descartado el uso del vasto arsenal nuclear de su nación –que incluye misiles balísticos móviles en Rusia, submarinos con misiles nucleares en todo el mundo y bombarderos de largo alcance capaces de transportar armas nucleares– después de pregonar el mes pasado que sus armas pueden "alcanzar objetivos" en Occidente en caso de que las naciones occidentales interfieran directamente en la guerra.
"[Las naciones occidentales] deben darse cuenta de que también tenemos armas que pueden alcanzar objetivos en su territorio", dijo Putin durante su discurso anual ante el parlamento. "Todo esto realmente amenaza con un conflicto con el uso de armas nucleares y la destrucción de la civilización. ¡¿No entienden eso?!", añadió.
La espeluznante advertencia se produjo después de que Putin hiciera referencia a una idea planteada por el presidente francés, Emmanuel Macron, de que los miembros europeos de la OTAN enviaran tropas terrestres a Ucrania , que fue rechazada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, entre otros.