Europa intenta seducir al mayor aliado de Rusia
El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer se ha reunido con uno de los grandes aliados de Moscú durante el G-20.
En un contexto geopolítico tan complejo, delicado y tenso, y en el que la situación se podría simplificar asegurando que hay dos claras posturas en el mundo actual, pese a que la idea de la multipolaridad se continúa asentando en el planeta, se antoja fundamental que las principales potencias que mantienen posturas casi antagónicas, inicien conversaciones e intensifiquen los contactos para llegar a acuerdos elementales.
Esta situación se ha producido recientemente entre el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer y el presidente chino Xi Jinping. En una reunión entre ambos, en la cumbre del G20 en Brasil, se ha apelado a que ambos países deben potenciar una "fuerte y duradera" relación mutua.
Este ha sido el primer encuentro entre los líderes de ambos países en seis años, y en un momento de enormes desacuerdos entre gobiernos que se encuentran en las antípodas respecto a temas de primer orden como pueden ser la seguridad, los derechos humanos, conflictos internacionales o cambio climático, tanto Xi como Starmer se han mostrado abiertas a una cooperación real entre países.
Así, el primer ministro británico demandó coherencia y respeto por parte de ambos por el bien de unas saludables relaciones bilaterales: "Queremos que nuestras relaciones sean consistentes, duraderas, respetuosas, como hemos acordado, y evitar sorpresas cuando sea posible", dijo Starmer a Xi durante su reunión en Río de Janeiro .
Además, la postura de Starmer llama la atención por ser totalmente opuesta a la de su antecesor en el poder, que mantuvo un enfoque mucho más confrontativo respecto a Pekín. Hay que destacar que China es uno de los socios económicos más importantes para Reino Unido, ya que representa aproximadamente el 5% de su comercio de bienes y servicios, valorado en 86.500 millones de libras (112.000 millones de dólares).
Con todo esto sobre la mesa, también tuvieron tiempo para hablar de temas más espinosos, como la postura de Londres respecto a Hong Kong y la tensión en la región y que posibles soluciones internacionales se pueden abordar.
Por último, ambos líderes destacaron la necesidad de estrechar lazos diplomáticos y Starmer aseguró que la canciller Rachel Reeves podría visitar China con el objetivo de negociar y conversar acerca de la cooperación económica y financiera con el viceprimer ministro chino, He Lifeng, de cara a futuros acuerdos comerciales.