Esto es lo que piensan realmente los rusos sobre negociar la paz con Ucrania
Un sondeo del Fondo Carnegie para la Paz Internacional toma el pulso a la sociedad rusa y revela cómo ha evolucionado su pensamiento a lo largo de un año.
Rusia va a elecciones presidenciales en marzo de 2024. No se esperan sorpresas, Vladimir Putin cambió las leyes para perpetuarse en el poder y no tiene límites de mandatos ni tampoco oposición firme a la que enfrentarse, con sus críticos encarcelados o en el exilio. Pese a que el rodillo funciona, surgen preguntas sobre el sentir de la sociedad rusa sobre su mandatario y sus decisiones, por ejemplo, en la invasión rusa de Ucrania.
Los analistas Denis Vólkov y Andréi Kolésnikov, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional (Carnegie Endowment for International Peace), han publicado un análisis en el que repasan ese sentir. Y en él, por ejemplo, quedan reflejados los apoyos y las críticas a un hipotético proceso negociador con el país vecino, el invadido.
Según sus sondeos, elaborados entre agosto de 2022 y agosto de 2023, alrededor del 50% de los rusos estaban entonces a favor de entablar conversaciones de paz con su adversario. Ese número alcanzó su punto máximo el otoño pasado, tras el anuncio de la movilización parcial, que afectó a 300.000 reservistas y demostró que lo que se pretendía una guerra rápida no era tal y necesitaba manos.
"El miedo provocado por este acontecimiento hizo que la cifra aumentara del 44% en agosto al 57% en septiembre de 2022, cuando los rusos comenzaron a darse cuenta de que la guerra afecta a todos de una forma u otra. Cuando terminó la movilización, el miedo público disminuyó y el número de partidarios de las conversaciones de paz volvió a la media anual", indican los analistas.
Una quinta parte de la población siempre ha estado firmemente a favor de las negociaciones de paz, según han podido analizar con el paso del tiempo estos especialistas, los primeros en pulsar el estado de la cuestión en los primeros seis meses de invasión, además. Pero pese a ese dato alto, "al menos la mitad de los que desearían un alto el fuego no están dispuestos a hacer concesiones a los ucranianos". Y una negociación, cuando no hay victoria clara, forzosamente llevará a pérdidas por las dos partes.
Según las encuestas, la mayoría de los rusos (92% en agosto de 2023) están en general a favor de los intercambios de prisioneros de guerra entre ambos países. También hubo apoyo a un alto el fuego inmediato (72%, mientras que 21% lo consideró totalmente inaceptable). La idea central es la de de devolver territorio ocupado a cambio de paz, pero no tiene mucha aceptación: menos del 25% de los encuestados aprueba esa idea. "Estas cifras revelan que la sociedad rusa aún no está preparada para un compromiso tangible con Ucrania", confirman Vólkov (director del Levada Center de Moscú) y Kolésnikov (investigador principal del Carnegie sobre Rusia y Eurasia).
En el año analizado, 42% de los encuestados estaba a favor de continuar las hostilidades, con un pico del 48% en mayo. Quizá, dicen los autores del documento, la caída de Bajmut animó a los ciudadanos rusos y, a la vez, los primeros ataques exitosos de Ucrania en suelo ruso, especialmente llevados a cabo con drones, "endurecieron" ciertas actitudes.
Aproximadamente la mitad de los encuestados apoyaron "consistentemente" un alto el fuego, incluido hasta un tercio de los que dicen apoyar las acciones de las tropas rusas, pero aún así, las respuestas "muestran que un número significativo de quienes apoyan el fin del conflicto ceden la cuestión al Gobierno", confían en el Kremlin para dar el paso, el cómo, el qué y el cuándo. Lo ejemplifican con frases muy reveladoras: "quiénes somos nosotros para decir, [hay que] dejar que los altos mandos decidan" o "los que están en la cima saben más".
Hay un fuerte apoyo a la continuación de la "operación militar especial", como la llama Putin, con un 26% de ciudadanos rusos que responden que la guerra debe "continuar definitivamente". El número de quienes ayudan activamente al esfuerzo bélico mediante la recaudación de fondos es aproximadamente del mismo porcentaje, mientras que hay un 22% de rusos que "están especialmente a favor de la guerra y creen que un alto el fuego no debería permitirse bajo ninguna circunstancia".
Los analistas del think tank global con sede en Washington asumen que alrededor de una quinta parte de la población rusa apoya "activamente e intransigentemente" la guerra. "Muchos de ellos son hombres en edad de jubilación, que en general están contentos con su situación y apoyan al Gobierno y al ejército", constatan. Un segmento similar de personas apoya la movilización, tenga el precio que tenga. Gente que "no servirá en el ejército, por lo que no enfrenta ningún riesgo personal". "Quienes expresan esta posición dicen: 'no debemos quedarnos a medio camino, tenemos que terminar el trabajo', 'si nos detenemos ahora, perderemos esta batalla', 'no hay vuelta atrás'", indican.
Desde la segunda mitad del año pasado, las respuestas han revelado una "amargura cada vez más palpable". "La lógica es: hemos sacrificado demasiado por la causa como para rendirnos ahora", concluyen los expertos.