El mundo espera: ¿cómo y cuándo va a responder Israel al nuevo ataque de Irán?

El mundo espera: ¿cómo y cuándo va a responder Israel al nuevo ataque de Irán?

Fuentes del Gobierno de Netanyahu garantizan que los 180 misiles del martes no quedarán sin replicar, que será mediante un golpe "significativo" y, posiblemente, orientado a intereses económicos de Teherán. Todo será coordinado con EEUU.

Uno de los misiles lanzados por Irán el martes, en la localidad de Arad (Israel), ayer.Mostafa Alkharouf / Anadolu via Getty Images

Irán atacó el martes por la noche a Israel con 180 misiles balísticos. Era la segunda vez en su historia que golpeaba suelo israelí, tras otro golpe en abril. El Gobierno de Benjamin Netanyahu no ha reportado daños graves pero sí la muerte de una persona, un hombre palestino. Ahora, el mundo espera atento la respuesta de Tel Aviv. No puede no haberla cuando quien ha lanzado la andanada tiene entre sus propósitos declarados la desaparición del Estado de Israel y cuando los mandos los lleva un gabinete ultraradical que está dispuesto a actuar en los frentes que sea necesarios

Las preguntas son claras: ¿cuándo, cómo y dónde golpeará Israel ahora? Mientras se contiene el aliento, se miden las posibilidades, las conveniencias, los apoyos, las consecuencias, fuentes del gabinete israelí están filtrando que su objetivo esta vez podría ser económico. Medios de Estados Unidos como Axios y USA Today o locales como The Times of Israel publican que se plantea una respuesta "significativa y rápida" contra intereses financieros y económicos del régimen de los ayatolás, sobre todo los yacimientos petroleros. Se calcula que Irán tiene el 10 % del total de las reservas mundiales de petróleo conocidas y es el cuarto mayor productor de crudo del planeta. Muy sensible, pues. También estarían en peligro sus generadores y hasta su infraestructura de transporte marítimo.

En primavera, Israel generó "fuertes explosiones" en la provincia de Isfahán, al sur de Teherán, donde se ubica una importante base aérea e instalaciones del programa iraní de enriquecimiento de uranio, la de Natanz. No hubo daños a dichos enclaves, sino que fue un aviso de lo que puede pasar. 

Ahora, de las instalaciones petroleras de Irán, se dañaría a los ciudadanos comunes, una medida que Israel ha evitado en gran medida para mantener la atención en el liderazgo del país, según otro funcionario estadounidense que discutió los objetivos potenciales bajo condición de anonimato y citado por estos medios. Las sanciones internacionales ya tienen al país muy tocado económicamente y esta jugada podría poner en riesgo el propio sistema de la República Islámica, que es lo que más temen los ayatolás. 

Por tanto, la medida sería muy impopular. Puede ser un arma de doble filo: para cerrar filas en contra del enemigo israelí o para levantarse contra los ayatolás que llevan a una situación así. 

Netanyahu, en un mensaje dirigido a los iraníes el lunes pasado, llamó directamente al pueblo de Irán para que se movilice contra "el régimen que os subyuga". "La gran mayoría de los iraníes saben que a su régimen no le importan lo más mínimo. Si realmente le importara, si se preocupara por ustedes, dejaría de malgastar miles de millones de dólares en guerras inútiles en todo Oriente Medio y comenzaría a mejorar sus vidas (...). No dejéis que un pequeño grupo de teócratas fanáticos aplaste tus esperanzas y tus sueños. Merecéis algo mejor", enfatizó en un mensaje difundido por su oficina de prensa.

Aunque esa vía económica se imponga en las últimas horas, no es la única sobre la mesa. "Todas las opciones son posibles", dice Axios. Por ejemplo, en el plano militar, un primer blanco clásico serían las bases desde las que Irán lanzó sus misiles balísticos contra Israel, sus plataformas de lanzamiento, sus centros de mando y control, sus depósitos de combustible y los silos de almacenaje de que dispone. Una réplica parecida al ataque del martes de Irán ya que según la Guardia Revolucionaria habían atacado tres bases militares israelíes en los alrededores de Tel Aviv. Sus vías de propaganda hablan de aviones F-35 destrozados, de los que no hay evidencia alguna. 

Los israelíes también podrían ir más lejos y atacar bases de estos Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (claves a la hora de entrenar y asesorar a los grupos afines a Teherán como Hizbulá o Hamás), así como defensas antiaéreas y otras baterías de misiles. Podrían incluso intentar matar a personas directamente implicadas en el ataque de esta semana. 

Tampoco es descartable un golpe mayor a la estructura del régimen, porque Tel Aviv ha demostrado que tiene infiltrados en el país. El asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en julio, cuando visitaba la capital iraní, fue un golpe duro. Se supo que los explosivos que lo mataron en la residencia donde se alejó -que también quitaron la vida a su escolta- llevaban más de dos meses colocados, a su espera. Si a eso se suma el éxito de los ataques a buscas y walkie-talkies de Hizbulá, pura filigrana, nada es descartable. 

La opción nuclear es la que menos se baraja ahora mismo, porque sería un paso extremadamente grave. La Agencia Internacional de Energía Atómica que Irán está enriqueciendo uranio mucho más allá del 20% que se requiere para un uso civil de la energía nuclear. Siempre ha defendido que ése era el único uso que pretendía con sus investigaciones, no obstante. Teherán ya no acata el acuerdo firmado con Occidente y la ONU en 2015 para limitar sus actividades en este campo, después de que EEUU (en tiempos de Donald Trump) lo rompiera primero. El israelí, como otros Gobiernos, sospecha ahora que Teherán intenta alcanzar el "punto crítico" a partir del que estaría muy cerca de poder fabricar una bomba nuclear. Una o dos semanas necesitaría de sprint, según Washington. 

Así pues, posibles objetivos para un ataque de este tipo serían Parchin, centro del programa nuclear militar iraní, los reactores experimentales de Teherán, Bonab y Ramsar, y grandes instalaciones como Bushehr, Natanz, Isfahán y Ferdows. Sin embargo, anoche el presidente de EEUU, Joe Biden, fue muy contundente al afirmar que no avalará a Israel si ataca las instalaciones nucleares de Irán. 

Ese es un punto en el que coinciden todas las filtraciones: en este ataque, Tel Aviv va a hacer lo que pacte antes con la Casa Blanca, no va a ir tan por libre como en los últimos meses, porque sabe el riesgo que se corre de encender la mecha y que corra, sin control, por todo Oriente Medio -si es que ya no está pasando-. EEUU es consciente también de que si Irán entra en guerra, él tendrá que hacer lo propio para ayudar a su aliado israelí, algo que no le interesa a Biden y menos aún a un mes corto de las elecciones presidenciales.

Biden y Netanyahu tendrán una llamada personal antes de que se dé al botón, sea el que sea, añade el diario israelí Haaretz. Esa conversación podría llegar hoy mismo, añade Ynet, pero el calendario no es claro porque justo anoche los judíos del mundo comenzaron a celebrar su Año Nuevo (Rosh Hashana), festividad que se extiende hasta la tarde del viernes. En este punto, las filtraciones son contradictorias: unos dicen que Netanyahu no tendrá problema en atacar a Irán en plena fiesta y, otros, que esperará a que pase para hacerlo. Ejemplos de todo tipo hay variados en la historia del país.  

Lluvia de misiles lanzados por Irán contra Jerusalén, el pasado martes.MENAHEM KAHANA vía Getty Images

La postura de Irán

La postura iraní es que con los misiles lanzados el martes se han ajustado las cuentas con Israel, pero ha advertido que si esta toma represalias también Irán lo hará a su vez. Su presidente, Masoud Pezeshkian, dijo tras el bombardeo del martes: "Esto es solo un atisbo de nuestra capacidad". La Guardia Revolucionaria subrayó el mensaje: "Si el régimen sionista responde a las operaciones de Irán, se enfrentará a ataques demoledores". La segunda fase será terrible, avisan. 

Irán no puede derrotar militarmente a Israel y lo sabe. Su fuerza aérea está obsoleta y decrépita, y sus defensas antiaéreas tienen grietas y se han visto afectadas por años de sanciones occidentales. Cuenta con pocos recursos económicos, en plena crisis. Pero aun así cuenta con una enorme cantidad de misiles balísticos y drones cargados de explosivos, así como muchas milicias aliadas en todo Medio Oriente, en Irak, Yemen, Siria, Gaza y Líbano. 

Con el ataque masivo de esta semana, Irán no ha logrado exactamente un gran éxito, ni tampoco lo ha querido lograr. "Ha tenido cuidado de recalcar que este ataque tenía como objetivo únicamente instalaciones militares", sostiene Kirsten Fontenrose, del Atlantic Council, en un análisis difundido a la prensa por el tanque de pensamiento norteamericano. "Teherán espera que Israel se sienta obligado a centrar su respuesta de manera similar", añade. 

Este patrón refleja lo que ocurrió no sólo en abril (cuando un ataque con aviones no tripulados y misiles iraníes contra Israel fue frustrado en gran medida), "sino también otros incidentes, como intentos de asesinato frustrados en Estados Unidos y un reciente hackeo a la campaña de Trump que no generó repercusión mediática". 

"Los repetidos fracasos de Irán han tenido consecuencias, pero esas consecuencias son mucho más limitadas que las que habrían tenido si cualquiera de sus ataques hubiera tenido éxito", señala su colega Thomas S. Warrick . "Los líderes iraníes deberían comprender que, en algún momento, su suerte se acabará".

Sobre la réplica israelí, Fontenrose sostiene que "obliga a Irán a gastar personal y recursos para mantener una postura defensiva intensificada”, mientras que Israel puede continuar sus campañas contra Hizbulá y Hamás, señala Kirsten. Los ayatolás "deben ahora elegir si se quedan sentados y observan cómo su principal aliado es desmantelado quirúrgicamente o si toman más medidas e invita al tipo de respuesta que algunos líderes de Israel querrían tener como excusa para dar". 

Danny Citrinowicz, del mismo think tank, añade otra visión: hay que estar atentos a la posibilidad de que Irán, mientras tanto, colabore con Rusia para "aumentar drásticamente sus capacidades militares". Es probable que Teherán también amenace "con que no dudará en atacar a quienes cooperen con cualquier acción militar de Israel contra Irán", añade, y podría incluso enviar fuerzas fuera de sus fronteras "para aumentar la proyección de su poder, incluso en el ámbito marítimo". 

También es probable, a su juicio, que Irán también intente fortalecer a Hamás, a sus milicias chiítas en Irak y a los hutíes en Yemen, y "aumentar las transferencias de explosivos a Cisjordania". "Esto podría compensar el dramático daño que ha sufrido Hizbulá en la guerra con Israel", concluye.