El gas ruso se queda sin salida
La falta de ingresos porque sus mercados se han buscado otros suministradores y su aislamiento por las sanciones tras la invasión de Ucrania lo ponen en aprietos.
Gazprom, el gigante ruso, no puede encontrar nuevos mercados rentables para su gas natural, lo que corta un valioso generador de ingresos para la maquinaria de guerra de Vladimir Putin y afecta su capacidad para utilizar la energía como arma contra Occidente, según un nuevo análisis del grupo de expertos norteamericanos del Atlantic Council.
La firma estatal Gazprom, una de las compañías de gas natural que cotiza en bolsa más grandes del mundo, es fundamental para la economía rusa, pero la guerra en Ucrania la ha perjudicado gravemente. Las sanciones internacionales no han tenido un efecto inmediato, pero ahora están ya haciendo un daño notable.
A mediados de 2022, según recuerda el tanque de pensamiento con sede en EEUU, Gazprom restringió los flujos de gas a Europa en lo que se consideró una medida de Putin para obtener influencia contra los aliados de Kiev antes de la temporada de invierno y tomar represalias contra las sanciones occidentales y el apoyo a Ucrania. La UE, sin embargo, logró encontrar fuentes alternativas a largo plazo de importaciones de gas y liberarse de la mayoría de las importaciones de gas ruso, sin siquiera imponer sanciones, aunque algunos países, entre ellos Austria y Hungría, todavía dependen del gas ruso.
Los ingresos de Gazprom cayeron un 41% interanual en el primer semestre de 2023, mientras que las ganancias por ventas cayeron un 71% y la producción de gas, un 25%. El Grupo Gazprom, que también incluye negocios de petróleo y energía, anunció una pérdida neta de 629.000 millones de rublos (6.900 millones de dólares) durante el año pasado, lo que llevó al régimen ruso a ordenar que no pague dividendos para 2023.
El informe del Atlantic Council afirma que el exviceministro de energía ruso y figura de la oposición, Vladimir Milov, entiende que la compañía ha luchado con las consecuencias de la desvinculación del mercado de la UE y "carece de un modelo de negocio viable para compensar la pérdida".
El dossier dice que la base de producción de gas de la compañía está ahora aislada porque falta infraestructura que conecte sus principales campos de Siberia occidental con mercados asiáticos alternativos. Tampoco logró construir plantas de GNL (Gas Natural Licuado) en Siberia occidental para desviar el gas natural a mercados alternativos.
Construir un nuevo gasoducto a China, que sería una salida positiva para esta crisis, costaría alrededor de 100.000 millones de dólares, apunta el think-tank, y con este precio podría ser difícil de obtener ganancias del aliado de Moscú dado que "lo más probable es que esté vendiendo gas a China con una pérdida significativa".
No se espera que Pekín, que puede contar con suministros internos e importaciones de Asia Central, necesite suministro adicional de gas hasta después de 2030 y no quiere darle a Gazprom ningún tipo de prima de precio para nuevos contratos de suministro de gas, según el análisis. Una cosa es ser aliado de Moscú y otra, comprarle por comprarle y mantenerlo a flote.
Otras dificultades, como el mercado interno de Rusia, donde los precios del gas son mucho más bajos y las dificultades técnicas y políticas para construir un gasoducto hacia los países del sur de Asia, "dejan a Gazprom en el limbo en el futuro previsible".
El informe del Atlantic Council detalla que la industria petrolera rusa había resistido las sanciones mejor que Gazprom, principalmente porque no requiere la misma infraestructura. El producto se puede enviar a través de puertos marítimos, aunque un límite de precio de 60 dólares impuesto por los países del G7 ha hecho que Rusia utilice flotas en la sombra para ocultar sus vínculos con Moscú.
El petróleo, junto a la industria de defensa para mantener el ritmo de la guerra, son hoy los dos pilares de la economía rusa. Una cosa es que aguante ahora y, otra, que es sea sostenible a largo plazo, con tan poca diversidad.