El estrepitoso fracaso de Meloni en su primera deportación a Albania: un juez ordena el regreso a Italia
La Justicia italiana pone en jaque toda la política migratoria de la presidenta del Consejo de Ministros italiano.
Meloni ha querido mostrar músculo de su política migratoria, pero ha fracasado en su pulso. Ya no es solo que de los 16 migrantes enviados a Albania cuatro regresaran a Italia el mismo día, dos por ser menores y otros dos por su extrema vulnerabilidad, sino que ahora la Justicia italiana no ha validado la detención de inmigrantes en el centro albano. Las doce personas que permanecen allí deben regresar a Italia, ha informado Il Corriere della Sera, ya que no pueden quedarse en el centro de detención ni tampoco libres en Albania.
La decisión judicial se debe a la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. A la hora de gestionar los asilos, Italia ha establecido una lista de más de 20 países que considera seguros. Es decir, si una persona que solicita asilo proviene de alguno de estos lugares, Italia considera que pueden volver sin problema.
Sin embargo, la Justicia europea ha corregido la lista reduciéndola únicamente a siete países seguros. Y, para desgracia de Meloni, Egipto y Bangladés, de donde son las personas que ha deportado a Albania, no figuran entre ellos. "Los dos países de donde proceden los inmigrantes, Bangladés y Egipto, no son seguros ni siquiera a la luz de la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia", han dictaminado los jueces italianos.
Esta decisión supone un varapalo más a todo un plan migratorio que ha resultado un tremendo bluf tanto por cómo ha sido este primer intento de deportación y por el coste que conlleva todo el modelo.
Según los cálculos del diario La Reppublica, el importe total del trayecto desde Lampedusa a Albania estaría entre los 250.000 y los 290.000 euros, es decir, 18.000 euros por persona en el caso de este primer viaje. Casi 300.000 por trayecto. Y este es solo el primero. La cifra debe sumarse, además, a los 670 millones de euros que se calcula que costaron los dos centros de detención construidos en Albania, sin contar siquiera el mantenimiento o los costes que puedan derivarse en el futuro.