El día en el que la Cúpula de Hierro de Israel colapsó por un lanzamiento masivo de misiles
Esta es la cantidad de misiles que hace colapsar a la estructura protectora de Tel Aviv.
La Cúpula de Hierro es el escudo antimisiles que protege Israel. Además de interceptar proyectiles o drones, cuenta con un sistema de radar que detectar a dónde se dirigen los proyectiles, con el objetivo de alertar a la población sobre el futuro impacto. Es la gran burbuja que genera seguridad física y mental a su población.
Y, sin embargo, hasta las mejores armaduras tienen alguna grieta. En el caso de la israelí, su talón de Aquiles es la suma: si se le abruma, si se le lanzan demasiados misiles o drones o cohetes a la vez, se puede bloquear y colapsar. No ha ocurrido ahora, en el golpe de Irán del sábado, cuando se hizo frente a unos 300 ataques y se detectaron y detuvieron en un 90% de los casos, que es la efectividad habitual de la capa protectora. Pero sí pasó hace seis meses, cuando Hamás lanzó sus atentados del 7 de octubre.
Según informó entonces el Movimiento de Resistencia Islámica, sus milicianos lanzaron hasta 5.000 proyectiles diversos a suelo israelí, además de entrar con miles de efectivos en suelo del país vecino y arrasar en los kibutzim o el festival Nova de música. Los 1.200 muertos que se cosecharon aquel sábado negro no sólo vinieron de los disparos de los terroristas, sino también de los cohetes que impactaron en zonas habitadas donde la protección de la cúpula citada no llegó.
Entonces, se generó un importante debate nacional sobre si Israel estaba o no preparada para una amenaza como la que sufrió y por qué no se había mejorado la Iron Dome, que tiene ese punto flaco desde su origen. En realidad, falló toda la arquitectura de defensa e inteligencia y nadie ha asumido responsabilidades por ello aún.
El desempeño de esta defensa ha sido siempre estadísticamente impresionante, pero nunca había estado sometida a tanto estrés. Durante los primeros años del despliegue de la Cúpula de Hierro, el número máximo de cohetes disparados contra Israel por día, incluso durante períodos de conflicto abierto, osciló entre 192 y 312, según datos aportados por el Ejército de Israel. Durante los combates de mayo de 2021 -lo más serios en años antes del 7-O- esa cifra aumentó sustancialmente: 470 cohetes disparados durante los primeros veinticuatro horas de ataques de Hamás. El día-d, las milicias palestinas lanzaron entre 2.200 y más de 3.000 cohetes en sólo 20 minutos. Es el dato reconocido oficialmente por Tel Aviv y que Hamás eleva a 5.000.
El Modern War Institute de Estados Unidos, en un análisis de aquella jornada, explica: "Esa cantidad era simplemente demasiado para que la Iron Dome la manejara. El lanzamiento de cohetes de Hamás es notoriamente impreciso y la Cúpula de Hierro está diseñada para no gastar municiones en proyectiles entrantes cuyas trayectorias no indican un impacto en un área poblada. Ésta es una ventaja importante que pesa a favor de esta Iron Dome. Si Hamás dispara diez cohetes y falla nueve, lo más probable es que la Cúpula de Hierro pueda interceptar el único proyectil amenazador. Si Hamás dispara cien y falla noventa, eso plantea un desafío mayor, pero dada la tasa de éxito demostrada del sistema, la mayor parte (y probablemente toda) de la amenaza puede frustrarse. Pero extrapolando esta dinámica (disparando mil, dos mil o incluso más cohetes) y, eventualmente, la ventaja se inclina a favor del atacante".
En el ataque de Irán, informan fuentes de las IDF, no hubo semejante colapso y los cohetes que impactaron cayeron en zonas abiertas sin causar daños -por eso no se lanzaron proyectiles para bloquearlos, porque son muy caros y no se creyeron necesarios-, o en zonas con daños menores, como una base militar en el centro del país, siempre dentro del margen de error previsto. "Todo funcionó bien", resumen, a lo que se añade la ayuda exterior, de EEUU, Reino Unido o Francia, frenando proyectiles por su camino antes de llega al propio Israel.
Qué es la Cúpula
El sistema móvil de defensa aérea de Israel se compone de 10 baterías, cada una de las cuales lleva de tres a cuatro lanzadores de misiles. Su ubicación estratégica proporciona una barrera defensiva contra cohetes, morteros y drones para hasta 15.500 hectáreas de zonas pobladas. Israel se ha jactado en el pasado de que el tiene una tasa de éxito superior al 90 %.
El nombre de Domo o Cúpula de Hierro evoca la imagen de una burbuja que protege a una ciudad. En la práctica, el sistema detecta misiles que son lanzados en un rango de cuatro a 70 kilómetros, y responde disparando un misil interceptor Tamir contra proyectiles entrantes que representan una amenaza para el área protegida. Estas áreas generalmente son sitios estratégicamente importantes, incluyendo lugares poblados.
El sistema antimisiles cuenta con un radar, el cual detecta un misil entrante y transmite esta información al lugar amenazado alertando a la población sobre la situación en curso. Esta alerta puede llegar a la población con hasta un minuto de anticipación. Sin embargo, en situaciones la alerta únicamente llega segundos antes del impacto.
El Iron Dome está conformado por tres elementos: un radar de detección y seguimiento, un sistema de control de armas y gestión de batalla (BMC, por sus siglas en inglés) y una unidad de disparo de misiles (MFU, por sus siglas en inglés).
"El radar detecta el lanzamiento de un cohete y transmite información sobre su trayectoria al centro de control, que calcula el punto de impacto previsto", dijo el ejército israelí. "Si esta ubicación justifica una interceptación, se dispara un misil para interceptar el cohete. La carga útil del misil interceptor explota cerca del cohete, en un lugar que no se espera que cause lesiones".
Cada sistema móvil -conocido como batería- está compuesto por un radar para identificar objetivos, un sistema de control y un lanzador de misiles portátil.
Los misiles miden aproximadamente 3 metros de largo y 15 centímetro de diámetro; y pesan 90 kilogramos, dijo el grupo de análisis de seguridad Jane's International Defence Review (IDR, por sus siglas en inglés) en 2012.
El sistema es fácil de transportar, y solo se necesitan unas pocas horas para reubicarlo y configurarlo. Además, puede ser operado bajo cualquier condición climática. Lo malo: el costo operativo y de mantenimiento de la Cúpula de Hierro es considerable, con cada misil interceptor valorado entre 40.000 y 50.000 dólares.
Sin embargo, el apoyo financiero de Estados Unidos fue fundamental para garantizar la continuidad y el desarrollo de este sistema vital de defensa. La reciente solicitud del presidente Joe Biden al Congreso de una ayuda militar adicional para Israel, que incluye fondos destinados a sistemas de defensa antimisiles, subraya el compromiso continuo de Estados Unidos con la seguridad de su aliado en la región.
El Gobierno de Israel contaba con 10 baterías en 2021, según AFP. El sistema ha interceptado más de 2.000 objetivos entrantes y contaba con una tasa de éxito de más del 90%, según información de la compañía de desarrollo tecnológico para la defensa Rafael.
Israel comenzó a desarrollar el sistema de defensa en febrero de 2007, se completó su serie de pruebas en julio de 2010, y fue declarado operativo en 2011. La Fuerza Aérea de Israel (IAF, por sus siglas en inglés) reportó en 2011 que el sistema tenía una tasa de interceptación del 70%, pero aunque se ha avanzado 20%, no es perfecta.
La primera prueba del Domo de Hierro fue durante la Operación Pilar Defensivo de 2012, entre Israel y grupos militantes palestinos, incluyendo Hamas. Los funcionarios israelíes afirmaron que el Domo de Hierro interceptó el 85% de los más de 400 misiles disparados desde Gaza.