Sigue la última hora del conflicto ruso-ucraniano, incluyendo toda la información sobre ataques y asaltos y sobre sus líderes, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski.
Rusia lanza un último intento de intimidación a Occidente, cuando EEUU ya permite a Ucrania lanzar sus cohetes en suelo de la Federación. La duda es si esta vuelta de tuerca es parte de la fanfarronería atómica del Kremlin o una amenaza muy real.
"Deberíamos hacer las maletas y llevarnos a nuestros familiares a algún lugar lejano", dicen en las administraciones de las zonas fronterizas ante el permiso de EEUU a KIev para que emplee en suelo ruso sus misiles de largo alcance.
La decisión de EEUU de permitir que se usen sus proyectiles en suelo ruso, que puede tener un efecto arrastre, puede ayudar a Kiev a impedir el avance ruso.
El anuncio de Biden de que permitirá que sus proyectiles sean lanzados en suelo ruso revoluciona el campo de batalla. El momento es clave: Moscú gana terreno, Trump hará cambios en la Casa Blanca y se refuerzan los rumores de negociación.
La Cúpula de Hierro, la Honda de David y el sistema Flecha suman un escudo triple tremendamente eficaz, pero no cubren el 100% de los ataques: el mortal impacto de drones de Hizbulá de ayer pone en evidencia sus lagunas.
Se trata del misil Grom-2, con una ojiva que pesa hasta 500 kilos, un alcance de 700 kilómetros, una velocidad de crucero hipersónica y una baja detección por parte de los sistemas de defensa aérea.
Los más de 180 misiles lógicamente también sobrevolaron Cisjordania, ya no pegada, sino intrincada en medio de Israel. Allí no hay refugios aéreos y un trabajador de la Franja que estaba en Jericó recibió uno de los impactos.
Se trata de un misil balístico intercontinental lanzado a aguas del océano Pacífico que transportaba una ojiva explosiva y amerizó en la zona prevista. Es la primera vez en cuatro décadas que Pekín hace pública una prueba de esta magnitud.
Hizbulá demuestra que el poderío de su arsenal va más allá de los cohetes que lanza al norte de su adversario y sostiene que su diana era la sede del Mossad, extremo negado por el Ejército israelí.
Un centenar de drones ucranianos atacan un depósito militar en la localidad de Toropets donde había "importantes existencias de misiles balísticos KN23".