El Consejo Europeo relega la "victoria" y se centra en el giro migratorio a la derecha
La inmigración se impone en la agenda de los Veintisiete, en una cita marcada por el anuncio de la Comisión de abrirse a medidas como el envío de solicitantes de asilo a terceros países. Ucrania y su plan para imponerse a Rusia quedan en segundo plano.
Los líderes de los 27 países miembros de la Unión Europea se dan cita este jueves y viernes en Bruselas en un Consejo que se prevé duro. Había ilusión para la cita, era el momento de que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, presentase su "Plan de Victoria" a los aliados comunitarios -tras una tibia acogida en otros países de Occidente- y así seguirá siendo, con visita del mandatario incluida. Pero un tema se impondrá a todo, incluso a esto: el de las políticas de migración y asilo, que cada vez se escoran más a la derecha, copiando modelos ultras como el de Italia.
La inmigración ya estaba en el orden del día previsto. Según el orden del día facilitado por el Consejo Europeo, la idea es mantene "un debate en profundidad sobre la migración" y un "balance de la aplicación del enfoque integral sobre migración, que acordaron en la reunión especial del Consejo Europeo del 9 de febrero de 2023", centrándose en "acción exterior, reforzar el control de las fronteras exteriores de la UE, aumentar y acelerar los retornos y luchar contra la instrumentalización de los migrantes, la trata de personas y el tráfico ilícito de personas".
En la práctica, sobre la mesa estarán las líneas maestras anunciadas en la noche del lunes por la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, diez puntos afinados en una carta en la que propuso avanzar en un enfoque común sobre retornos y diseñar formas innovadoras de luchar contra la migración ilegal para afrontar "uno de los problemas más acuciantes" de la UE. Presentará una nueva propuesta legislativa que definirá obligaciones "claras" de cooperación para los retornados y agilizaría eficazmente el proceso de retorno, con la digitalización de la gestión y el reconocimiento mutuo de las decisiones de cada uno.
Lo más polémico es que ofrece su más firme respaldo hasta el momento al controvertido proyecto de establecer los llamados "centros de retorno" fuera del territorio de la Unión Europea para trasladar a los solicitantes de asilo cuyas solicitudes han sido rechazadas, haciéndose eco de las crecientes reclamaciones de los Estados miembros, cada vez más escoradas a la derecha y la ultraderecha. Italia ya lo ha hecho con Albania, donde el Gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni ha construido dos centros para transferir a inmigrantes varones rescatados en aguas altas por las autoridades italianas.
Su meta, dice la alemana, es reducir el número de solicitudes de asilo, que alcanzaron 1.140.000 en todo el bloque el año pasado, y contrarrestar los cruces fronterizos irregulares y el tráfico de personas.
Von der Leyen ya había calificado el protocolo entre Italia y Albania de "pensamiento innovador". En su nueva carta, la presidenta afirma que los resultados de este acuerdo, duramente criticado por las organizaciones humanitarias por socavar el proceso de asilo y debilitar la supervisión judicial, podrían determinar los próximos pasos de la política migratoria de la UE. "También deberíamos seguir explorando posibles vías de avance en lo que respecta a la idea de desarrollar centros de retorno fuera de la UE, especialmente en vista de una nueva propuesta legislativa sobre el retorno", escribe en su carta. "Con la entrada en vigor del protocolo Italia-Albania podremos extraer lecciones de esta experiencia también en la práctica", sostiene expresamente.
Von der Leyen también presiona para que se designen "terceros países seguros" a nivel de la UE para evitar desacuerdos entre los Estados miembros y acelerar la tasa de deportaciones, que sigue rondando entre el 20% y el 30% sin grandes cambios.
Este lento ritmo ha vuelto a poner la inmigración sobre el tapete político, pese a que el bloque ha completado recientemente una reforma que ha supuesto un duro esfuerzo. La semana pasada, un grupo de 17 países europeos -liderados por Austria y Países Bajos-,envió un documento a la Comisión exigiendo un "cambio de paradigma" en materia de deportaciones, en el que los gobiernos "deben tener más poder". "Las personas que no tienen derecho a quedarse deben rendir cuentas. Una nueva base jurídica debe definir claramente sus obligaciones y deberes", dijeron esos estados. "La falta de cooperación debe tener consecuencias y ser sancionada".
En su carta, Von der Leyen parece responder directamente al documento, ya que promete presentar una ley "que definiría obligaciones claras de cooperación para los repatriados y agilizaría efectivamente el proceso de retorno", con un enfoque en la digitalización y el reconocimiento mutuo de las decisiones emitidas por los estados miembros.
La presidenta apoya dos demandas clave del grupo de 17 miembros -que se completa con República Checa, Alemania, Dinamarca, Grecia, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Suecia y Eslovaquia, además de Suiza y Noruega (que no están en la UE pero sí en Schengen)-. En primer lugar, nuevas reglas para detener y expulsar a quienes se consideren una amenaza para el orden público y la seguridad.
En segundo lugar, utilizar las políticas de visados y comerciales como palanca para convencer a los países no pertenecientes a la UE de que acepten a sus ciudadanos después de que sus solicitudes de asilo sean rechazadas (esta falta de cooperación ha sido considerada como uno de los principales factores que explican la baja tasa de retorno). "La política migratoria de la UE sólo puede ser sostenible si aquellos que no tienen derecho a permanecer en la UE son efectivamente devueltos", escribe la presidenta de la CE.
Otras ideas propuestas por la presidenta son la firma de más acuerdos financiados por la UE con países vecinos (como lo ha hecho con Túnez y Egipto ), reglas más estrictas para acabar con el tráfico de personas, una respuesta reforzada contra los ataques híbridos y la instrumentalización, y más ayuda humanitaria para los países devastados por la guerra en Oriente Medio.
Von der Leyen también subraya que cualquier proyecto que el bloque lleve adelante debe respetar "los principios y valores de la UE, las obligaciones en virtud del derecho internacional y la protección de los derechos fundamentales" y garantizar "soluciones sostenibles y justas" para los migrantes, incluso si las ONG han advertido que la deslocalización de la migración es intrínsecamente problemática. "Estas polémicas propuestas buscan desmantelar el principio básico de la protección internacional: que las personas bajo una jurisdicción tienen derecho a solicitar asilo en esa jurisdicción y a que su solicitud sea examinada de manera justa", dijo en julio una coalición de 90 organizaciones .
La carta de la reelecta presidenta de a CE fue firmada el mismo día en que la Comisión Europea expresó su desaprobación sobre el plan anunciado por Polonia de introducir una "suspensión territorial temporal del derecho de asilo" y llega en medio de una atmósfera política cargada donde los gobiernos muestran una audacia cada vez mayor en sus intentos de frenar los flujos migratorios.
España, pese a ese clima, ya ha avisado de que no apoyará este viraje conservador. El Gobierno de Pedro Sánchez, uno de los escasos progresistas de a UE, ha anunciado ya que se muestra "escéptico" ante el éxito de las propuestas derechistas y que exigirá aplicar en su integridad el Pacto de Migración y Asilo comunitario, que ha tardado una década en cristalizar. Fuentes del gabinete español recalcan a la Agencia EFE que "aún no está cerrado el documento de conclusiones de la cumbre europea y, por tanto, evitan hacer cábalas sobre si las propuestas de Von der Leyen pueden estar en ellas y emplazan al resultado de las negociaciones que están en curso".
Francia y otros Estados miembros consideran que dicho pacto "no basta como solución a los retos existentes" y debe "ser completado", en particular sobre los retornos. "Hace falta un nuevo ladrillo legislativo", indicaron fuentes diplomáticas a EFE.
Apoyo deslucido a Ucrania
Esta enorme polémica, que es clave en la nueva legislatura comunitaria, hará que las espadas estén en todo lo alto. Sin embargo, más unidad se espera en el otro punto clave, fijo en dos años y medio cumbre tras cumbre: la ayuda a Ucrania ante la invasión rusa.
Como explica el Consejo en su previa, los mandatarios debatirán la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania en todas sus dimensiones, "incluidos los acontecimientos en primera línea, y el continuo apoyo integral a Ucrania y a su pueblo". "La UE está comprometida con una paz justa y duradera en Ucrania, basada en los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional", añade .
Los dirigentes examinarán "los avances en la entrega de sistemas de defensa aérea, municiones y misiles, así como las medidas de asistencia en el marco del Fondo Europeo de Paz y la asistencia bilateral de los Estados miembros de la UE" y debatirán "los avances en el uso de los ingresos extraordinarios procedentes de los activos congelados de Rusia en beneficio de Ucrania". Hay un fondo de 50.000 millones de dólares que el G7 prometió en junio que destinaría a Kiev y no hace más que retrasarse, para desesperación de Zelenski.
"Para ayudar a Ucrania a prepararse para el invierno y más allá, los dirigentes debatirán cómo reforzar el sector energético de Ucrania y su infraestructura crítica, que ha sido objeto de bombardeos persistentes por parte de Rusia", indica la agenda, con el añadido de que la UE "está dispuesta a aumentar la presión sobre Rusia, incluso garantizando la aplicación plena y efectiva de las sanciones y mediante nuevas medidas para contrarrestar su elusión", sin dar más detalles.
Aparte de ver hasta dónde llega el compromiso de Bruselas con esta causa, que se estira y estira cuando Moscú esperaba una guerra rápida, esta vez interesa la propia presencia del presidente Zelenski, que suele intervenir por videoconferencia en los Consejos. Esta vez pisará Bruselas para exponer el llamado "Plan de Victoria", que describe las condiciones en las que Kiev estaría dispuesta a negociar la paz. Es considerado por muchos como el último recurso de Ucrania para reforzar su posición en futuras negociaciones de alto el fuego con Rusia.
Sin embargo, hasta ahora ningún país lo ha apoyado públicamente ni ha hecho comentarios al respecto. Zelenski se lo ha llevado a EEUU, también a Francia, Reino Unido y Alemania, pero nadie ha indicado que vaya a apoyar el plan. Si acaso, se han alzado voces expresado preocupación por el ajustado plazo fijado por Kiev, que a finales de septiembre dio a los aliados sólo tres meses para adoptar los principales principios del proyecto.
l líder ucraniano ha guardado silencio sobre los detalles del plan hasta este miércoles, cuando lo ha explicado en el Parlamento de Kiev. Algunos de sus aspectos ya habían salido a la luz. Por ejemplo, que plantea convertir a Ucrania en miembro de pleno derecho de la OTAN, lo que mostraría a Putin que "ha perdido la batalla geoestratética". Una idea que ya tiene respuesta del nuevo secretario general de la Alianza, Mark Rutte, quien hoy mismo ha dicho que el plan no está centrado únicamente en la pertenencia del país a la Alianza Atlántica. "Todo esto consiste básicamente en construir ese puente hacia el ingreso en la OTAN en el futuro", defiende.
También apuesta Kiev por permitir que el país utilice armas occidentales de largo alcance para atacar en el interior de Rusia, en suelo de la Federación, que haría que al Ejército ucraniano abrirera más frentes en territorio ruso. También pide proporcionar recursos para reforzar las defensas aéreas y de otro tipo de Ucrania e intensificar las sanciones contra Rusia, que han tocado pero no hundido sus finanzas. Más armas, menos líneas rojas, más daño a su rival.
Igualmente, ofrece a los aliados, a más largo plazo, beneficios directos de su acercamiento a Kiev, tanto en el campo económico como en el de la seguridad, este último extremo especialmente destacado por Rutte al valorar la propuesta.
Según explicó el propio Zelenski en un discurso pronunciado este miércoles ante el Parlamento ucraniano, la vertiente militar del plan incluye una lista de peticiones de armamento a sus socios que permitiría al Ejército ucraniano abrir más frentes en territorio ruso como el que abrió a principios de agosto en la región de Kursk.
Zelenski ha declarado que el plan es necesario para que Ucrania inicie el proceso de negociación de la paz y que su deseo es ponerlo en marcha antes de la investidura de un nuevo presidente estadounidense, en enero del próximo año, tras las declaraciones del candidato republicano Donald Trump de que recortaría o reduciría significativamente la financiación a Ucrania.
Y toooodo lo demás
La cumbre europea no puede dejar pasar la situación en Oriente Medio, con las guerras de Gaza y Líbano abiertas, una "grave escalada de violencia en la región", dice el Consejo. La UE, dice para arrancar, por encima de las muertes en ambos territorios, que "condena en los términos más enérgicos el ataque de Irán contra Israel e insta a todas las partes a que ejerzan la máxima moderación y respeten el derecho internacional humanitario". "La UE está plenamente comprometida con la reducción de las tensiones y la contribución a la desescalada para evitar un peligroso conflicto regional", añade. "La espiral de violencia mortal en Oriente Próximo debe detenerse ya. Una guerra regional no beneficia a nadie", reclama Europa.
En estos dos días, sus dirigentes debatirán las necesidades más urgentes, entre ellas "un alto el fuego inmediato a lo largo de la línea de retirada en la frontera entre Líbano e Israel (la Línea Azul) para poner fin a todas las amenazas transfronterizas", el "apoyo a las instituciones estatales del Líbano y a las Fuerzas Armadas libanesas", "un alto el fuego inmediato en Gaza y el despliegue de asistencia humanitaria urgente" y "la liberación incondicional de todos los rehenes" israelíes.
Se espera también que los dirigentes debatan la escalada en Cisjordania tras la última operación militar, el aumento de la violencia de los colonos y la expansión de los asentamientos ilegales, así como la situación de seguridad en el Mar Rojo. "La UE está comprometida con una paz duradera y sostenible sobre la base de la solución de dos Estados entre Israel y una Palestina independiente, democrática, contigua, soberana y viable", concluye el Consejo.
En Política Exterior, también habrá referencias de menor calado sobre Georgia, Moldavia, Venezuela y Sudán.
En lo económico, el Consejo se centrará en la competitividad, otro de los ejes de este mandato para "mejorar el bienestar económico y social de los ciudadanos". "Como se establece en la agenda estratégica 2024-2029, los dirigentes de la UE han identificado varias prioridades para reducir las dependencias en sectores estratégicos y convertir a Europa en una potencia industrial y tecnológica", dice.
Ya en la cumbre de abril, los dirigentes de la UE también acordaron la necesidad de un nuevo pacto de competitividad y esbozaron algunos medios para lograrlo. En este contexto, "los dirigentes harán balance de los avances en la mejora de la competitividad de la UE". Dos informes servirán de base al debate, los presentados por los italianos Enrico Letta y Mario Draghi, que han plasmado en estas semanas las líneas maestras de lo por venir.
Dos días bien completos para los líderes de los Veintisiete...