EEUU suspende la entrega de ayuda a Gaza debido a daños por temporal en su muelle
La vicepresidenta Harris cree que la palabra "trágico" no empieza ni a describir el ataque israelí en Rafah, donde decenas de civiles han muerto carbonizados tras ataques de Israel sobre tiendas de campañas.
El Pentágono anunció esta pasada noche que se ha visto obligado a retirar temporalmente parte de su muelle flotante en Gaza para poder repararlo, dado que el temporal ha hecho que se separe una porción del mismo.
La viceportavoz del Pentágono, Sabrina Singh, indicó en una rueda de prensa que se ha visto afectada parte del llamado Trident, el muelle por donde transitan los camiones que llevan los suministros a tierra.
La plataforma instalada frente a la costa de Gaza para llevar ayuda a ese enclave palestino consta de dos estructuras: un muelle flotante al que se amarran los barcos cargados con el material y esa calzada que ha sido dañada por el temporal.
"Hay que imaginarse este Trident como una gran T. La parte superior de la T se ha separado. Ya ha sido recuperada, pero para juntarla de nuevo se va a sacar de la costa. Ese proceso está en marcha", explicó Singh.
La viceportavoz apuntó que su retirada llevará unas 48 horas y precisó que el Comando Central de Estados Unidos (Centcom) se encargará de su reparación, que podría prolongarse a lo largo de una semana.
Singh recordó que el muelle proporcionaba un apoyo valioso a la hora de entregar ayuda a la población de Gaza y dijo no poder calcular cómo se verá afectada esa entrega debido al proceso de reparación en marcha.
El temporal también ha provocado que, tal y como se informó el sábado, cuatro buques del Ejército estadounidense que apoyaban las labores del muelle temporal encallaran por el mar agitado y dos de ellos se quedaran varados. Uno de los dos barcos que se quedaron varados en la costa de Israel, cerca de Ashkelon, ya fue recuperado, el segundo lo será en las próximas 24 horas, según Singh, y se espera que los otros dos sean recuperados en las próximas 48 horas.
La ONU se había desmarcado de este muelle porque entendía que no es la solución, aunque al final ha distribuido el material. Hace falta un alto el fuego, hace falta la entrada de ayuda, mucho mayor y más rápida, por tierra. El portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, ha dicho reiteradamente que aunque, "obviamente", les "alegra que vaya a llegar ayuda por otros medios", en referencia al muelle impulsado por Joe Biden, "nada puede reemplazar la llegada de ayuda y tráfico comercial a gran escala a través de rutas terrestres". Esa es la vía por la que apuestan ellos y la mayoría de grandes ONG.
EEUU calcula que por el puerto entraría el equivalente a unos cien camiones por día, cuando las necesidades de Gaza harían necesaria la entrada de unos 500 camiones, como mínimo. En los días en que ha estad en activo no se ha llegado a ese ritmo.
Harris eleva el tono (pero nada más)
Por su parte, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, dijo también esta pasada noche que "la palabra trágico ni siquiera empieza a describir" el ataque israelí contra un campo de desplazados en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, en el que murieron 45 personas la noche del domingo pasado. Anoche se contabilizaban 20 más en un nuevo ataque de Israel contra un campamento de desplazados al oeste de la ciudad. Las imágenes de civiles quemados por los incendios generados en sus precarias tiendas. dejando a niños decapitados incluso, han dad la vuelta al mundo generando indignación.
Harris hizo esas declaraciones al ser preguntada por el bombardeo, durante una ceremonia en Washington para la toma de posesión de Courtney O'Donnell como embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La vicepresidenta no respondió a un segundo interrogante, sobre si ese ataque cruzaba una "línea roja" en la política de Estados Unidos hacia Tel Aviv.
Sí habló al respecto John Kirby, portavoz en la Casa Blanca, quien dice que Washington no cree que Israel haya lanzado una invasión a gran escala de Rafah, por lo que no hay línea roja cruzada, informa la BBC. Kirby describió las imágenes posteriores al ataque como "desgarradoras" y "horribles". "No debería perderse ninguna vida inocente aquí como resultado de este conflicto", añadió.
Presionado por el corresponsal de la BBC, Tom Bateman, sobre si investigaciones anteriores de este tipo habían conducido a la rendición de cuentas, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, se negó a nombrar casos específicos. "No se puede llegar a una conclusión sobre los resultados de estas investigaciones en medio de un conflicto", afirmó.
Cuando se le preguntó al portavoz de la Casa Blanca si el ataque había violado los límites previamente establecidos por el presidente Biden, dijo que "no tenía ningún cambio de política sobre el cual hablar". "No apoyamos ni apoyaremos una operación terrestre importante en Rafah", afirmó Kirby.
“El presidente dijo que, si eso ocurriera, entonces podría tener que tomar decisiones diferentes en términos de apoyo. No hemos visto que eso suceda en este momento. No los hemos visto estrellarse contra Rafah. No los hemos visto entrar con grandes unidades, grandes cantidades de tropas, en columnas y formaciones en algún tipo de maniobra coordinada contra múltiples objetivos en el terreno", insiste.
En una entrevista con CNN el pasado 8 de mayo, el presidente estadounidense, Joe Biden, advirtió por primera vez que dejaría de suministrar a Israel cierto armamento ofensivo, que reconoció ha sido utilizado para matar a civiles en Gaza, si el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenaba invadir Rafah.
Estados Unidos dio aviso a Israel de que se opone a una operación a gran escala en Rafah, pero hasta ahora el Gobierno de Biden ha mantenido que las actuales operaciones militares son de alcance limitado.
El ataque aéreo israelí, en el que murieron unos 45 palestinos, muchos de ellos niños, afectó a un campamento de tiendas de campaña para personas desplazadas en Rafah, en el sur de Gaza, donde la guerra ha causado unos 36.000 muertos.
Tras conocerse el incidente, Netanyahu afirmó que la muerte de civiles en Rafah era un "trágico percance". Ayer, desde su Ejército se difundió la idea de que el fuego, en realidad, pudo deberse a que en la zona alcanzada había un arsenal de las milicias palestinas.
Los fallecidos se encontraban en una supuesta "zona segura" en el barrio de Tal al Sultan, en el noroeste de Rafah, donde había cientos de personas desplazadas en un campamento improvisado que Israel aún no había ordenado evacuar.
El Ejército israelí informó de que se trató de una "operación precisa basada en inteligencia" dirigida a eliminar a dos altos mandos de Hamás que se encontraban en un edificio en la zona, aunque admitió que luego se generó un incendio que provocó un alto número de víctimas mortales.
Pese a esas críticas, Estados Unidos sigue siendo el mayor socio de Israel, vetando en Naciones Unidas resoluciones que son contrarias a Tel Aviv y manteniendo el flujo de ayuda militar. Es verdad que ha empezado a sancionar a algunos colonos por su violencia en Cisjordania, pero también que desde que el 7 de octubre pasado Hamás atacó bárbaramente Israel y comenzó la ofensiva de respuesta, Washington ha aprobado cien ventas de armas a Netanyahu. Las entregas de armas a su aliado superan las 70.000 desde 1950, según datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI).