Desvelan las bárbaras torturas en las mazmorras de Putin
El Mobile Justice Team constata casos de violencia sexual, descargas eléctricas y ahogamientos simulados en centros de detención de Jersón.
Casi la mitad de los ucranianos recluidos en centros de detención rusos en Jersón fueron sometidos a torturas generalizadas, incluida la violencia sexual, según un informe publicado hoy. El dossier revela el análisis de un conjunto inicial de 320 casos en la zona, en más de 35 centros de reclusión identificados como tales, y ha sido elaborado por el Mobile Justice Team, que forma parte del Grupo Asesor sobre Crímenes Atroces patrocinado por el Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos.
Creado por el bufete de abogados y fundación internacional de derechos humanos Global Rights Compliance para apoyar a la Fiscalía General de Ucrania, este grupo de expertos ofrece información fiable sobre lo que pasa en los rincones más oscuros de la guerra.
Según el reporte, adelantado por la agencia Reuters, un gran número de prisioneros recluidos en centros de detención improvisados en el sur de Ucrania ocupado por Rusia fueron torturados y violados sexualmente, dicen sus conclusiones.
El Equipo de Justicia Móvil, creado por el bufete internacional de derecho humanitario Global Rights Compliance, ha trabajado con fiscales ucranianos encargados de investigar crímenes de guerra en la región de Jersón desde que fue recuperada en noviembre tras más de ocho meses bajo control ruso.
Las autoridades ucranianas están examinando más de 97.000 denuncias de crímenes de guerra y han presentado cargos contra 220 sospechosos ante los tribunales nacionales. Los responsables de alto nivel podrían ser juzgados en la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, que ya ha solicitado la detención del presidente ruso Vladimir Putin.
El Kremlin ha negado sistemáticamente las acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania por parte de las fuerzas que participan en una "operación militar especial" que, según afirma, se lanzó para "desnazificar" a su vecino y proteger a Rusia.
El último informe del Mobile Justice Team analizó 320 casos y relatos de testigos en 35 localidades de la región de Jersón. De los relatos de las víctimas revisados, "el 43% mencionó explícitamente prácticas de tortura en los centros de detención, citando la violencia sexual como una táctica habitual que les imponían los guardias rusos", según un comunicado.
El Ministerio de Defensa ruso no ha reaccionado a estas informaciones.
En junio, los fiscales ucranianos presentaron su primer caso sobre la supuesta deportación de decenas de huérfanos de Jersón, acusando a un político ruso y a dos presuntos colaboradores ucranianos de crímenes de guerra. No hicieron comentarios inmediatos a las últimas conclusiones sobre tortura.
Ahogamientos simulados y palizas
Reuters informó en enero sobre la magnitud de las presuntas torturas en Jersón. Las autoridades ucranianas dijeron entonces que unas 200 personas habían sido presuntamente retenidas ilegalmente. Los supervivientes relataron a Reuters tácticas como descargas eléctricas y asfixia.
En aquel momento, el Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso no respondieron a las preguntas de Reuters, ni siquiera sobre las presuntas torturas y detenciones ilegales.
"La verdadera magnitud de los crímenes de guerra cometidos por Rusia sigue siendo desconocida", declaró Anna Mykytenko, asesora jurídica principal de Global Rights Compliance, en relación con los últimos descubrimientos sobre torturas. "En muchos casos se trata simplemente de castigos, y además de castigos por el servicio militar en sí [de sus familiares], también son castigos, al parecer, por ser ciudadanos ucranianos", declaró la misma experta a la CNN.
"Hay una especie de intento de destruir o eliminar la identidad ucraniana porque en algunos casos se puede ver que los capturados o, a veces casi perseguidos, llevaban banderas ucranianas u otros símbolos del Estado", afirma.
Al menos 36 víctimas entrevistadas por los fiscales mencionaron el uso de la electrocución durante los interrogatorios, a menudo electrocución genital, así como amenazas de mutilación genital. Una víctima fue obligada a presenciar la violación de otro detenido, según el informe.
Según el informe, los detenidos con más probabilidades de sufrir tortura eran militares, pero también agentes del orden, voluntarios, activistas, líderes comunitarios, personal médico y profesores. Las técnicas de tortura más utilizadas eran la asfixia, el ahogamiento simulado, las palizas y las amenazas de violación, afina.
El abogado Wayne Jordash, socio director y cofundador de Global Rights Compliance, habla de planificación. "Las tácticas de tortura y violencia sexual que la Fiscalía está sacando a la luz en los centros de detención de Jersón sugieren que el plan de Putin para extinguir la identidad ucraniana incluye una serie de delitos que evocan el genocidio", afirmó en un comunicado que acompañaba al informe. "Como mínimo, el patrón que estamos observando es coherente con un plan cínico y calculado para humillar y aterrorizar a millones de ciudadanos ucranianos con el fin de someterlos al decreto del Kremlin".
"Según las tendencias que observamos, cuanto más larga fue la ocupación, más graves son los delitos y un mayor número de crímenes se cometieron", concluye Mykytenko.