Destapan el plan de Putin para desatar una guerra doble contra la OTAN y EEUU
Tres supuestos espías ruso-alemanes, el último ejemplo de los movimientos que se hacen desde el Kremlin para tratar de sembrar el caos en el frente occidental.
La Fiscalía Federal de Karlsruhe, al suroeste de Alemania, ha presentado cargos contra tres ciudadanos germano-rusos por un supuesto delito de espionaje. Concretamente, a Dieter S., Alexander J. y Alex D., como se les ha identificado a los tres hombres detenidos, se les acusa de trabajar para el Kremlin y planear ataques contra las bases militares que tiene Estados Unidos en Europa, según recoge el diario británico Daily Express.
Según la fiscalía federal alemana, los sospechosos fueron procesados el pasado 9 de diciembre en el Tribunal Regional Superior de Múnich. Dieter S., principal sospechoso, habría empezado a colaborar en 2014 con los espías rusos, cuando se unió a la autoproclamada República Popular de Donetsk, controlada por separatistas prorrusos.
Dieter S. y Alexander J. fueron arrestados en abril cerca de Bayreuth, a escasos 30 kilómetros de la base de Tower Barracks en Grafenwoehr, un enclave estratégico para las operaciones de la OTAN. Esta instalación alberga el mayor centro de entrenamiento de la alianza en Europa, usado recientemente para preparar a soldados ucranianos en tácticas de combate combinado. Según los fiscales, los sospechosos vigilaban las instalaciones militares con la intención de interrumpir el apoyo logístico de la OTAN a Ucrania.
Desde 2023, Dieter S. habría enviado información a su enlace ruso sobre los objetivos de sabotaje, incluidas imágenes de transportes y bienes militares. En marzo de este año, Alexander J. y Alex D. se unieron a la operación, ampliando las capacidades del grupo.
El caso no es un hecho aislado. Según documentos filtrados y analizados por el Financial Times, Rusia diseñó planes ofensivos entre 2008 y 2014 para atacar infraestructuras militares y civiles en Japón y Corea del Sur en caso de un conflicto con la OTAN. Aunque los planes se centraban en su flanco oriental, la estrategia deja clara la idea de Moscú de mantener múltiples frentes activos en caso de guerra.
Entre los objetivos se incluían sedes de mando militar, bases aéreas y navales, además de infraestructuras críticas como puentes, túneles ferroviarios y una planta nuclear en Tokai, Japón. Según el informe, estas tácticas siguen siendo relevantes para la estrategia rusa actual, demostrando un enfoque sistemático para desestabilizar regiones clave.