Desertores rusos se fugan a las puertas de España
Comienzan a buscar asilo político en Europa.
Rusia y Ucrania continúan manteniendo una lucha encarnizada en el frente, que tras más de dos años y medio de conflicto, cuenta los muertos por cientos de miles. La mayoría militares, pero también civiles, mujeres o personas mayores, además de todos aquellos que se han visto obligados -especialmente rusos- a acudir al frente para librar una guerra que, en muchos casos, consideran como una "agresión injustificada".
A lo largo de estos casi tres años de duración del conflicto, muchos han sido los ciudadanos rusos que han tenido que ir al frente obligados, sin formación previa y en muchos casos, condenados a la primera línea de combate y que muchas veces ha sido definido como una trituradora de carne, donde miles de jóvenes han sido condenados a la muerte. Pero algunos han logrado escapar.
Ahora ha salido a la luz el testimonio de un joven ruso, entrevistado por DW, llamado Alexander, que denunció haber ido a Ucrania "engañado" y que solo se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo realmente, una vez que puso un pie en el frente, y tras ello trató por todos los medios 'legales' huir de ahí y regresar a su país de forma legítima y no sufrir consecuencias.
Entre sus principales reflexiones, Alexander señala que "los desertores no son traidores y la deserción no es un delito, porque no hay otra salida a esta situación", y califica esta decisión de "razonable para una persona bien educada".
Junto a Alexander hay otros cinco desertores, que tuvieron que huir para no morir, aunque el dilema que se les abría era otro: "O mi propia gente me hubiera disparado o me hubieran detenido en la frontera. Necesitaba una forma legal de volver a Rusia", aseguró.
Tras conseguir volver a Rusia y darse de baja del ejército, a las pocas semanas, Putin ordenó nuevamente una campaña de reclutamiento, lo que provocaría que Alexander tuviera que regresar al frente. Ante esta situación optó por huir a Kazajistán, país al que los rusos pueden acceder sin necesidad de pasaporte o documentación, lo que facilitó el proceso.
Pero una vez allí tenía que elegir un destino, y la única forma de conseguir salvar su vida era solicitar asilo en un país europeo, aunque las dificultades de viajar hacia Europa para un ciudadano ruso en estos momentos son mayúsculas: controles, comprobaciones, documentación, etc.
Pero finalmente lo logró gracias a una asociación alemana de derechos humanos y protección de refugiados llamada Asyl, que cifra en unos 250.000 los militares rusos que se han puesto en contacto con ellos desde febrero de 2022 para salvar sus vidas.
Pese a todo, y tras numerosos controles, Alexander junto a otros cinco jóvenes en su misma situación lograron entrar en países de la zona Schengen, y consiguieron huir hasta Francia, donde esperan conseguir el asilo político en breve.
Todas las dificultades a la hora de abandonar Kazajistán son lógicas para Alexander en el contexto actual. "Entiendo las preocupaciones de los países occidentales y por qué no entregan documentos de viaje a muchos desertores, ya que podrían ser agentes de los servicios secretos rusos o criminales de guerra", señaló.
En cualquier caso, la realidad para este grupo de seis desertores rusos es que actualmente se encuentran en Europa, donde otros muchos en la misma situación que ellos, terminarán huyendo a ciudades y capitales del resto de continente.