Cuáles y cómo son las defensas aéreas de Israel
La Cúpula de Hierro, la Honda de David y el sistema Flecha suman un escudo triple tremendamente eficaz, pero no cubren el 100% de los ataques: el mortal impacto de drones de Hizbulá de ayer pone en evidencia sus lagunas.
Israel dispone de uno de los sistemas de defensa aérea más sofisticados y eficaces del planeta. Tanto que es la envidia de países como Ucrania, anhelantes de tener algo parecido frente a los ataques rusos. Tel Aviv, desde hace años, cuenta con una serie de capas que se dan la mano y permiten tener cubierto todo el espectro, gracias entre otras cosas a la ayuda armamentística de Estados Unidos, que le proporciona la indispensable munición.
Ante los cohetes de Hamás o los cohetes-misiles-drones de Hizbulá, es recurrente sacar a relucir esta realidad del poderío militar israelí, del Ejército mejor dotado de todo Oriente Medio.
Sin embargo, no es 100% eficaz, no es infalible. Se vio ayer tarde, por ejemplo, cuando el partido-milicia libanés atacó con dos drones la base Golani, en el sur de Haifa, causando la muerte a cuatro soldados de 19 años, además de 67 heridos. Uno fue interceptado, el otro impactó, sin que sonaran las alarmas previamente, algo que se está investigando. Ya el día 7 hubo otro fallo y un "enjambre" de aviones no tripulados alcanzaron Haifa, la mayor ciudad del norte.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que visitó esta mañana la base afectada, aseguró que aprenderán las lecciones del ataque de ayer para evitar que vuelva a producirse un escenario así. "Ante la amenaza de los vehículos aéreos no tripulados, estamos concentrando un esfuerzo nacional y estamos comprometidos en desarrollar soluciones que ayudarán a lidiar con la amenaza", dijo.
Hizbulá reivindicó el golpe del domingo, justificando que esta acción forma parte de una serie de operaciones en respuesta a los "ataques sionistas, particularmente en los barrios de Al Nwaireh y Al Basta, en la capital Beirut y otras regiones libanesas".
¿Pero cómo se defiende Israel, pese a las lagunas? Con su triple escudo antiaéreo. En la capa inferior, la más próxima al terreno, se halla la Cúpula de Hierro, que funciona desde 2011 en la interceptación de cohetes de corto alcance y artillería como los que, sobre todo, Hamás y la Yihad Islámica disparan con frecuencia desde Gaza o Hezbolá ahora desde el sur de Líbano.
El sistema se compone de una serie de unidades móviles remolcadas por camiones y repartidas por todo el país en lugares estratégicos. Cuando se detecta una amenaza, el personal militar la analiza en un "centro de gestión de batalla" atendido las 24 horas del día. Entonces deciden qué lanzador utilizar para interceptarla.
Se disparan misiles secundarios para neutralizar adecuadamente la amenaza. Israel afirma que tiene una tasa de éxito superior al 90%, destruyendo proyectiles a una distancia de entre cuatro y 70 kilómetros. ¿Los tiempos de respuesta?: apenas segundos.
Israel lo desarrolló con el respaldo de Estados Unidos. Washington aportó 1.600 millones de dólares (1.500 millones de euros) para crear el sistema entre 2011 y 2021, mientras que el Congreso estadounidense aprobó otros 1.000 millones de dólares (940 millones de euros) en 2022. Se calcula que una mala jornada de cohetes desde Líbano puede tener un coste de entre 1.000 y 1.250 millones de euros para Tel Aviv, indica el diario Yedioth Ahronoth.
A principios de la década de 1990, Israel sugirió la idea de desarrollar un sistema antimisiles de corto alcance, aunque los funcionarios de defensa estadounidenses de la época dijeron que estaría condenado al fracaso.
Uno de los puntos débiles del sistema Cúpula de Hierro es que no puede proteger más de 100 ó 150 kilómetros cuadrados, lo que limita su eficacia para los países más grandes. Incluso en Israel, un país relativamente pequeño, las baterías deben desplazarse en función del riesgo de ataque percibido. Israel ha exportado la tecnología a algunos países de todo el mundo, entre ellos Estados Unidos, Rumanía, India y Azerbaiyán. Washington la utiliza para proteger sus bases militares en el extranjero.
A nivel intermedio, se encuentra el conocido como sistema David`s Sling (la honda de David), operativo desde 2017 y destinado a detener misiles balísticos y de crucero, así como cohetes de mediano y largo alcance.
En ese punto también entran en juego los misiles Patriot, el componente más antiguo de las defensas del país, procedente de EEUU. Los Patriot se utilizaron por primera vez durante la Primera Guerra del Golfo, en 1991, para interceptar los misiles Scud disparados por el entonces líder de Irak, Sadam Husein, y son justo los que acaba de otorgar Alemania a Israel.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) calcula que cada batería Patriot cuesta unos 1.100 millones de dólares (1.000 millones de euros): 400 millones de dólares (375 millones de euros) el sistema, 690 millones de dólares (647 millones de euros) los misiles; el coste de un solo misil se estima en 4,1 millones de dólares (3,8 millones de euros).
En la actualidad, los Patriots se utilizan principalmente para derribar aviones, incluidos drones. El ejército ucraniano lo utiliza con un fin similar contra la invasión rusa.
Por último, en la capa superior, se encuentra en funcionamiento también desde 2017 el sistema Arrow (Flecha), para interceptar misiles que vuelan fuera de la atmósfera. Israel utiliza el sistema Arrow para interceptar misiles de largo alcance, incluidos los que Irán lanzó en abril y hace dos semanas.
El Arrow, que opera fuera de la atmósfera, se ha utilizado en la guerra actual para interceptar misiles de largo alcance lanzados por militantes hutíes en Yemen. También fue desarrollado con el apoyo de Estados Unidos.
Ademas, Israel está desarrollando un nuevo sistema conocido como Iron Beam (Viga de Hierro) para interceptar amenazas entrantes con tecnología láser. Sin embargo, aún no está operativo.
Funcionarios israelíes afirman que este sistema cambiará las reglas del juego porque su funcionamiento es mucho más barato que el de los sistemas existentes.