Clamor en la CIJ por solución de dos Estados y fin de la ocupación de Israel en Palestina
La mayoría de los alegatos de 52 países y tres organizaciones internacionales han condenado el trato de Israel a los palestinos.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) concluyó seis días de audiencias convertidas en un clamor en favor de una solución negociada de dos Estados, Israel y Palestina, y un grito desesperado por el fin de la ocupación "ilegal" israelí de los territorios palestinos, en un caso que fue escenario inevitable de denuncias de la tragedia humanitaria en Gaza.
Un total de 52 países y tres organizaciones internacionales han hecho uso de la palabra desde el pasado día 19 para expresar ante el tribunal de la ONU sus argumentos sobre los motivos por los que la CIJ debería emitir una opinión legal consultiva sobre las prácticas y políticas de Israel en los territorios palestinos ocupados.
Los términos que más han sonado han sido "ilegal", para describir los asentamientos y la ocupación israelí de Palestina; "derecho legítimo", para definir la necesidad del ejercicio de la libre determinación del pueblo palestino, y "solución negociada de dos Estados", como única vía para poner fin al sufrimiento de los civiles palestinos en Gaza y Cisjordania.
La mayoría de los alegatos han condenado el trato de Israel a los palestinos.
Las audiencias comenzaron con la intervención de Palestina, que protagonizó momentos emotivos, como el de su representante permanente ante la ONU, Riyad Mansour, a quien se le quebró la voz por la emoción al pedir respeto a la autodeterminación frente a “la humillación” a manos de Israel.
“Palestina apela a esta Corte a guiar a la comunidad internacional en defensa del derecho internacional, para poner fin a la injusticia y lograr una paz justa y duradera. Para guiarnos hacia un futuro en el que los niños palestinos sean tratados como niños, no como amenaza demográfica. Un futuro en el que ningún palestino o israelí sea asesinado. Un futuro en el que dos Estados vivan lado a lado, en paz y seguridad”, agregó.
El ministro palestino de Exteriores, Riad al Maliki, advirtió de que "el genocidio en curso en Gaza es resultado de décadas de impunidad e inacción", en las que Israel solo "ha dado tres opciones al pueblo palestino: desplazamiento, subyugación o muerte, es decir, limpieza étnica, apartheid, o genocidio", y recordó que “poner fin a esa impunidad israelí es un imperativo moral, político y legal”.
“La ocupación israelí debe llegar a un fin inmediato, total e incondicional”, repitieron países como Sudáfrica, Arabia Saudí, Emiratos, Qatar, Belice, Colombia, Irán o Jordania.
Israel no participó, pero sí lo hicieron sus aliados, como Estados Unidos, que pidió al tribunal no emitir “una opinión que exija una retirada unilateral, inmediata e incondicional de Israel que no tenga en cuenta sus necesidades legítimas de seguridad", y le instó a “calibrar con cuidado” su asesoramiento para que “promueva, en lugar de perturbar, el equilibrio, o potencialmente haga la posibilidad de negociaciones aún más difícil”.
Francia pidió “un reinicio decisivo y creíble del proceso de paz” y alertó de que cuanto “más aumenten los ataques a la integridad” de Palestina, “más se alejará la perspectiva” de una solución de dos Estados.
China defendió el “uso de la fuerza” como un “derecho inalienable” del pueblo palestino para “resistir a la opresión” israelí e instó a las partes a “acomodar las preocupaciones legítimas del otro”.
El Gobierno español denunció un “sistema de fragmentación jurisdiccional en el contexto de una estructura de discriminación institucionalizada” y enumeró violaciones del derecho internacional de las fuerzas israelíes, como la detención de niños o los asentamientos que “obstaculizan” una solución negociada.
Jordania consideró que el “terrorismo de los colonos es un mal creciente” y criticó que se permita a Israel “actuar con total desprecio” de la ley, mientras que Líbano pidió “objetividad” y lamentó el “argumento perverso que enfrenta política y derecho” expuesto por Estados Unidos.
También hubo intervenciones retóricas, como la de Rusia, a quien la CIJ ordenó en 2022 poner fin de su invasión a Ucrania, pero que en estas audiencias aseguró que le une a Israel “una historia compartida contra el nazismo”, pero que nada justifica “el castigo colectivo” de los 2,3 millones de civiles en Gaza.
“La violencia solo puede llevar a más violencia, el odio solo trae más odio, y este círculo vicioso debe romperse”, aseguró Rusia.
Aún no hay fecha para que la CIJ anuncie su decisión.