Así es el campo de Yenín que Israel ataca, donde refugiados palestinos vuelven a abandonar sus casas
Refugiados de 1948, refugiados de 2023. La violencia, de nuevo, los expulsa de su techo.
Familias palestinas han abandonado en masa el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, después de que Israel indicara que su ofensiva contra milicias armadas continuará "todo el tiempo que sea necesario". Se calcula que unas 3.000 personas han buscado un lugar seguro lejos del campo. Son refugiados, reconocidos como tales por Naciones Unidas, que tienen que escapar hasta de esas casas que les servían de refugio desde hace décadas.
El ejército israelí inició el lunes lo que parece ser una de sus operaciones de mayor envergadura en Cisjordania en años, con ataques de aviones no tripulados contra lo que denominó "cuarteles generales de militantes armados. No se veía una cosa así en la zona en 20 años.
¿Pero cómo es el campo donde se están produciendo los ataques? El campo de Yenin se fundó en 1953, dentro de los límites municipales de la ciudad del mismo nombre, indica la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). La mayoría de los habitantes del campamento proviene de la región Carmel de Haifa y de la montaña del Carmel, hoy territorio israelí.
Debido a la proximidad del campamento con los pueblos originales de los refugiados, un número elevado de los refugiados todavía mantiene lazos estrechos con sus familiares dentro de la Línea Verde, la que determinó la separación tras la guerra de 1948, en la que se supone que más de 700.000 palestinos tuvieron que irse de sus casas, lo que hoy ha generado en el mundo más de cinco millones de refugiados palestinos, la mayor diáspora conocida.
Muchos de los refugiados del campo trabajan en el sector agrícola en los alrededores de Yenin. Al igual que otros campamentos de Cisjordania, Yenin se estableció en las tierras alquiladas por UNRWA al Gobierno de Jordania.
Todos los refugios están conectados a la red pública de agua y de electricidad, y casi todas las viviendas están conectadas a la red de alcantarillado municipal.
El campamento estuvo bajo control palestino a mediados de 1990, pero fue sujeto de la violencia durante la Segunda Intifada. Llueve sobre mojado, pues. En abril de 2002, el Ejército israelí entró en la ciudad y el campamento de fue declarado zona militar cerrada, impidiendo todo tipo de acceso e imponiendo el toque de queda.
La lucha en el interior del campamento duró diez días, durante este tiempo las IDF impidieron a las ambulancias, al personal médico y los trabajadores humanitarios entrar en el campamento, añade este organismo de Naciones Unidas.
Los enfrentamientos llevaron entonces a la muerte de al menos 52 palestinos, de los cuales la mitad pudieron haber sido civiles, y 23 soldados israelíes. Muchos más resultaron heridos. Aproximadamente 150 edificios fueron destruidos y muchos otros quedaron dañados. Alrededor de 435 familias perdieron sus hogares. Human Rights Watch afirma que la desolación del ataque dejó 82.000 metros cúbicos de escombros.
A pesar de que los planes de reconstrucción se pusieron en marcha, las continuas incursiones militares, toques de queda, los cierres israelíes del campamento y las amenazas de grupos armados palestinos plantearon serios obstáculos a la reconstrucción.
El gerente del proyecto, Iain Hook, fue asesinado por un francotirador israelí en el complejo de la UNRWA en noviembre de 2002. Una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que condenaba su asesinato fue vetada por EEUU. En 2005, una investigación de un juzgado británico declaró su muerte como "asesinato ilegal".
Las milicias palestinas, entre ellas Hamás y la Yihad Islámica (YIP), advirtieron hoy de que la continuación de la operación militar en Yenín conducirá a una "amplia escalada" y prometieron "responder a la agresión israelí". Los hospitales están desbordados y se han producido, en paralelo, incidentes con colonos en otros puntos de Cisjordania.