António Guterres: "No se puede consentir que Líbano se convierta en una nueva Gaza"

António Guterres: "No se puede consentir que Líbano se convierta en una nueva Gaza"

El secretario general de la ONU ha definido los "tres males del mundo": la impunidad, la desigualdad y la incertidumbre, entre aplausos por sus palabras sobre Gaza y el futuro de Israel y toda la región.

António Guterres, de camino a su discurso ante la Asamblea General de la ONUSpencer Platt vía Getty Images

Naciones Unidas hace balance... y llama a actuar. Lo ha hecho su secretario general, António Guterres, que ha asegurado que "el estado de nuestro mundo es insostenible", por lo que "no podemos seguir así".

En un tono ya habitual de sus discursos, Guterres ha señalado los "tres males" principales que afectan al mundo dentro de su intervención en la apertura de la Asamblea General de la ONU. Para el mandatario internacional, son "la impunidad", presente en todos los conflictos actuales; "la desigualdad" entre países e incluso dentro de ellos y "la incertidumbre", en referencia al cambio climático y el desarrollo sin control de la inteligencia artificial.

Pero en un plano más concreto, Guterres ha dedicado buena parte de los primeros minutos a condenar el "sufrimiento colectivo" de Gaza y los últimos acontecimientos en Líbano. Al respecto, ha espetado a los actores regionales que "no se puede consentir que Líbano se convierta en una nueva Gaza".

Sobre la impunidad, lamentó que un número creciente de países sientan que pueden violar la carta de la ONU y las leyes internacionales humanitarias, "invadir otro país, devastar sociedades enteras o ignorar olímpicamente el bienestar de su propia población" sin mayor riesgo.

Sin apuntar a ningún estado directamente, ha reconocido que esta actitud se da tanto en Oriente Medio como en el corazón de Europa o en el Cuerno de África, aunque sí se ha detenido en Gaza a las puertas del primer aniversario de la guerra y ya con un saldo devastador de 41.300 muertos palestinos.

Sin nombrar a Israel, ha dejado una pregunta en el aire: "¿Cómo puede aceptar el mundo el futuro de un Estado que incluye un gran número de palestinos sin ninguna libertad, derechos ni dignidad?", ha exclamado, logrando una salva de aplausos cuando recordó que "nada puede justificar el castigo colectivo en Gaza".

Y si en el pasado, durante la Guerra Fría, había líneas rojas y guardarraíles, "uno siente que no existen hoy, ni tampoco tenemos un mundo unipolar", definiendo el mundo actual como una especie de purgatorio "donde cada vez más países llenan los espacios de la división geopolítica y hacen lo que quieren sin rendición de cuentas".

¿Cómo puede aceptar el mundo el futuro de un Estado que incluye un gran número de palestinos sin ninguna libertad, derechos ni dignidad?

Sobre la desigualdad, recordó que "no es una cuestión técnica ni burocrática; en el fondo, es una cuestión de poder con raíces históricas", detallando cómo últimos tiempos esto se ha agravado. Así, de entre los 75 países más pobres del mundo, dos tercios están peor que hace cinco años; mientras que en este mismo periodo, los cinco hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas.

Un 1% de habitantes del mundo poseen el 43% de los activos financieros del planeta y, sin embargo, en muchos países los gobiernos dan regalos fiscales a grandes empresas y a los 'ultrarricos' que van en detrimento de inversiones en salud, educación o protección social, criticó Guterres en lo que pareció una alusión velada a EEUU, como recoge EFE.

Y "los que tienen poder político y económico, y los que creen tenerlo, son siempre reacios al cambio", pero a ellos les recordó que "si no hay reformas, la fragmentación es inevitable, y las instituciones globales perderán legitimidad, credibilidad y eficacia".

En lo referente a las incertidumbres, dijo que el mundo va entendiendo que un futuro sin combustibles fósiles es seguro, "pero la transición rápida no lo es", y criticó que en bastantes países "las compañías petroleras amasan fortunas enormes gracias a los subsidios", mientras la gente de a pie soporta los costos de la catástrofe climática.

En cuanto a la IA, ha reconocido que va a cambiar todo lo que conocemos, pero lanzando la pregunta de en qué dirección, "¿hacia más libertad o hacia más conflicto?, ¿hacia un mundo más sostenible, o una mayor desigualdad?, ¿a estar mejor informados, o a ser manipulados con más facilidad?".

Al respecto, ha querido advertir sobre la gran concentración de poder en torno a la IA en unas pocas compañías "sin la menor supervisión", ante lo que sólo un "control global" podría evitar lo que ha bautizado como "la Gran Fractura".