Afganos en las tropas ucranianas para ganar a Rusia: el plan del hombre que ha intentado matar a Trump

Afganos en las tropas ucranianas para ganar a Rusia: el plan del hombre que ha intentado matar a Trump

Se hacía pasar por reclutador, pero las autoridades de Ucrania nunca le han otorgado legitimidad para ello.

Soldiers of the Armed Forces inspect the FPV drones.Global Images Ukraine via Getty

Ryan Routh fue detenido el pasado domingo porque supuestamente intentó matar en Florida a Donald Trump, expresidente de EEUU y aspirante republicano a la Casa Blanca. Pero, más allá de eta historia, se esconde el plan de este ciudadano estadounidense de 58 años para ayudar a Ucrania a ganar su guerra contra Rusia: reclutar a miles de soldados afganos para el Ejército ucraniano.

Tal y como narra Marcel Gascón para EFE, el propio Routh afirmaba ser un contratista de obras residente en Hawai "que lo había dejado todo al comienzo de la guerra para viajar a Kiev y apoyar a Ucrania" reclutando soldados afganos que se habían quedado sin trabajo tras la retirada de la OTAN de Afganistán.

En una charla con EFE en marzo de 2023 en una cafetería de la capital ucraniana, contó que había escrito a varios congresistas ucranianos pidiéndoles apoyo para su idea, pero estos "siempre se desmarcaron de los intentos de Routh de asociar su nombre de manera oficial a Ucrania". También se presentó como reclutador para el Ejército ucraniano, quien "también desautorizó su legitimidad para desempeñar tal papel".

"Cargando dos pesados libros de contabilidad con miles de nombres y teléfonos de quienes supuestamente habían combatido con el Ejército del Gobierno afgano aliado de Occidente, Routh expuso en la charla durante una hora larga sus argumentos a favor de que las Fuerzas Armadas de Ucrania alistaran a todos estos combatientes con experiencia perseguidos ahora por los talibanes", relata Gascón.

Por un lado, Routh argumentaba que el reclutamiento masivo de afganos en su Ejército "permitiría a Ucrania reducir la desventaja con Rusia en número de personal". Por otro, aseguraba que ayudaría "a salvar a miles de afganos que se habían jugado la vida defendiendo un Afganistán libre y alineado con Occidente".

En este contexto, el contratista convertido en reclutador 'freelance' y no autorizado insistía en que estos antiguos integrantes del Ejército regular afganos malvivían exiliados o escondidos dentro de Afganistán "anhelando una oportunidad de volver a ponerse el uniforme y a empuñar el arma por una causa justa, como él mismo decía haber comprobado en conversaciones con muchos de ellos a través de los teléfonos que tenía apuntados en sus libros".

Con estos argumentos, Routh intentó sin éxito convencer a las autoridades militares y civiles ucranianas para que autorizaran este reclutamiento masivo: "El contratista tachaba a los funcionarios y dirigentes ucranianos de arrogancia y paranoia por no abrazar y poner en práctica su idea". También denunciaba que no le habían permitido alistarse a él mismo al Ejército debido a que carecía de experiencia militar.

Falso reclutador

Además de hacer presión para poner en marcha su plan, "Routh se presentaba como reclutador de la Legión Internacional, creada por el Gobierno ucraniano para atraer a combatientes extranjeros interesados en combatir con Ucrania a cambio de dinero".

"Oficina de reclutamiento militar", podía leerse en español en uno de los folios plastificados que Routh pegaba en aceras y farolas de lugares emblemáticos y concurridos de la capital ucraniana. "3.000 dólares americanos al mes. ¡Necesitamos a miles de combatientes!", se decía al final para atraer a la población.

El mensaje, que estaba escrito también en inglés y alemán, ofrecía un correo electrónico, una página web y su Facebook personal como forma de contacto para los interesados. "Fuentes de la Legión Internacional negaron cualquier relación con Routh y advirtieron de que este no trabajaba en su nombre ni en el de las autoridades ucranianas", precisa Gascón.

Uno de estos carteles de reclutamiento se encontraba pegado en el bordillo de la acera que separa el jardín atestado de banderas de Ucrania en memoria a todos los caídos en la plaza de la Independencia de Kiev, conocida como el Maidán. Al lado, otro folio pedía a la población que enviara un correo con las historias personales de soldados caídos para hacer un libro en su recuerdo.

Gascón concluye su artículo narrando que "durante el tiempo que estuvo en la capital ucraniana era habitual verlo caminar -vestido con vaqueros, botas camperas, chaqueta de cuero negra, camisa y corbata- por las calles del centro cargado con sus libros de contabilidad, probablemente de camino a reuniones para tratar de vender su idea sobre el reclutamiento masivo de afganos".