Todo puede cambiar el domingo... O no

Todo puede cambiar el domingo... O no

Todo puede cambiar el domingo. O todo puede seguir igual. Porque más allá de los pactos, la aritmética parlamentaria y los diputados que tenga cada partido, lo que debe cambiar es la mentalidad de la política. Y me temo que, pase lo que pase, la brecha entre políticos y ciudadanía seguirá siendo inmensa.

El próximo domingo todo puede cambiar para siempre o todo puede seguir igual. Cuando se cierren los colegios electorales el próximo domingo y se inicie el recuento, veremos qué han decidido los andaluces. Si Andalucía marca la pauta de una nueva configuración de la representación en España o si, ya con el veredicto de las urnas, las encuestas no mostraban la realidad. Pero, me temo que, pase lo que pase el domingo, la que seguirá siendo inmensa es la brecha entre políticos y ciudadanía.

Estamos asistiendo al momento más solemne de una democracia. El momento en el que los ciudadanos con derecho a voto toman una decisión que impacta en toda la sociedad. Un momento vital para nuestra democracia. El problema es que toda esa energía se perderá tras el recuento.

Oiremos eso de "hemos entendido el mensaje de la ciudadanía", ningún partido perderá en la noche electoral, todos los discursos serán triunfalistas y empezará la negociación para que una mayoría sostenga a un candidato a presidente. Y tras ello, si te he visto, no me acuerdo. Hasta dentro de cuatro años.

Más que la oportunidad, tenemos el deber de hacer que tras estas elecciones la relación entre políticos y ciudadanos sea distinta. Y si esos gestos no vienen de nuestros representantes, seremos los ciudadanos los que demos pasos hacia ellos. Por el momento, lo que ha pasado durante los últimos cuatro años es, sencillamente, impresionante.

Mucho ha cambiado nuestro país desde las últimas elecciones locales y autonómicas. Precisamente, la legislatura en la que nuestros representantes más han dado la espalda a los ciudadanos, hemos visto cómo millones de personas se movilizaban para defender aquello en lo que más creen. Y lo que hemos vivido en Change.org no ha sido una excepción.

Más de seis millones de españoles se han convertido en usuarios de nuestra plataforma para generar los cambios que quieren ver. Millones de españoles empoderados que no se conforman con ser consultados una vez cada cuatro años. No es de extrañar que sean ellos los que hoy consiguen cambios legislativos de calado, que las empresas sean más responsables o que se puedan alcanzar nuevos acuerdos.

Por ello, no deja de ser paradigmático que ninguno de los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía se haya acercado al millón de andaluces que usan la plataforma. Que ninguno haya respondido a las más de 579.300 personas que han utilizado la plataforma durante esta campaña a través de los perfiles verificados para destinatarios en Change.org. Que, para estos políticos, toda esa gente sencillamente no exista. No los pueden ignorar como no se puede ignorar un tsunami que viene. O sí, pero las consecuencias pueden ser fatales.

Una vez más, la ciudadanía marca el paso y sus representantes en Andalucía van rezagados. Todo puede cambiar el domingo. O todo puede seguir igual. Porque más allá de los pactos, la aritmética parlamentaria y los diputados que tenga cada partido, lo que debe cambiar es la mentalidad de la política. La nueva política es entender para quién gobiernas y servirles mejor. Y a eso, vuelven a llegar tarde. Feliz noche electoral. La democracia la seguiremos peleando los ciudadanos el lunes.