Que la familia de Cañete controla Dúcar y Petrologis no lo dice Equo, lo dice el Registro Mercantil
Con los datos del registro en la mano, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que existiría conflicto de intereses aunque Miguel Domecq Solís no fuese cuñado de Cañete! La relación personal y profesional durante todos estos años y la permanencia de su ex-socio y cuñado al frente de las empresas Dúcar y Petrologis significa un estrecho vínculo que no desaparece con la venta de sus acciones.
"Cuñado" fue palabra más repetida en las preguntas que le hicieron ayer los europarlamentarios al potencial comisario de Acción Climática y Energía de la UE, Miguel Arias Cañete, y también la más ausente en sus respuestas. Cañete evitó contestar directamente a todas las preguntas que se le hicieron a este respecto. 'Ni mi mujer, ni mi hijo ni yo tenemos intereses en empresas petroleras', dijo, y con esto zanjó el tema.
Esta respuesta, que no satisfizo a nadie, deja en el aire la consideración de si "cuñado" es legalmente familia directa o no, y hoy las comisiones parlamentarias apuran el tiempo consultando la bibliografía legal que, por otro lado, no es nada clara a este respecto.
El debate no debería ser si el vínculo familiar de cuñado es directo o no, sino en si es ético o no, que Cañete, que hasta hace 2 años presidía dos empresas petrolíferas en las que compartía Consejo de Administración y acciones con sus cuñados, y cuyos Consejos de Administración siguen controlando éstos, sea el futuro comisario de Energía de la UE.
Como consta en el Registro Mercantil General, y Equo revelaba hace una semana, en 2012, cuando Miguel Arias Cañete fue nombrado ministro de Agricultura y Medio Ambiente, dejó la presidencia de las empresas Dúcar y Petrologis en manos de su cuñado, Miguel Domecq Solís, y acto seguido, entró en el Consejo de Administración de estas empresas su hijo, Miguel Arias Domecq. Puesto en el que hoy, según declaraciones de Cañete, ya no está.
A este hecho se suma un entramado empresarial en el que el apellido Domecq aparece por todas partes. Según el Registro Mercantil, más del 40% de las acciones de ambas compañías pertenecen a la sociedad Havorad BV, que en palabras de la Agencia Tributaria, es una sociedad pantalla, no tiene empleados y tiene su sede en Amsterdam. Havorad BV pertenece a personas particulares españolas, de las que no aparece el nombre, pero de las que se deriva una red empresarial en paraísos fiscales.
Encontramos a la familia de Cañete en el entramado de empresas que aparecen como accionistas mayoritarios de Dúcar y Petrologis. Empezando por Civisol, sociedad presidida por el otro cuñado de Cañete, Rafael Domecq Solís; y continuamos con Miguel Domecq Solís, que consta como el tercer accionista mayoritario, con el 11% de las acciones de Dúcar y el 12% de Petrologis.
En el accionariado de Petrologis también aparece la empresa Arias y Domecq, creada en 1985 y cuyo presidente es, de nuevo, Miguel Domecq Solís, donde repiten en el Consejo de Administración Socorro y Cristina Domecq Ybarra, consejeras de Civisol, así como la sede social: Claudio Coello 32, Madrid. Cañete también fue gerente de esta empresa con Miguel Domecq Solís.
Que los Domecq controlan Dúcar y Petrologis no lo dice Equo, lo dice el Registro Mercantil General y es una información pública a la que cualquier persona puede tener acceso desde su página web en menos de 10 minutos.
Con los datos del registro en la mano, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que existiría conflicto de intereses ¡aunque Miguel Domecq Solís no fuese cuñado de Cañete! La relación personal y profesional durante todos estos años y la permanencia de su ex-socio y cuñado al frente de las empresas Dúcar y Petrologis significa un estrecho vínculo que no desaparece con la venta de sus acciones.
¿30 años haciendo negocios juntos en la industria petrolera no son nada? ¿Una empresa cuyo nombre es la unión de ambos apellidos tampoco?